CAPÍTULO 207
YA CONOCES A PAQUITA
O
LO INSERVIBLE DE LOS CELOS
Propiedad de la Familia.
Tenemos en la obra de Ya conoces a Paquita, escrita en 1941 y estrenada el 10 de julio de 1942 en Pamplona, en el teatro Gayarre, el mensaje número 1.118: Lo inservible de los celos en el matrimonio. Es su obra en solitario número 89. Pertenece a su Etapa Moralizante y Etapa Rural.
Propiedad de la Familia.
Ocurre en una salita de la planta baja de una casa de gente acomodada. En un pueblo importante de Castilla. Entre señores del pueblo. Actualidad de 1942. Habitación alegre y bien puesta. La entrada es por un pequeño recibimiento que se verá a la izquierda del actor, nuestra derecha. Tiene acceso por el portal. Muebles lujosos aunque antiguos. Colores vivos en telas y adornos. Dos ventanas a la calle a la altura conveniente para que desde ellas se vea el busto de las personas que pasen. Estarán llenas de tiestos de flores y tendrán rejas de herrería artística. Dos puertas, una en el lateral derecha y otra en el izquierda. En la parte central de la pared de la derecha se ve el arranque de una escalera que conduce a un piso más alto. Es de día. Mucha luz.
Así, nos encontramos con un primer matrimonio formado por los criados Tana y Melaza. Dos personas con fidelidad máxima a sus señores y con una relación entre ellos dominada por el fuerte carácter de ella. En la obra ella le arrea golpes en todas direcciones al sumiso Melaza, que los soporta no sin protestar. Llevan 3 meses casados y no hacen sino discutir.
Están limpiando la habitación, él subido en una escalera de tijera, sacude unas cortinas, y ella con una mano de mimbre golpea un sofá y sus almohadones. Regañan furiosos.
Él le llama meretriz y coqueta de la antigüedad, porque dice que está loca por Serafín, el chico de la tienda; además la compara con Paquita, la señora de la casa.
-que en cuanto veis unos pantalones os encandiláis –le dice Melaza.
Arniches, en los dos primeros minutos, ha establecido el nudo de la obra: desde el punto de vista de los hombres de la casa, las mujeres están tonteando en exceso con cualquiera que aparezca.
Por supuesto, esta visión del “asunto”, no será compartida ni por Tana ni por Paquita.
Tana, harta de la situación le mueve la escalera, lo hace caer y lo muele a palos mientras le grita. (Acto I, Escena I.)
-¡Eso harás tú, insultarme, abusar de una débil mujer que no pué defenderse!… –le sigue pegando una paliza de espanto mientras habla-. Que está dominada por el cariño, y que como no tié coraje pa hacerte el menor daño –sigue pegándole-, estoy viendo que el día menos pensado me das una paliza que me baldas –le da unos pescozones como final del vapuleo.
-¡Tana, que yo te prometo que no te pegaré! –le grita Melaza mientras ella le atiza con los zorros.
-¡Ay, madre mía! ¡Por qué será una tan buena… que le doy con los zorros en vez de darle con el palo!
Arniches hace aparecer a Prudencio, marido de Paquita, para que semejante paliza tenga fin. Prudencio está encarnado en el estreno por el actor y joven promesa Fernando Rey (1917-1994)
Fernando Rey en 1942.
Fernando Rey contaba exactamente con 25 años, que era la edad que Arniches pedía para Prudencio, el marido de Paquita.
Detiene la pelea y ordena los preparativos para que Melaza organice todo para ir a Barcelona y embarcar para ir a Canarias durante 2 meses. Se trata de recoger un legado de su tío Samuel: tres fincas. 5 días de navegación le esperan. Prudencio es abogado.
Se queda hablando con Tana sobre Paquita, se ha ido a misa de ocho y no ha vuelto aún, y son las diez. Le consumen los celos y las sospechas.
Le confiesa que vive con una zozobra y unos nervios…, que no para de mirar el reloj.
CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 495.
(Acto I, Escena III.)
TANA.- ¡No mires más el reloj, hombre, que lo estás cansando y se va a parar!
Melaza le pone al corriente del paso de Curro Gómez antes de las ocho; que si iba muy peripuesto, que a dónde iría, que igual a misa a encontrarse con Paquita…
Melaza sigue poniéndole a cien al mencionar al otro gallito del pueblo: el señorito Juan Manuel, el poeta. De jóvenes, Paquita fue su novia con 15 años, después le dejó.
-Le supo tan mal que quiso tomar un veneno…–cuenta Melaza-, que por lo visto le supo peor y no se lo acabó de tomar. Y cuando luego se casó usté con ella –le dice a Prudencio-, dijo… no sé qué… de vengarse.
Viene Tana con noticias de Paquita… o no. Mientras Tana sigue con su parloteo sin sentido, Prudencio tiene una idea y se la cuenta al oído a Melaza. Nosotros solo oímos palabras sueltas, risas, cosas inconexas…. El maestro Arniches ya había empleado este “recurso teatral” en la obra Sandías y Melones en 1900 y en El solar de Mediacapa en 1928. Ahora, ocho meses antes de morir tiene la suficiente lucidez para dar brillo a su obra con este movimiento. Arniches estaba al cien por cien en su capacidad artística.
Isabelita Garcés en 1942
En ese momento llega Paquita, que fue interpretada en el estreno por Isabelita Garcés, que como vemos en la foto, era una mujer joven y bella, buena actriz cómica, pero lejos de la imagen que guardamos de sus películas con Marisol, por ejemplo.
Da como excusa que ha acompañado a Rosa, mujer de don Casildo, hasta su casa que está lejos y que además es tan charlatana… Prudencio le señala que Rosa lleva ocho días en cama en el pueblo de su madre… Le han cogido en su mentira. Llama a Tana para que le ayude…
CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 496.
(Acto I, Escena VII.)
TANA.- ¡Dilo, hija; dilo por Dios!
PAQUITA.- Pero si le he dicho tres o cuatro cosas y no cree ninguna. ¿Yo qué puedo hacer?
La mentirosa compulsiva. Paquita refleja esta patología de Pseudología Fantástica de forma muy fehaciente. Ahora vuelve a mentir sobre el párroco y la hora de la misa.
En esto que llega Lucila y sin que nadie puede evitarlo deja en evidencia la quinta mentira de Paquita: el párroco estuvo en Navarredonda y San Mamés, pueblo real de la sierra madrileña, y hoy la misa la ha dado a las diez, no a las ocho.
Prudencio se deshace de todas y le afea su conducta a Paquita. Ella como respuesta comienza a tener espasmos, coge cosas y las rompe, se pone histérica…
Tana se lleva a Paquita. Prudencio se lamenta del exceso de frivolidad y coquetería de la mujer y se va.
Paquita y Tana vuelven a escena. Tana le pide explicaciones en serio. La verdad es que se ha entretenido con Curro Gómez y con Juan Manuel, éste le ha contado las novedades en verso.
Desde las rejas les habla don Gabino lanzándole piropos que ella recibe encantada. Tana le regaña.
Se asoma Gorito por la reja y la piropea también, pero como es tartamudo, le bajan la persiana y él sigue hablando. Ellas se van. Aparece Prudencio y el tartamudo sigue con su historia…
Melaza le avisa que ya viene Curro Gómez.
CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 497.
(Acto I, Escena XI.)
CURRO.- Pues naa, chico, que estaba yo en el casino, se me ha presentado tu fiel Melaza y me ha destilao en voz más que baja enana, porque apenas se le oía, la siguiente requisitoria: “Mi señorito, que le necesita a usté”. Y un rayo es un galápago comparao conmigo en cuanto a velocidad pa correr y ponerme a tus gratas.
Prudencio le muestra su amor fraternal hacia su persona y él lo confirma. Después le explica la misión que le encomienda en su ausencia.
