EL SEÑOR BADANAS
O
LA CRÍTICA FEROZ A LA POLÍTICA.
Primer fotograma de la obra en Televisión Española
https://www.youtube.com/watch?v=iuIM0bKV9YE
Se estrena esta obra el 19 de diciembre de 1930. Vamos ver las 18 próximas razones por las que Arniches quiso escribirla, los 18 mensajes que nos dejó. La cantidad es tan alta, tan abrumadora, que el contenido de la obra ha hecho de la misma un referente de su teatro. Tenía tantas cosas que decir, que el personaje grotesco del señor Saturiano García Badanas, el Señor Badanas, queda perfectamente definido. Es su obra número 61 en solitario y la denominó como Tragicomedia. Para muchos será una Tragedia Grotesca.
La crítica a la política es feroz. Se critica sus formas y su fondo, sus personajes y sus chupones, ellos y ellas… No deja títere con cabeza. Pertenece naturalmente a su Etapa Política y Etapa de Crítica Social.
FAMILIA TIPO DE ARNICHES EPISODIO NÚMERO 43.
Los padres son Saturiano y Melitona, la hija Anita y su novio Adolfo, el pretendiente es Felipe, el hijo del ministro.
La obra arranca de una forma brillante. Se ve una condecoración tal y como refleja el fotograma. El señor ministro está imponiendo una condecoración a Badanas y aprovecha para soltar un discurso vacío e hilarante.
Gran Cruz al Mérito Civil
DISCURSOS DE ARNICHES NÚMERO 24.
(Acto I, Escena I)
MINISTRO.- ¡Y yo os digo que no, no, no!… ¡Y no me digáis que sí, porque no! ¡Y si alguien me dijera que sí, yo estaría diciendo que no y repitiendo como el eco cierto de nuestras realidades políticas un no, no, no,… que se extinguiera retumbante por todos los ámbitos nacionales!
TODOS.- (Aplaudiendo.) ¡Bravo!…
MINISTRO.- Sé que os estoy cansando.
TODOS.- ¡No, no, no, no!
MINISTRO.- ¡Ah, sí…!
VELLOSO.- No.
COMBA.- Cállate, Velloso, que no lo dice en serio.
MINISTRO.- Ahí lo tenéis, ante vuestros ojos, condecorado y enaltecido. ¿Y vosotros creéis que eso es un hombre? Pues no es un hombre (cara de extrañeza en Badanas). Eso es un símbolo (cara de satisfacción en Badanas). ¡Más!… ¡Eso es un tipo dechado de probidad, de energía y de entereza! (Aplausos.)
VELLOSO.- (Se dispone a leer unas cuartillas.) “Señor director…”
MINISTRO.- No he terminado.
VELLOSO.- Perdón. (Se retira y se las guarda.)
MINISTRO.- Ahí le tenéis; ese hombre es un hombre agraciado… (Cara sonriente en Badanas.), es un hombre agraciado por el Gobierno, que inmerecidamente represento, con la Gran Cruz y Banda Municipal de Asistencias Puntuales, porque es un funcionario laborioso, que ha sabido elevarse desde la modesta clase de oficiales quintos hasta la importante Dirección General de Carreteras Asfaltadas y Secundarias.
TODOS.- ¡Bravo!…
VELLOSO.- (Como antes.) “Señor director…”
MINISTRO.- No he terminado.
VELLOSO.- Bueno. (Se retira.)
MINISTRO.- Ved a este hombre, sonriente y modesto unas veces…(Pone la cara de las circunstancias que el ministro enumera.) Otras, afectado y a punto de llorar, conmovido por mis justos elogios. ¡Ah señores! Ante estos casos tan gratos a la voluntad del Gobierno, yo digo, yo aseguro, yo afirmo que todavía en España se saben premiar las cívicas virtudes de los funcionarios enérgicos. ¡Ah, sí, se saben premiar!, y yo os digo que sí, sí, y sí, y no me digáis que no, porque sí, y si alguien me dijera que no, yo estaría diciendo que sí y repitiendo, como el eco cierto de nuestras realidades políticas, un sí, sí, sí, sí, sí, sí… que se extinguiera retumbante por todos los ámbitos nacionales.
Pasa a imponer la Gran Cruz y Salustiano responde con unas palabras de gran emoción.
Mensaje número 827: Arniches aprovecha esta ocasión para criticar a la política y a los discursos vacíos.
Acaba explicando que todo se lo debe a la energía de su carácter, a la entereza de su carácter y a la inflexibilidad de su carácter.
Después dan vivas a la su mujer, a Melitona.
En el momento de la foto, Adolfo se ve relegado y cuela la cabeza por diferentes lugares siendo ampliamente regañado por el fotógrafo. Al final, lo mandan al pasillo y no sale en la foto.
