LA SOMBRA DEL MOLINO

O

EL AMOR A LA PATRIA

 

               Esta zarzuela se  estrena el 21 de Noviembre de 1914, tan solo cuatro meses después de haberse iniciado la Primera Guerra Mundial. Es su obra número 19 en solitario. Es una obra un tanto atípica en la trayectoria de nuestro autor. Podemos considerarla como una obra de su Etapa Histórica.

 

Sitúa la acción en 1797, los franceses están invadiendo el Tirol. La obra es un canto de amor a la patria del Tirol, a los esfuerzos por no dejarse humillar por el invasor francés. No sabemos si es un reflejo de la posición de Carlos Arniches en contra de Francia en la guerra del 14.

 

ARNICHES Y LOS VASCOS EPISODIO NÚMERO 10.

 

Una de las características de Carlos Arniches, tal y como lo reconoce en su autorretrato, es que se supo rodear de unos brillantes colaboradores. En este caso el maestro que le acompaña es el gran músico vasco Vicente Arregui Garay (1871- 1925). De origen navarro se desplaza a Madrid llevado por sus padres. Recibe una amplia formación musical tanto en Madrid como en Roma. Tuvo una influencia muy importante de Wagner y Strauss (145).

 

Gran compositor, pianista y crítico, escribió al menos 12 óperas y zarzuelas entre las que cabe mencionar: Colón; Maya; El cuento de Barba Azul; Yolanda; La Duquesita; La sombra del Molino; La sombra de Marina; Los ojos garzos; El alcalde de Cantarranas; Chao; La sombra del Rey Galán (146), así como Melodía Regional con el Orfeón Donostiarra (147).

Vicente Arregui Garay

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La acción se desarrolla en un solo acto con 17 escenas todas en el interior de un gran molino en el Tirol. Lugar perfecto para trabajar y cantar las hermosas melodías del compositor vasco.

 

En este molino se conspira constantemente contra el invasor, el cruel Napoleón. Elías ha dado toda su fortuna al ejército y su hija Isabel ya no dispone de dote para casarse con Jorge.

Destacamos dos momentos de aspecto pastoril con el que nos introducen en la historia del molino. El Ángelus es interrumpido por los clarines de guerra.

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 163. (39)

 

(Escena I.)

 

ISABEL.-            Cuando quieras ser constante,

ven a escuchar el molino:

pasan días, pasan años

y siempre canta lo mismo.

Así tie que ser la moza

que es cabal,

con el mozo que la quiera,

siempre igual.

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 164. (40)

 

(Escena I.)

 

HOMBRES.-       El Ángelus lejano

que suena en la campana

nos dice misterioso:

“Dejad de trabajar.”

 

MUJERES.-        Dejad vuestras labores;

ya volveréis mañana.

Corred, porque os espera

la paz de vuestro hogar.

 

TODOS.-             El Ángelus lejano

que suena en la campana

nos dice misterioso:

“Dejad de trabajar.”

 

SEÑOR ELÍAS.- De nuevo sonaron

Clarines de guerra.

¡Clarines malditos!

Dejadnos. Callad.

 

ISABEL.-            Su triste sonido

a todos aterra…

Se alejan.

 

TODOS.-             Dios mío,

traednos la paz.

 

Elías le cuenta a Isabel que ha donado todo por la patria.

 

(Escena VI.)

 

SEÑOR ELÍAS.- Lo que guardaba para ti, que eres hija mía, lo necesitó la patria, que es madre de todos, y por ella lo di; por su libertad, por su independencia. Me parece cobarde que el rico esconda su dinero cuando el pobre va a dar su vida. Los instantes son de dolor y aflicción, la patria muere; hay que salvarla, hay que darlo todo por ella.

 

ISABEL.- ¡Bien hecho, padre! ¿De manera que somos pobres?

 

SEÑOR ELÍAS.- ¿Te aflige?

 

ISABEL.- ¿Afligirme? He dicho que Dios, usté, Jorge y mi patria son mis amores.

 

SEÑOR ELÍAS.- ¡Eres mi hija!

 

ISABEL.- ¡Soy tirolesa!

 

El mensaje número 391: En esta reacción de abnegación, Arniches nos presenta lo que debe ser al amor a la patria, amor a la independencia, capaz de darlo todo: hacienda y vida.

 

Tras esta patriótica conversación entre padre e hija, llegan el novio y su padre para pactar los términos del matrimonio. Jorge se acerca cantando.

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 165. (41)

 

(Escena VII.)

 

JORGE.-              Camino del molino

van mis amores,

y cuanto más se acercan,

¡ay!, son mayores.

¡Si se supiera

que la culpa la tiene

la molinera!

