EL CABO PRIMERO

 

O

 

LA RIDICULEZ DEL EJÉRCITO

 

El 24 de mayo de 1895 se estrena esta zarzuela cómica escrita por Carlos Arniches y Celso Lucio con música de M. F. Caballero, que como se puede ver es el nombre más grande del cartel anunciador de la zarzuela. Es la segunda zarzuela militar de Arniches después de Tabardillo. Dedican esta obra a un político y militar Mexicano que además era literato: Vicente de la Riva Palacio. Perdió su prestigio con la publicación de su libro “Los ceros” en 1882

www.lazarzuela.webcindario.com

M.F. Caballero (1835-1906) www.wikipedia.org

 

 

www.wikipedia.org

Vicente de la Riva Palacio (1832 – 1896)

 

El mensaje número 82 que nos va a dar Arniches es claro: Tras leer esta zarzuela se puede considerar a Arniches como el antimilitarista número uno. Ridiculiza al ejército, a sus ejercicios, a sus mandos y a sus soldados.

               Como en otras ocasiones, la historia de amor incomprendida entre Rosario, hija de don Fabián, con un soldado, Juan, que suponemos que será Cabo Primero, ya que no lo nombra en ninguna ocasión en la versión que poseemos, es el eje de la obra.

El cuadro primero nos presenta a unas tiendas de campaña y varios corros de soldados. En una esquina se encuentra nuestro protagonista, Juan, escribiendo cartas que le dictan los soldados analfabetos como un tal Parejo. Juan cobra de 20 a 30 céntimos por carta. Escriben a sus madres.

Sería interesante poder escuchar el coro de soldados de esta primera escena.

Hemos contabilizado por ahora, en las primeras 26 producciones de Carlos Arniches, los siguientes coros:

1.- Coro de lavanderas- Los Mostenses

2.- Coro de los carpinteros- Los descamisados

              3.- Coro de segadores- Las Amapolas.

              4.- Coro de guerrilleros- Tabardillo

              5.- Coro de soldados- El Cabo Primero.

              6.- Coro de rancheros- El Cabo Primero.

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 23

(Cuadro I, Escena I.)

En el coro de soldados hay un solo de un soldado gallego:

 

Lairón, lairón,

ariños, ariños, aires,

ariños da miña terra

ariños, ariños, aires,

ariños leivame a ela.

Lairón, lairón, lairón.

 

Con esta estrofa, el Arniches de 29 años ha escrito el acento catalán, vasco, madrileño, gallego, italiano y madrileño, y como veremos en esta obra también en el habla del pueblo menos instruido.

En las siguientes escenas nos presenta a don Fabián, un hombre de gran influencia, y a don Victorio, médico del regimiento. Arniches va a presentarnos la facilidad con la que se corrompen los médicos dando bajas interesadas a los soldados.

(Cuadro I, Escena IV.)

DON VICTORIO.- Total, que aquellos amores, darían por resultado un disgusto muy grande.

DON FABIÁN.- No, señor; chico…, un niño.

DON VICTORIO.- Usted alejaría a la madre…

DON FABIÁN.- La mandé a la capital.

DON VICTORIO.- ¿Prometiendo enviarle algún dinero…?

DON FABIÁN.- ¡Justo! Y desde entonces, y de esto hace veinte años, todos los meses, sin faltar uno, he estado si la mando o no la mando algún dinero, y todavía estoy sin saber qué hacer.

DON VICTORIO.- ¡Hay dudas crueles!

DON FABIÁN.- Aquél niño se hizo hombre, sentó plaza, está aquí, quiero conocerle…

DON VICTORIO.- ¿Pero él sabe que es hijo de usted?

DON FABIÁN.- No, le advertí a la madre que se lo ocultara. ¡Él cree que soy su tío!

DON VICTORIO.- ¿Y cómo se lo enviaría yo a usted? ¡Ah, calle usted; hay un medio!

DON FABIÁN.- ¿Cuál?

DON VICTORIO.- Le reconozco, no le permito comer el rancho, le doy la baja y le digo al coronel que le envío al pueblo con unos parientes a curarse.

 

Mensaje número 83: Arniches denuncia la corrupción entre la clase médica con tal de obtener prebendas. Vamos, como ahora.