Se van todos y quedan en escena Anita y Adolfo y ésta aprovecha para reprochar su comportamiento. Está harta de sus celos.
Melitona sale rebosante de alegría y Saturiano no puede con su alma. Le coloca bien la ropa, la banda, lo maneja como un pelele…
CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 414.
(Acto I, Escena IV.)
MELITONA.- Vamos, Saturiano; ¡yérguete!, ¡estírate!… ¡Crece!
Le exigen que se mantenga firme y que pronto conseguirá una cartera en el Gobierno.
(Acto I, Escena IV)
MELITONA.- (esposa de Badanas).- ¡Te puedes quejar!
TRISTÁN.- (hermano de Melitona).- ¿Y a quién se lo debes todo?… ¿A quién?… ¡Ingratón!
SATURIANO.- A vosotros, ya lo sé.
TRISTÁN.- ¿Qué te decía yo?… “Encúmbrate, Saturiano”. “Pero si yo no tengo talento para eso”, me replicabas. Y yo insistía: “En este país no hace falta el talento para nada”.
MELITONA.- Y tú eres la prueba.
SATURIANO.- Es verdad.
TRISTÁN.- En un país como el nuestro, débil y claudicante, basta con tener un carácter enérgico e infalible…, o fingir que se tiene.
MELITONA.- Miles de veces se lo he dicho yo: en España la energía destaca.
SATURIANO.- Sí, pero vamos, yo para la energía de estaca no me siento con fuerzas…
Mensaje número 828: Denuncia el país de la trampa, donde no es necesario el talento, donde lo que se necesita para trepar es fingir que se tiene carácter, energía, y define este país como débil y claudicante.
Impresionante. Más si sabemos que esta obra se estrena el 19 de Diciembre de 1930, bajo el gobierno del General Dámaso Berenguer, en los últimos meses del reinado de Alfonso XIII. ¡Era una dictadura y se decían estas cosas en la navidad!
Tristán y Melitona recuerdan cómo ha ido ascendiendo en su carrera: primero cuatro empleados de Arenillas del Duero en la cárcel. El Ministro comentó: “¡Un hombre que exige responsabilidades en este país! ¡Qué hombre tan extraordinario! Entereza tan ejemplar, hay que premiarla…” Y ascendió.
Ahora debe resolver el expediente de Carrascosa. Por lo visto, el Ministro ha ascendido a González Lachica cuando el ascenso le correspondía a Carrascosa. Eso ha enfurecido a este personaje que ha debido escribir al Ministro pidiendo una reparación, en términos un poco vivos.
Saturiano tiene miedo de Carrascosa. Tristán además quiere que despida a Adolfito con la finalidad de dejar el camino hacia Anita, libre para Felipe.
Melitona fantasea con los sucesivos ascensos de su marido si sigue las directrices del Ministerio, si sigue despidiendo a gente de forma injusta y firmando todos los expedientes que le presenten.
Y quiere recibir la Orden de las Damas Nobles de la Reina María Luisa. Hoy en día está presidida por la Reina Leticia que es la actual Gran Maestre (79). También se hará llamar “Condesa de Casa de Badanas”.
Orden de las Damas Nobles de la Reina María Luisa.
(Acto I, Escena V)
SATURIANO.- “España está falta de grandes caracteres”, me dijo el otro día el presidente del Consejo…
Adolfo, el novio de su hija Anita, también sobra según el ministro, y Saturiano lo manda a Canarias.
ANITA.- ¡Pero papá, decirme eso tú, que eres tan bueno!
SATURIANO.- Era. Cuando no es uno nada, puede ser bueno. Hoy soy algo más. Soy Director General, Gran Cruz… ¡Me debo a mi prestigio! ¡Hay que echar a Adolfito!
Mensaje número 829: Es más fácil ser bueno cuando no se es nada.
…..
ANITA.- Pero, ¿y el amor que tengo a Adolfo, papá?
SATURIANO.- ¡Por Dios, hija; el amor, el amor!… El amor es una cosa de gente débil y claudicante… Pregúntaselo a tu tío y verás.
…..
ANITA.- Entonces, ¿tú nunca has querido a mamá?
SATURIANO.- No…, digo sí… Sí, pero vamos, no. Cuando era joven me figuraba que la quería…, ¡espejismos!… ¡pero luego, con los años, entra la reflexión sensata, viene el engorde; el junco se convierte en tonel, la flor en repollo, las ilusiones se derrumban… ¡Nada, hija mía; la vida es una cosa más seria!… La vida son intereses, conveniencias, prestigios… Hay que prescindir de Adolfo.
Mensaje número 830: La perversidad de los razonamientos de las personas cuando llegan al poder.
CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 415.