PRUDENCIO.- Curro, ya seguro de tu amistad leal… Te voy a decir, ¡que se trata de Paquita! ¡Ya conoces a Paquita! Buena, un ángel.
CURRO.- ¿Un ángel?… ¡Dos docenas y échale ceros!
Le explica cómo hay muchos necios que confunden la alegría de Paquita con liviandad. Le va zarandeando según habla, y Curro se pone nervioso pensando que sabe lo suyo con Paquita.
Pone como elemento peligroso a vigilar a Juan Manuel, el poeta. Le adjudica el cuidado de Paquita durante los dos meses en los que se va a ausentar.
Le pide una vigilancia de 24 horas pero discreta, que Paquita no descubra que la está protegiendo.
Le da una pistola para que tenga cómo defenderse y se va.
Paquita aparece muy sumisa, que ya le ha preparado el equipaje. Melaza le avisa que viene Juan Manuel. Le va a hacer el mismo encargo que a Curro.
Le explica que el amigo traidor que le preocupa en su ausencia es Curro Gómez. Le da una daga personal para que la use en caso de que Curro se propase. Daga envenenada con el veneno de los indios Ranqueles de América.
Hemos investigado y existen los Ranqueles en Argentina (134).
Los ranqueles son un pueblo indígena que habitaba un territorio que actualmente es parte de la República Argentina. Inicialmente fueron parte de los pampas antiguos (estos incluidos en el grupo Het, según el jesuita Thomas Falkner), relacionados con los pehuenches, puelches y los huarpes.
La denominación «ranquel» es, en idioma español, la castellanización de su autodenominación: rankülche o ragkülche ―rangkül (caña o carrizo), y che (persona, gente) en idioma mapuche (che dungun)― es decir ‘gente de los cañaverales’.
Prudencio se queda encantado y piensa que a su vuelta no encuentra ni las migajas de ambos.
Se despide de Paquita con estos versos
POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 299 (120)
(Acto I, Escena XIV.)
PRUDENCIO.- La ausencia es aire
que apaga
el fuego chico
y aviva el grande.
CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 498.
(Acto I, Escena XIV.)
PAQUITA.- ¡Ay, no!… Vuelve…, vuelve… ¡Ay, que se me ha olvidado eso que me has dicho de la ausencia; que me has dicho que es un fuego grande que se aviva con un chico… y que no sé qué pasa con el grande y con… ¡Ay, que no me acuerdo…; vuelve, que se me ha olvidao!… Vuelve…
Se baja el telón y termina el primer acto.
El segundo acto nos presenta el mismo decorado del primero.
Propiedad de la familia.
Curro está intentando verla sin conseguir que le reciba. Juan Manuel está en el gabinete de arriba también en espera sin conseguir verla.
CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 499.
(Acto II, Escena I.)
CURRO.- Nada de pobre, que ya me molesta a mí la impertinencia de ese trasto (Por Juan Manuel.) ¡Que no vengo yo a esta casa que no venga él, pisándome los talones. Vengo, viene. Me voy, se va. Vuelvo, vuelve… ¿Qué es esto?
TANA.-No sé. Parece un rompecabezas.
Curro no aguanta más y se va. Paquita sale después alegrándose por su marcha. Ahora tienen que echar a Juan Manuel.
No les puede aguantar. No sabe a qué viene esta insistencia, los considera unos idiotas. Se pasa la vida en casa de su tía saliendo de manera furtiva, mientras Tana los va toreando como puede durante toda la mañana y toda la tarde. Paquita ha conocido a un compañero de doctorado de Prudencio, Alberto Santisteban, que le parece estupendo. Ahora se esconde para que Tana despida a Juan Manuel.
CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 500.
(Acto II, Escena III.)
TANA.- ¡Cuánto va a sentir la señorita no haber vístole!
JUAN MANUEL.- ¿Créeslo?