 

En la escena quinta se presenta un coro de rancheros.

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 24

(Cuadro I, Escena V.)

TODOS.-

El rancho se varía

un día y otro día,

de un modo feroz

y si hoy le ponemos arroz y patatas,

ponemos mañana patatas y arroz.

 

Mensaje número 84: Arniches hace una crítica a la comida en el ejército. El rancho nunca ha sido lo mejor del ejército y él lo sabía.

 

Juan vuelve a escena con Simona, la criada de Rosario y de don Fabián. Simona le da el recado de estar a las nueve en casa de Rosario para evitar la boda de ésta con Colás, como es la voluntad de su padre.

 

(Cuadro I, Escena VII.)

 

DON VICTORIO.- ¡Usté está enfermo, globo amarillento, piel seca… usté no puede comer de ninguna manera!

PAREJO.- ¡Pero señor físico, si no tengo ná!

 

Parejo recibe la baja, los soldados marchan en formación y se finaliza el primer cuadro.

 

El primer cuadro comienza con un coro de mozas en la que invitan a Rosario a cantar el amor que le tiene a Juan.

 

Simona le cuenta la aventura de ir al campamento militar.

 

HISTORIAS DE ARNICHES NÚMERO 12

(Cuadro II, Escena II.)

ROSARIO.- ¡Ay qué felicidad! Verle, hablarle…, y dime: ¿cómo has podido llegar al campamento?

SIMONA.- Pues pasando la mar de trabajos y sustos, porque verás; como el pueblo está a media legua he ido en la borrica, en la Lucera, y a la entrá del campamento, me he puesto a atar la caballería a un árbol; entonces oservo que un poco más abajo estaban unos soldados en hilera, mu tiesos y mu quietos, y de pronto, al verme, da uno un grito y sacan las bayonetas y se vienen corriendo hacia mí a matarme.

ROSARIO.- ¡Qué barbaridad!

SIMONA.- Yo entonces empecé a pedir socorro, pero la cuestión no debía ser conmigo, sino con la Lucera, porque ha gritao otro: “¡Contra la caballería!” Na, que si no corro me matan a la burra. Cuando he ganao la loma he mirao y he visto que desde lejos me hacían así con los fusiles como llamándome. (Indica con la vara la esgrima de bayoneta.) y yo he gritao: “¿Es que vaya?” y me han hecho toos así como diciéndome que no, y yo he gritao: “¡Pues vayan ustés al demonio!”

ROSARIO.- Pero mujer, sería que estarían haciendo el ejercicio.

 

En la cuarta escena presenciamos la burla más cruel del sargento frente al soldado Parejo, analfabeto, y que es incapaz de actuar correctamente con su pierna izquierda o derecha.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 29

(Cuadro II, Escena IV)

SARGENTO.- Vamos a ver. ¿Con qué pierna comienza usté a marchar?

PAREJO.- Con ésta.

SARGENTO.- ¿Y cuál es ésta?

PAREJO.- La compañera de ésta.

SARGENTO.- ¿Con qué pie, digo?

PAREJO.- Con uno.

SARGENTO.- ¿Cuántos pies tiene usté?

PAREJO.- Seis.

SARGENTO.- ¿Cuáles son? Vamos a ver.

PAREJO.- (Mirándose las manos y dudando.) Uno, dos… y los otros cuatro no me los he visto, pero cuando me tallaron me dijeron que tenía seis pies… y una pulgada, que tampoco se dónde está, mi sargento.

 

Salen todos marchando mal. En la siguiente escena con música, se producen un montón de escenas hilarantes con los soldados marchando mal y con el sargento ligando con las mozas del pueblo. La burla al ejército es completa. Tras esta escena se baja el telón y se produce la mutación para el siguiente cuadro.

 

El cuadro tercero nos presenta al soldado Juan a mitad de camino entre el campamento y el pueblo. Va a ver a Rosario a las nueve de la noche. Tiene permiso del capitán para llegar a las diez y media al campamento.

 

Tras salir de escena Juan, se ven a Parejo y Melindres, que se encuentran en este mismo punto y se fuman un cigarro a medias. Descubrimos el texto más genuino de los barrios bajos escrito hasta la fecha por Arniches.