(Acto I, Escena VI)
MANCHÓN.- Una Comisión de Empleados Subalternos de la Dirección General del Ramo desea saludar y pedir una gracia a vuecencia.
MELITONA.- ¿A mi ecencia?
HERMINIA.- ¡Pedirte a ti una gracia!
TULITA.- ¿Usted hacer una gracia?
CHARITO.- ¿Le habrán tomado por Xaudaró? ¡ja, ja, ja!
Joaquin Xaudaró y Echau (1872- 1933) fue un dibujante muy notorio por aquella época. En el momento del estreno de la obra quedaban tan solo 3 años para su fallecimiento. Colaboraba en revistas como Blanco y Negro con la que también colaboró Carlos Arniches en 1917 con los doce Sainetes del Madrid Castizo.
Es de remarcar, que las amigas de Melitona son unas auténticas víboras dispuestas a devorarla, y que ella, que se las da de aristócrata, no entendía la forma de hablar del criado.
Tienen una conversación entre Melitona, Herminia, Beba, Charito, Leopolda y Tulita en la que cada una va riéndose de los humildes oficios del padre o madre de cada una, de si tuvieron relaciones o no antes de la boda…
Además, conocen la terrible papeleta que les queda con el expediente Carrascosa…, en palabras de Charito – un hombre sombrío, tenebroso, agresivo…- Han hecho apuestas en el ministerio a que no le echa.
La Comisión está formada por tres empleados llamados: Calle, Rico y Manteca. Entra Manteca y dice: “pasa rico”. Entra Rico y dice: “pasa calle”. Todo de lo más ocurrente. Ellos vienen pidiendo que el caso de Carrascosa sea sobreseído. Este expediente es fundamental en la carrera de Saturiano si quiere seguir ascendiendo. Carrascosa sufre un abuso de poder, no fue ascendido cuando le correspondía y se montó una buena en el ministerio, por lo que se lo quieren quitar de encima. Carlos Arniches ha definido a este personaje como un hombre terrible, de aspecto, de tamaño y de formas. Sin embargo, a pesar de lo fiero de su aspecto es un hombre justo que sufre por la enfermedad de su hija, cuyo tratamiento se lleva la casi totalidad de su sueldo: 4.000 pts. al año (9.080 €), vamos, una miseria. Carrascosa sufre además “convulsiones involuntarias”, es decir, el típico tic, pero que debía ser terrible. Esto añade aún más comicidad a las escenas del pequeño Saturiano y el gran Carrascosa.
Tristán avisa a la Comisión de la “severidad” del carácter del señor director… Saturiano los recibe de forma muy severa y los va empequeñeciendo y aterrorizando con sus palabras. ¡Ellos solo quieren huir!
DISCURSOS DE ARNICHES NÚMERO 25.
(Acto I, Escena X.)
SATURIANO.- Es decir, lo que yo debo decir a ustedes es queden aquí sentados…(Se sientan los tres a un tiempo.) En pie. (Se levantan.) Que queden aquí sentados los dos principios fundamentales de toda disciplina, que son el acatamiento y la conformidad.
LOS TRES.- Sí, señor.
SATURIANO.- Y ahora siéntense… (Se sientan.), o no se sienten, (Se levantan.), tales principios…, tiéndase … (Se quedan locos, mirándose unos a otros.) Pero ¿se quieren ustedes estar quietos? (Se quedan inmóviles.)… tiéndanse de un extremo a otro de España los hilos que transmitan la vigorosa idea de que el bien público solo se logrará con el acatamiento a la autoridad y el respeto al superior jerárquico. Lo contrario sería una revolución de clases que nos llevaría al caos, y dicho lo de la revolución…, a coger las trincheras…, a coger los sombreritos y a decirle a Carrascosa que cumpliré con mi deber, sin que me importen sus baladronadas. He dicho.
Tristán alaba a Saturiano efusivamente y aparece Carrascosa. Es un hombre cejijunto, de cara sombría y tenebrosa. Aspecto desagradable. Vestido con excesiva modestia, casi con pobreza, pero con limpieza y decoro. Descripción de Arniches. Además, para aumentar la comicidad en un personaje tan serio, como hemos dicho antes, Arniches le ha dotado de un tic o contracción nerviosa que hace que todo su cuerpo se mueva y su cara adopte un gesto de fiereza terrible.
Carrascosa introduce su caso ante los presentes que no le quieren recibir. Él insiste. Sufre un par de contracciones y el pánico se apodera de todos. Pide hablar a solas con el Director. Finalmente lo consigue.
(Acto I, Escena XIII)
CARRASCOSA.- (En pie, espera y como no llega la invitación a sentarse, se sienta.) Muchas gracias.
SATURIANO.- ¿Le he mandado sentarse?