TANA.- ¡Huy, usté no sábelo!
Le trae un caldo para que no desfallezca de hambre.
CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 501.
(Acto II, Escena III.)
TANA.-Aquí tiene usté el caldito.
JUAN MANUEL.-No, hija; pero si yo… En fin, ya que lo trajiste probarelo. (Bebe un sorbo.) ¡Porra!… (Grito de dolor.)
TANA.-¿Qué ha sido?
JUAN MANUEL.- ¡Quémeme!…
TANA.-¿Y por qué no soplolo?
Finalmente se marcha. Paquita pregunta por él.
-¿Fuese?
-Marchose –le contesta Tana.
-¿En paz dejonos?
-Pero quedose en volverse.
-¡Dios no quiéralo!
-Pues querralo, porque es un cabezota como una tinaja –le dice Tana-, y además tiene un hablar que contagia. Yo cuando le oigo estoy dos días diciendo las cosas al revés.
Paquita, en contra del criterio de Tana, ha pedido ayuda a Alberto Santisteban, que va a ir al Casino a enterarse del asunto. Ahora aparece Florita, la novia de Curro. (Florita es una caricatura dieciochesca de una señora provinciana actual, excéntrica en su vestir y romántica. Descripción de Arniches.) En la obra está representada por Mercedes Muñoz Sampedro de 46 años de edad. ¡Casi podría ser la misma Florita de los Trevélez! Se prometió con Curro el 18 de agosto de 1921, cinco años después de la señorita de Trevélez. Han pasado 22 años de novios y aún no le ha dado el sí definitivo para casarse. Han puesto casa tres veces porque se les ajan los muebles. (Acto II, Escena V)
-El primero, español antiguo… -relata Florita.
-¡Y tan antiguo!… ¡Veintidós años!
-Se ajó… El segundo, rococó francés, rojo vino Burdeos. ¡Se agrió! ¡Un vinagre!… Y el último, isabelino, malva a flores. ¡Se decoloró!
Curro le agobia con exigencias: le pide que le suscriba a todos los periódicos con jeroglíficos; debe hacerle todos los domingos un postre sin dulce, sin yema y sin almendra porque es “hepático, diabético, hiperclorhídrico y herpético”. Ahora le ha estado siguiendo y le ha visto en casa de Paquita los quince días que falta su marido. Está muerta de celos, aunque le consta que Paquita no le visto en ningún momento. Curro le ha confesado que lo hace por mandato expreso de su marido. El motivo es preservarla de Juan Manuel. Y en el Casino, éste ha dicho que a él, Prudencio le mandó el mismo cometido. Ahora Paquita lo sabe todo y quiere venganza. (Acto II, Escena V)
-¡No cedo ante nadie el derecho a una venganza cruel! –grita Paquita.
-¡Ah, no, Paquita! No me quites ese placer. ¡Mira este frasco! –responde Florita-. ¡En cuanto venga estoy decidida a vitriolarlo!
-Quiero ser yo la que se vengue, ¡yo!… ¡Porque la ofensa es brutal! ¡Y la ira me tiene frenética! –insiste Paquita.
-Y a mí hidrófoba –responde Florita-. ¡Déjame!
-¡De ninguna manera!
-¡Yo, sí!
-¡Tú, no!
-¡Deja!…
-¡Quita!…
-¡Tana! –llama finalmente Paquita.
-Pero, ¿qué les pasa a ustedes? –pregunta alarmada Tana-. ¿Qué ocurre?
-¡Ay, Tana, tila! –pide Paquita.
-¡Ay, tila, Tona!… ¡Ay, que ya no sé lo que me digo!.. ¡Tula, Tina! –exclama Florita.
Lloran ambas desconsoladamente. Llora Tana también. Llega Alberto Santisteban. Se ofrece a poner fin a los comentarios que se dan en el Casino, pero Paquita lo rechaza por temor al nacimiento de otros derivados de la ausencia de Prudencio…Alberto considera que si es cierto que todo es una maniobra de Prudencio, está claro que ha sido por celos.