 

Los suspiros que lanzo

los lleva el viento,

y con ellos se lleva

mi pensamiento.

 

¡Si Dios hiciera

que llegara a saberlo

la molinera!

 

Con qué ansiedad te buscaba,

¡vida mía!

Ahora sé lo que te quiero;

¡hasta este instante

no lo sabía!

 

ISABEL.-            Rezo con fervor tan hondo,

tan sincero,

que nada puede ocurrirte;

¡Dios te defiende

porque te quiero!

Cuando aquí vienes,

los campos ríen,

se abren las flores,

y el aire tibio

susurra amores.

 

JORGE.-              Siento al mirarte

dicha inefable

-vida del cielo-,

goce infinito,

de algo que se halla

sobre este suelo.

 

El señor Alberto es un avaro conocido y al enterarse de la pobreza en la que vive el molinero, que todo lo da para la lucha contra los franceses, no hace sino burlarse de semejante actitud y abandonar la reunión. Jorge, que había iniciado la escena con un canto de amor hacia Isabel, da la callada por respuesta y se marcha. Isabel queda desolada.

 

Por otro lado, varios trabajadores del molino dan la nota caricaturesca a la obra. En el momento de llegar los soldados franceses preguntando por el rebelde Claudio Isburk, simulan ser uno sordo (Ladislao), la otra muda (Casilda) y el otro tonto (Corvino). Esto desata las pocas carcajadas que se pueden dar.

 

Claudio Isburk logra entrar en el molino cuando los franceses se van. No se atreve a declararle su amor a Isabel aunque sí escucha de sus labios, la profunda tristeza que le causa el haber perdido a Jorge por ser pobre. Dinero. Ahora solo piensa en conseguir dinero.

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 166. (42)

 

(Escena XIV.)

 

CLAUDIO.-         De una niña, bonita como un sol,

se enamoró un soldado del Tirol.

Ella era linda como una rosa,

y él era bravo como un león,

pero al hallarse junto a la hermosa

nunca le hablaba de su pasión.

 

Y las gentes al verlos al pasar,

sin hablar, les cantaban burlones

un cantar militar. Rataplán, rataplán.

 

Soldado enamorado que buscas un amor,

valiente, de frente, ataca con valor.

Rataplán, rataplán.

 

Soldado, ten cuidado, que es frívolo el amor.

Y ahora el pobre soldado que no alcanzó su amor,

canta muy apenado llorando aquél dolor:

 

De una niña, bonita como un sol,

se enamoró un soldado del Tirol.

Ella era linda como una rosa,

y él era bravo como un león.

 

Hay una recompensa de 20.000 florines por la cabeza de Claudio Isburk, así que, conmovido por el dolor de Isabel, decide entregarse disfrazado de mendigo.

 

La escena con la que se resuelve la obra es un poco difícil de explicar. El mendigo le asegura al capitán francés que sabe dónde está Claudio, pero que exige que le dé el dinero antes, y va el francés y se lo da. Claudio se lo da a Isabel y le dice, “ahí tienes la dote para casarte con Jorge”; y a renglón seguido se entrega al capitán. Éste queda impresionado por el valor heroico de Claudio y le da la libertad ¡y el dinero!

 

(Escena XVII.)

 

OFICIAL.- ¡No sé, por devolveros la libertad que castigo mereceré; pero todos los acepto porque mi vida es de Francia, pero mi conciencia es mía.

 

Mensaje número 392: Arniches destaca la importancia de la libertad de conciencia incluso en un conflicto bélico.

 

 

 

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 173

 

Podemos destacar algunos pasajes graciosos.

 

(Acto I, Escena II)

 

CASILDA.- ¿Y no te da vergüenza que te llamen gallina?

 

LADISLAO.- Mucha, mucha, no; ¿no ves que desde chico me estoy oyendo comparar a volátiles? De pequeño me llamaban pichón; de mayorcito, pollo; cuando tuve relaciones contigo, ganso; cuando me casé, pavo, y ahora gallina; conque a ver si no es pa acostumbrarse.

 

CASILDA.- ¡Pero qué sinvergüenza eres!

 

LADISLAO.- Por muchos años.

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 174

 

(Acto I, Escena III)

 

CORVINO.- ¿Pero se ha asustao usté mucho?

 

LADISLAO.- Mucho, mucho, mucho, no; pa una apoplejía fulminante na más.

 

MENSAJES DE ARNICHES

 

MENSAJE NÚMERO 391: En esta reacción de abnegación, Arniches nos presenta lo que debe ser al amor a la patria, amor a la independencia, capaza de darlo todo: hacienda y vida.

 

MENSAJE NÚMERO 392: Arniches destaca la importancia de la libertad de conciencia incluso en un conflicto bélico.