CARRASCOSA.- Sí, señor.
SATURIANO.- No lo había oído.
CARRASCOSA.- Yo, sí. No haberme mandado sentar hubiera sido una gran descortesía, y yo a los superiores no les dejo caer en falta.
SATURIANO.- Muchas gracias.
El maestro de la escena ha conseguido dar la vuelta a una situación que parecía que iba a ser como la de un ogro, y nos presenta a un Carrascosa inteligente con sus superiores aunque tenaz y decidido.
CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 416.
(Acto I, Escena XIII)
CARRASCOSA.- Señor director, unos infelices compañeros, movidos de un sentimiento de piedad, se han acercado a usted para solicitar el sobreseimiento de mi expediente. Han hecho mal, ya se lo dije. Yo no quiero piedad. Yo quiero justicia. ¡Arjjjj! (Otra sacudida nerviosa.) Perdone, es de nacimiento.
SATURIANO.- (Que se ha llevado otro susto. Aparte) ¡Caray!, para él será de nacimiento pero para mí es de defunción.
Arniches habla de la cantidad de ministros y de jefes de diferentes niveles que ha tenido Carrascosa desde 1890.
CARRASCOSA.- Usted sabe, señor director, que tengo fama de hombre tenebroso, agresivo y brutal; pero no sé si sabrá usted que soy un hombre de bien, cumplidor de mi deber, que llevo cuarenta años empleado, que tengo cuatro mil pesetas (9.080€), y que he soportado ciento noventa y dos ministros y quinientos setenta y cuatro títeres que se me han saltado a la torera en el escalafón.
Mensaje número 831: Arniches nos describe una situación política en los últimos cuarenta años de absoluto descalabro. Ha tenido una media de 5 ministros por año. Ese vaivén político está llevando a la máxima crispación a un país que estallaría en una guerra en un plazo de 6 años.
CARRASCOSA.- Y también sabrá usted que tengo una hija. Con ese sueldo y esta mala fortuna mía no se tiene derecho a tener una hija; pero la tengo. Es una niñita delicada, que Dios sabe a costa de cuántos esfuerzos voy sacando adelante. He sufrido por su bien agravios, pretericiones, heridas crueles de amor propio en mi carrera. Y todo lo he sufrido con resignación y hasta con cierta alegría. Los sacrificios engrandecen todos los cariños.
Mensaje número 832: “Los sacrificios engrandecen todos los cariños”. Esta frase pronunciada por Carrascosa identifica el sentir de Arniches sobre el amor a los hijos. Nunca dejó de sacrificarse por ellos, de sentirse orgulloso de tanto esfuerzo, de quererlos como los quiso hasta el extremo.
CARRASCOSA.- (Vuelve al tono áspero.) Pero hoy la vida es más dura. No tengo bastante para mi hija con lo que gano. El ministro intenta privarme de un ascenso legítimo, y he perdido la serenidad. Este es mi delito. Hágame usted justicia. A eso vengo.
SATURIANO.- ¿Es súplica o es mandato?
CARRASCOSA.- La justicia no se suplica ni se manda. Se pide. Eso hago.
Mensaje número 833: “La justicia no se suplica ni se manda. Se pide. Eso hago.” ¡Qué importante es para Arniches el concepto de Justicia con mayúsculas! Arniches “pedirá” justicia para todos los pobres durante toda su vida, no limosna, sino justicia: que haya trabajo para todos para que todos salgan de la pobreza.
SATURIANO.- Pero usted, señor Carrascosa, no ignora que protestar contra cualquier resolución de la superioridad es una falta gravísima.
CARRASCOSA.- Cuando una superioridad comete una injusticia, ya no es superioridad; es una inferioridad, que denigra el poder que se le concede, porque el que no es justo no es superior.
Mensaje número 834: Arniches introduce una interpretación del poder como algo que se “concede” de abajo hacia arriba. Además, este poder deberá mantenerse dentro de la justicia como condición inherente para seguir detentándolo.
Este profundo pensamiento expresado por Arniches, recuerda al planteamiento de los Fueros de los pueblos en los que los reyes debían obtener el consentimiento de los nobles, y éstos después le alzaban. Las acciones injustas de ese Rey podrían conllevar la desobediencia. De ahí surge la frase: se acata pero no se cumple.
Saturiano no accede a la petición de Carrascosa.
CARRASCOSA.- Veo con dolor que usted es más desgraciado que yo….
SATURIANO.- ¿Qué quiere usted decir?
CARRASCOSA.- Más desgraciado que yo, porque para sostenerse necesita recurrir a la injusticia, al servilismo…
Mensaje número 835: Qué definición tan contundente: “usted es más desgraciado que yo porque para sostenerse necesita recurrir a la injusticia, al servilismo…” Arniches dando en la línea de flotación entre ley y justicia.