 

(Cuadro III, Escena II.)

PAREJO.- ¿Ties mistos?

MELINDRES.- Dos sin cabeza y dos con ella.

PAREJO.- Pues venga uno útil; tú pones la cabeza, digo tú pones er fuego, yo er tabaco, ¿eh?, y le tiramos dos chupás cada uno.

MELINDRES.- ¡Arza! Enciende tú que ties más purmón.

PAREJO.- Venga. ¡Ar pelo!

MELINDRES.- ¡Trae pa ca!

PAREJO.- Aspérate que cierre el baúl. (Se encasqueta la gorra.) y que tome la embocadura.

MELINDRES.- ¿A qué vas tú ar pueblo?

PAREJO.- Por un asunto doméstico de mi familia.

MELINDRES.- ¿Ties parentela?

PAREJO.- Un tío y una prima que ceo que es requetepreciosa.

MELINDRES.- Superior, ¿eh?

PAREJO.- ¡Como un caramelo!

MELINDRES.- Déjame chupar.

PAREJO.- ¡Camará! Pus no te arteras tu poco.

MELINDRES.- Es que paese que me has tomao por un lipendi y yo…

PAREJO.- Tú, ¿qué?

MELINDRES.- Que yo chupo, que pa eso he puesto er fuego, que era er trato.

PAREJO.- ¡Ah! ¿Sí? Pues no chupas por desigente, y me incomodo y yo deshago el trato.

Se separan enfadados. Como diccionario básico de los barrios bajos diremos que arteras es astuto; lipendi es bobo; mistos son cerillas.

 

              Tras esta escena se produce la última mutación.

 

El cuarto cuadro nos muestra el interior de una casa de pueblo. Don Fabián, Rosario, Simona y Colás están rezando el rosario antes de acostarse.

Simona indica que el “demandero” de las monjas ha traído un bizcocho con merengue que guardan en la despensa. Es posible que sea el mismo de la obra Los Mostenses, ¿quién sabe?

Todos abandonan la escena, se van a dormir y llega Juan. Entra don Fabián, y como no conoce a Parejo ni de vista, le confunde con su actual sobrino y posible hijo, le saluda efusivamente y manda venir a Rosario, que se queda de piedra al verle en la cocina.

Nueva ausencia de don Fabián y aparece Parejo. Canta diciendo que no sabe ni el aspecto que tiene don Fabián y viceversa.

Al final convencen a Parejo para que se esconda en la despensa. Pero sale Colás y revela el escondite de Parejo y que el novio de Rosario es Juan. Don Fabián entra en cólera y les persigue mientras ellos piden clemencia. Parejo entrega una carta a don Fabián en la que explica que Parejo es hijo de Nicanora, hermana de Torcuata, la criada con la que había tenido relaciones don Fabián; que el hijo de ésta llegaría al día siguiente al regimiento.

Estando más calmado don Fabián, permite verse a Juan y Rosario y finaliza la obra.

ROSARIO.-

Y tú público imparcial,

no nos juzgues muy severo,

perdona al Cabo Primero

¡y asciéndele a general!

 

Telón.

Ahora podemos disfrutar de la romanza más hermosa cantada por Montserrat Caballé: Yo quiero a un hombre: https://www.youtube.com/watch?v=CXSFd5k_Ino

Y esta otra versión de Berna Perles: https://www.youtube.com/watch?v=rd67l11zEyM

 

 

MENSAJES DE ARNICHES

 

MENSAJE NÚMERO 82: Tras leer esta zarzuela se puede considerar a Arniches como el antimilitarista número uno. Ridiculiza al ejército, a sus ejercicios, a sus mandos y a sus soldados.

 

MENSAJE NÚMERO 83: Arniches denuncia la corrupción entre la clase médica con tal de obtener prebendas. Vamos, como ahora.

 

MENSAJE NÚMERO 84: Arniches hace una crítica a la comida en el ejército. El rancho nunca ha sido lo mejor del ejército y él lo sabía.

 

MENSAJE NÚMERO 85: Como en otras ocasiones, Arniches es partidario de que los enamorados aguanten contra todo con tal de que su amor salga adelante.

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