(Acto II, Escena VII)
ALBERTO.- … porque los celos lo explican todo; donde hay fuego de amor hay humo de celos, y el humo todo lo enturbia y obscurece. Los canallas son los que quieren aprovecharse del trastorno que los celos producen en un hombre enamorado para traicionarlo, so capa de una amistad leal. Pero el pobre celoso jamás merece indignación, sino lástima.
….
ALBERTO.-… los celos, Paquita, se originan siempre por algo…, quizá por una pequeña causa.
….
ALBERTO.- ¿Vale la pena por oír complacida un piropo ridículo llenar de desconfianza y de inquietud el corazón de un hombre que le adora?
Mensaje número 1119: “Los celos lo explican todo; donde hay fuego de amor hay humo de celos, y el humo todo lo enturbia y obscurece. Los canallas son los que quieren aprovecharse del trastorno que los celos producen en un hombre enamorado para traicionarlo, so capa de una amistad leal. Pero el pobre celoso jamás merece indignación, sino lástima; los celos, Paquita, se originan siempre por algo…, quizá por una pequeña causa” Espectacular análisis de los celos por un Carlos Arniches con toda la sabiduría en su ser. No debemos indignarnos ante un celoso, es una patología. Hay que tratarla. El bisabuelo lo sabía. La sociedad en la que vivía, aún no. Arniches, un adelantado a su tiempo. Tampoco debemos olvidar que siempre hay una causa, por pequeña que sea. Alberto ha sido, ahora, la voz del dramaturgo.
ALBERTO.- No, no excuso a los hombres tampoco. A todos nos alegra y nos envanece saber que una mujer hermosa nos oye con gusto y nos mira con simpatía; pero si eso ha de ser a costa de la tranquilidad de su vida y de la de su marido, ningún hombre honrado debe decir ese piropo.
Mensaje número 1120: “No, no excuso a los hombres tampoco. A todos nos alegra y nos envanece saber que una mujer hermosa nos oye con gusto y nos mira con simpatía; pero si eso ha de ser a costa de la tranquilidad de su vida y de la de su marido, ningún hombre honrado debe decir ese piropo.” Con esta afirmación de Alberto, Arniches deja claras las tres partes de un mismo problema: sujeto de la pareja que es inseguro y sufre de celos; sujeto de la pareja que permite las adulaciones y piropos de extraños a la pareja, y sujeto que piropea, adula y se envanece por el hecho de tener la atención de una mujer bella.
Alberto le habla a Florita sobre el interés que sabe de primera mano, de Inasio Bergara Iparratxegi, Bergarita el fotógrafo. (Acto II, Escena VIII.)
-Nunca es tarde –le dice a Florita-. ¡No se sabe en qué hora de la vida está nuestra felicidad!
Mensaje número 1121: “Nunca es tarde –le dice a Florita-. ¡No se sabe en qué hora de la vida está nuestra felicidad!”. Afortunada frase de Alberto.
Suben al piso superior al ver que llega Curro. Es el momento de la venganza de Paquita.
Paquita recibe con “emoción fingida” a Curro y le manda al Casino para tapar la boca de Juan Manuel y que no vuelva por esta casa. Curro le da su respuesta habitual como buen secundario de Arniches. (Acto II, Escena IX.)
-¡Lacrao! ¡Certificao! Al menos con narices.
A renglón seguido viene Juan Manuel.
Le pide que le haga unos versos: odio a todos los hombres que no son mi marido, no puedo soportar su ausencia.
Le avisa de estar perseguido por Curro Gómez y desea irse de esa casa cuanto antes, pero justo antes de marcharse vuelve Curro. Se esconde tras el piano, como si fuera don Santos, el afinador, y Paquita se va. Curro es recibido por Tana. Al final se lían a puñetazos Curro y Juan Manuel y en ese momento ven cómo Paquita y el joven Alberto se marchan. Ellos siguen a lo suyo cuando llega Prudencio. (Acto II, Escena XIV.)