Saturiano indignado, manda a la calle a Carrascosa, él le pide justicia; “le llegará, y bien severa”. Entonces enfurecido le agarra al Director por la condecoración y le zarandea, le despeina, le rompe la banda, cae la cruz al suelo, pide socorro, Carrascosa huye y entran todos a los gritos de Saturiano pidiendo socorro, pidiendo la defensa de su honra…
CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 417.
(Acto I, Escena XIV.)
TRISTÁN.- ¿Tú deshonrado?… ¿Dónde está su cadáver?
SATURIANO.- ¡Se ha ido!
MELITONA.- Pero ¿te has dejado pegar?
SATURIANO.- ¡Me ha pegado sin dejarme!
Todos claman venganza. Saturiano enfebrecido por los gritos firma el expediente de Carrascosa y grita eufórico que queda despedido.
CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 418.
(Acto I, Escena XIV.)
SATURIANO.- (Loco, exasperado.) ¡No!… ¡Y no quedará! ¡Yo te lo juro! ¡Mi venganza será terrible! ¡Venga mi cruz, mi banda! (Se las pone trémulo.) Aquí tengo el expediente. (Sobre su mesa.) Voy a firmarlo. (Lo firma convulso.) ¡Carrascosa está en la calle! (Tira la pluma.)
TODOS.- ¡Bravo! ¡Bien! (Le aplauden.)
ADOLFO.- ¡Muy bien, don Saturiano!…
SATURIANO.- ¡Nada de muy bien! ¡Tú, a la calle también!
ADOLFO.- Pero…
SATURIANO.- ¡A la calle he dicho! (Le echa a empujones.)
ANITA.- ¡Por Dios, papá!
SATURIANO.- ¡A la calle! Y usted… (Une a su hija y al hijo del Ministro.), aquí, junto a mi hija. Este es mi deseo. ¡Cúmplase!
Encomienda de Carlos III
De un plumazo y en un final de acto trepidante muy propio del teatro de Arniches, Saturiano firma el expediente, expulsa a Carrascosa, a Adolfo y además, da la bendición a la pareja de su hija con Felipe el hijo del ministro.
En el segundo acto vemos la misma decoración. Es de día.
Carrascosa hace guardia en la calle. Saturiano no vive. Sueña con él. Es una pesadilla.
Le conceden la Encomienda de Carlos III que tenemos arriba y la Subsecretaría del Ministerio. La carta en la que viene la cruz como recompensa a haber despedido a Carrascosa y a Adolfo, el novio de su hija Anita, trae también la “sugerencia” de ¡otros 26 expedientes!
Esto termina de hundir a Saturiano que se ve desbordado y sin el cariño de Anita. Además, Carrascosa está haciendo guardia en la esquina de su casa noche y día.
Entretanto Manteca viene con la orden del ministerio para que elijan coche. Saturiano da prioridad a Melitona par que elija. Ella muy recatada, dice que la voluntad de su marido. Tienen para elegir un Fiat, Nash, Lancia Chrisley y Aubur. Saturiano elige el Lancia, entonces interviene Melitona.
CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 419.
(Acto II, Escena V)
SATURIANO.- Hombre, sí. Este modelo es bonito. Y desde luego un Lancia me parece que…
MELITONA.- Espera, espera… Siempre lo que tú dispongas… Pero ¿dónde se va a poner un Lancia con Aubur, que es la última palabra?… De modo que tu opinión es la que decide; pero o Aubur, o nada.
MANTECA.- ¿Entonces?
MELITONA.- Lo que mi marido disponga ; pero o Aubur, o nada.
Manteca le cuenta que Carrascosa vive en una situación desesperada. No acepta ayuda de sus amigos y ya no tiene fondos. Su hija empeora y le han visto pedir limosna. Cuando se van aparece Adolfo que está fuera de sí y obliga a la doncella a que llame a Anita. Al salir le cuenta que Tristán lo ha trasladado a Canarias. Está furioso, neurasténico. Al final consiguen calmarlo y se van.
Entra Manchón que se ha encontrado con Estrella, hija de Carrascosa. Le cuenta que es su madre, muerta hace 5 años, la que le dice lo que debe hacer cuando ve triste a su padre. Y ahora le ha indicado que visite al que le dejó cesante. Le avisa de las intenciones de matarle de Carrascosa y hoy le ha visto entrar en esta casa. Ahora mismo está dentro. Saturiano tiembla como una hoja.
Saturiano coge a Estrella y se protege mirando a la puerta por donde aparecerá Carrascosa. Le grita para que salga.
Finalmente, sale Carrascosa en actitud serena. Saturiano le ofrece su pecho para que le dispare, quiere acabar con ese suplicio.
(Acto II, Escena XII)
SATURIANO.- Yo me vi obligado…
CARRASCOSA.- Nada debe obligarnos a la injusticia que puede hundir en la miseria y en la muerte a unos seres humanos. Eso ha hecho usted conmigo y por eso teme mi venganza.
Mensaje número 836: Nada debe obligarnos a la injusticia que puede hundir en la miseria y en la muerte a unos seres humanos.
Carrascosa le cuenta que una vez que llegó el hambre a su casa, se juró que le mataría. Pero no ha podido. Se considera un cobarde. Por eso ha decido matarse él, para no ver el futuro desolador de su hija.
CARRASCOSA.- ¿Quiere usted que viva para que me vea lanzado, por dar un pedazo de pan a mi hija, al oprobio de mendigarlo?… ¡No!… Y para esta desolación, ¿cuál ha sido mi delito?… Protestar, rebelarme ante una injusticia con toda la dignidad de mi historia humilde. ¡Porque piense usted, piensen todos, que los que no podemos alcanzar dignidad, bien merecemos que se nos permita siquiera el orgullo de nuestra propia dignidad! ¡Porque si ni eso podemos tener, para qué queremos la vida!
Mensaje número 837: La dignidad como sustento de la vida.
SATURIANO.- (Conmovido) … Yo le juro que le daré la reparación que debo…
CARRASCOSA.- ¡Don Saturiano!
SATURIANO.- ¡La mano!
CARRASCOSA.- ¡Sí, que esta mano que cometió el desafuero, también es generosa!
Mensaje número 838: El poder de la reconciliación.
Finaliza el acto con la entrada de todos los actores que han tenido que sufrir la ira de Adolfo, que no puede tolerar su destierro a Canarias y su separación forzada de Anita, y se baja el Telón.
El escenario es el mismo que en los actos anteriores.
Al levantarse el telón se ve a Saturiano con Manchón, uno de sus ayudantes, metiendo unos papeles en un sobre dirigido al ministerio. Los mete, y los saca nerviosamente. Manchón le anima a que termine introduciéndolos.
(Acto III, Escena I)
SATURIANO.- ¿Sí?… ¿Crees tú?…
MANCHÓN.- ¡Métalos, caray, métalos y tenga usted carácter una vez siquiera!… ¡Que le quiero a usted con toda mi alma, don Saturiano, que a usted le debo el pedazo de pan que me como, y me apena de verle a usté ese sufrimiento que le va a costar la vida, hombre!
SATURIANO.- (Con espanto.) Es que fíjate, Manchón: director general…, y, pronto, ¡subsecretario!… ¡Gran Cruz!… ¡Una carrera brillante!… Mi fama de hombre enérgico, por toda España… ¡Y de pronto…, perder todo eso! Porque ésta es mi dimisión (Enseñándole a Manchón los papeles), pidiendo que se me reintegre a una provincia de Jefe de Negociado… Esta es una carta amenazando al ministro con que si no repone a Carrascosa, daré el escándalo… Y éste es el expediente de Carrascosa, con el fallo rectificado… ¡Figúrate!… Me despreciarán, me echarán de aquí… ¿Qué hago, qué hago Manchón?.. ¿Los meto? ¿No los meto?
MANCHÓN.- ¡Métalos!… ¡Que lo primero es la conciencia de los hombres, que es lo que vale en este mundo para vivir sin temor a nadie ni recelo de nada!
SATURIANO.- Sí, Manchón, tienes razón. ¡Sea lo que Dios quiera!… Sé que mi mujer me va a maltratar, me va escupir…, y que se reirá de mí todo el mundo al ver lo grotesco de mi…
MANCHÓN.- Pero usted se reirá del mundo entero, porque cuando una persona hace lo que debe, es cuando está más a propósito para reírse de todos.
Mensaje número 839: Lo primero es la conciencia de los hombres, que es lo que vale en este mundo para vivir sin temor a nadie ni a nada y así, poder reírse uno del mundo entero.
En el último instante Saturiano decide no enviar los papeles.
MANCHÓN.- No… (Hurtando el cuerpo para que no se los quite.) ¡Y pecho al agua, don Saturiano! ¡Ánimo, que esto que hace usté ahora se lo va usté a encontrar en salú y alegría!…
Mensaje número 840: Arniches nos da otra razón más para actuar correctamente, las buenas acciones nos dan alegría y salud a la postre.
Llega Tristán al oír el forcejeo. Manchón se va a entregar los papeles al ministro. Carrascosa no le cuenta nada. Tristán ha venido a comunicarle que va a denunciar a Adolfo por agresión y Saturiano va desmontando una a una todas las acusaciones…
Cuando se va Tristán llega Adolfo, que ha recibido la carta de Saturiano. Le pide disculpas por que se había dejado arrastrar al ir subiendo en la escala de poder, y eso, le estaba haciendo tomar decisiones equivocadas. Le cuenta que todo está ya en el ministerio.
(Acto III, Escena III.)
ADOLFO.- ¡Ha hecho usted bien, don Saturiano!; ¡bien!… Usted es un hombre pusilánime, dúctil, fácil de moldear…, y podrían empujarle a una tragedia grotesca, ridícula, de la que saliera usted escarnecido y sin honor…
Mensaje número 841: Nuevamente Arniches emplea a un personaje secundario para dar el principal razonamiento de la obra: “podrían empujarle a una tragedia grotesca”.
Se esconde Adolfo para dar una sorpresa a Anita. Le llama “un trasto solo que te puede amueblar toda la casa”.
Como de costumbre, para apoyar “lo malo” que era Felipe, el hijo del ministro, “adornan” su figura con un hijo con otra mujer.
Se marchan y llega Manchón con la información del Ministerio. El ministro ha dado dos puñetazos en la mesa y ha gritado: “¡Siempre he creído que ese hombre ese hombre era un idiota!…”.
Manchón se retira y llega la condesa de Mora Verde, mujer elegantísima envuelta en un espléndido abrigo. Va a inaugurar junto con Melitona y otras “nobles damas” la fundación contra el alcoholismo LA MUDA, que responde a Mutualidad Humanitaria Damas Antialcohólicas. La hache no la incluyen “porque es muda”. Quieren quitar el “vicio” de las clases populares. Están notando que ya no hacen las mismas reverencias a la clase alta como antes, y lo achacan a la bebida.
Mensaje número 842: Aprovecha Arniches para meter este mensaje de crítica social, en la que nos presenta a las damas de “la alta sociedad”, como falsamente preocupadas por la salud de los “pobres”, ya que solo les preocupaba que les atendiesen con el respeto y veneración que merecían.
A renglón seguido llega la duquesa de Puerto Viejo, vieja elegante, de pelo blanco e impertinentes. Don Saturiano se va y comienza la reunión de la MUDA. Eligen presidenta a la duquesa.
Tristán interrumpe la reunión de forma inopinada y le informa a Melitona de la dimisión de Saturiano y de la reposición de Carrascosa y Adolfo. Adiós a la fortuna, a los ascensos, a los coches…
(Acto III, Escena XI.)
TRISTÁN.- ¡Habíamos llenado de serrín un pelele…, y se nos vacía!
MELITONA.- ¿Y todo eso ya no tiene remedio?
TRISTÁN.- ¡Ninguno! ¡Qué remedio va a tener! Os enviarán a una Delegación de Hacienda de segunda o tercera clase, con Carrascosa de aditamento como oficial quinto, y a morirse de asco en un rincón provinciano!…
Melitona quiere coger del pescuezo al inútil de su marido y llevarle ante el ministro a que le pida perdón. Le coge y lo zarandea contra su hermano Tristán, y éste lo arroja contra Melitona… y así se pasan la escena, recibiendo Saturiano, y dando Tristán y Melitona.
En ese momento entra Carrascosa y Saturiano se refugia en él.
(Acto III, Escena XIII.)
MELITONA.- No es bondad; es miedo lo que tiene. ¿No lo ve usted?
CARRASCOSA.- ¡Miedo a ser malo!
SATURIANO.- ¡A ser malo!… Y por eso no he querido vivir con la conciencia oscurecida por la sombra de un crimen.
Entonces, surge el Saturiano encorajinado, surge el Arniches más poderoso.
SATURIANO.- Badanas soy. De su linaje vengo y no renegaré de él por todos los brillantes apellidos de la Tierra. ¡Porque Badanas, oídlo bien, quiere decir humildad, tristeza, resignación, y todo esto junto es honradez y dignidad!
¡Badanas es el que perdona por amor a la mujer que le ofende!
¡Badanas es el que no se atreve a matar al amigo que le ultrajó!
¡Badanas es el que trabaja en la oscuridad y en el silencio sin vocear su esfuerzo!
¡Badanas es el que se sacrifica y sucumbe sin premio y sin loanza!
¡Badanas es el héroe sin nombre, uno de los ciento cincuenta muertos de una batalla!… ¡Más triste aún!, porque para el soldado desconocido se encendió al fin, en holocausto, una luz eterna; pero para el héroe civil, innominado, no luce sobre su memoria más que el fulgor grotesco del ultraje: ¡Badanas!… ¡Pues bien, sí, Badanas soy! ¡Ni puedo ser más, ni quiero ser más!
CARRASCOSA.- Ni falta que le hace a usted. Porque ahora don Saturiano, sin honores, sin cruces, sin dignidades, es cuando le puedo llamar a usted, sin la farsa del tratamiento, ¡excelentísimo e ilustrísimo Señor!
Espectacular final con las normas por las que uno debe regirse una vida.
Mensaje número 843: Arniches nos enumera las virtudes que están ausentes en los funcionarios del gobierno: humildad, tristeza por los desfavorecidos, resignación, honradez y dignidad.
Mensaje número 844: Después nos explica la necesidad de perdonar a quien te ofende, a quien te ultraja, a trabajar en silencio, al sacrificio, al anonimato…
Se dirige enérgicamente a Tristán y lo echa a la calle; coge a Anita y la une a Adolfo; y a su mujer, le dice que no tema, que irán juntos a una provincia a comenzar de cero de nuevo.
Manda vender las condecoraciones. Carrascosa da un pescozón a Tristán y cae el telón.
MENSAJES DE ARNICHES
MENSAJE NÚMERO 827: Arniches aprovecha esta ocasión para criticar a la política y a los discursos vacíos.
MENSAJE NÚMERO 828: Denuncia el país de la trampa, donde no es necesario el talento, donde lo que se necesita para trepar es fingir que se tiene carácter, energía, y define este país como débil y claudicante.
MENSAJE NÚMERO 829: Es más fácil ser bueno cuando no se es nada.
MENSAJE NÚMERO 830: La perversidad de los razonamientos de las personas cuando llegan al poder.
MENSAJE NÚMERO 831: Arniches nos describe una situación política en los últimos cuarenta años de absoluto descalabro. Ha tenido una media de 5 ministros por año. Ese vaivén político está llevando a la máxima crispación a un país que estallaría en una guerra en un plazo de 6 años.
MENSAJE NÚMERO 832: “Los sacrificios engrandecen todos los cariños”. Esta frase pronunciada por Carrascosa identifica el sentir de Arniches sobre el amor a los hijos. Nunca dejó de sacrificarse por ellos, de sentirse orgulloso de tanto esfuerzo, de quererlos como los quiso hasta el extremo.
MENSAJE NÚMERO 833: “La justicia no se suplica ni se manda. Se pide. Eso hago.” ¡Qué importante es para Arniches el concepto de Justicia con mayúsculas! Arniches “pedirá” justicia para todos los pobres durante toda su vida, no limosna, sino justicia: que haya trabajo para todos para que todos salgan de la pobreza.
MENSAJE NÚMERO 834: Arniches introduce una interpretación del poder como algo que se “concede” de abajo hacia arriba. Además, este poder deberá mantenerse dentro de la justicia como condición inherente para seguir detentándolo.
MENSAJE NÚMERO 835: Qué definición tan contundente: “usted es más desgraciado que yo porque para sostenerse necesita recurrir a la injusticia, al servilismo…” Arniches dando en la línea de flotación entre ley y justicia.
MENSAJE NÚMERO 836: Nada debe obligarnos a la injusticia que puede hundir en la miseria y en la muerte a unos seres humanos.
MENSAJE NÚMERO 837: La dignidad como sustento de la vida.
MENSAJE NÚMERO 838: El poder de la reconciliación.
MENSAJE NÚMERO 839: Lo primero es la conciencia de los hombres, que es lo que vale en este mundo para vivir sin temor a nadie ni a nada y así, poder reírse uno del mundo entero.
MENSAJE NÚMERO 840: Arniches nos da otra razón más para actuar correctamente, las buenas acciones nos dan alegría y salud a la postre.
MENSAJE NÚMERO 841: Nuevamente Arniches emplea a un personaje secundario para dar el principal razonamiento de la obra: “podrían empujarle a una tragedia grotesca”.
MENSAJE NÚMERO 842: Aprovecha Arniches para meter este mensaje de crítica social, en la que nos presenta a las damas de “la alta sociedad”, como falsamente preocupadas por la salud de los “pobres”, ya que solo les preocupaba que les atendiesen con el respeto y veneración que merecían.
MENSAJE NÚMERO 843: Arniches nos enumera las virtudes que están ausentes en los funcionarios del gobierno: humildad, tristeza por los desfavorecidos, resignación, honradez y dignidad.
MENSAJE NÚMERO 844: Después nos explica la necesidad de perdonar a quien te ofende, a quien te ultraja, a trabajar en silencio, al sacrificio, al anonimato…
Qué final redondo cuando Carrascosa le obsequia con un excelentísimo e ilustrísimo Señor, es el momento en el que se ha hecho meritorio de semejante alabanza: nadie se lo ha regalado, se la ha ganado por su honor.
No dejéis de verla en el ordenador en la versión más antigua que se conserva, es la mejor.
https://www.youtube.com/watch?v=iuIM0bKV9YE