-Pero, ¿qué pasa en mi casa?
-Nada –responde Curro-, el encargo que nos dejaste.
-Pero, ¿y Paquita? –pregunta Prudencio-. ¿Dónde está Paquita?
-¡Se ha ido con un joven!
Prudencio y Melaza, que acababan de llegar tras el viaje, salen disparados a buscar a Paquita y se baja el telón. Fin del segundo Acto.
El tercer acto nos muestra el mismo decorado de los dos anteriores. Es de día. Prudencio está nervioso. Paquita no está en casa. Él no puede vivir sin ella. Tana le echa la culpa a Melaza.
CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 502.
(Acto III, Escena I.)
TANA.-…porque si tú me hubieras dicho a mí lo que estabais tramando…
MELAZA.- ¿A ti?…. ¿Con tu genio?… ¡Pero si tu rezas el padrenuestro y da miedo contestarte!
Se echan la culpa unos a otros en un episodio delirante.
CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 503.
(Acto III, Escena I.)
-Aunque después de todo, soy yo, sí, yo…-exclama Prudencio creciendo en su furia-. ¡Yo el que tiene la culpa de todo!
-¡Tú no! –ataja Tana.
-¡Yo!
-¡Tú! –le suelta Tana a Melaza.
-¡El! –se defiende Melaza señalando a Prudencio-.
-¡Nosotros! –afirma Prudencio señalando a Melaza.
-¿Vosotros? –pregunta Tana.
-¡Ellos!… –grita Melaza-. Yo, ¿cómo me iba a meter?…
-¡Bueno, basta! –dice Prudencio poniendo fin a la discusión-. No declinemos más.
Están sumamente entristecidos por la consecuencia de su craso error. En es momento llegan Alberto y Florita que vienen de ver a Paquita.
Como no atiende a razones, Prudencio les dice que si Paquita no vuelve en dos horas, matará a Curro y a Juan Manuel y después se suicidará. Le quitan esa idea de la cabeza y se va con Alberto a entrevistarse con ella.
ARNICHES Y LOS VASCOS EPISODIO NÚMERO 52
En este punto, Carlos Arniches nos presenta al personaje de Inasio Bergara Iparratxegi, natural de Azkoitia. Un vasco, vasco. Aprovechando el conocimiento que tiene del pueblo vasco, su acento y sus dichos, Inasio viene a representar la sensatez y la cordura al mismo tiempo que la decisión y la fortaleza. Ha pasado toda su vida queriendo a Florita que estaba prometida con Curro, pero por lealtad no ha intervenido nunca. Ahora no desaprovecha la oportunidad para mostrarse como es y declararle su amor.
La intervención de Inasio, que en la obra es Emilio Gutiérrez Esteban, padre del famosísimo actor Emilio Gutiérrez Cava, que nació precisamente en este mismo año del estreno de la obra, no tiene desperdicio. Aquí tenemos algunos de sus diálogos:
(Acto III, Escena III.)
INASIO.- Pasiensia que ha tenido uno. Soy de Azkoitia. Tosudos.
….
FLORITA.- ¡Ay, me gustas por lo bruscote!…
….
INASIO.- No te enfades y aguanta marea, Inasio. ¡Eso quieres tu!
….
FLORITA.- ¡Qué sol de vasco!
….
INASIO.- (Almibarado.) Ojos torcidos no me pongas. Bueno, un beso ya me das, ¿eh?
Llega Curro y todos menos Tana se ocultan. Viene llorando porque Flora le ha dejado. Llora fundamentalmente porque ha perdido quien le pague sus vicios. Le pide 50 pts. (150€) a Tana que no se las da y se va. Inasio que lo ve marchar no da crédito de los 22 años de noviazgo de Florita con Curro. Le tiene ganas.
(Acto III, Escena V)
INASIO.- Pero yo no estoy manco y cuando a solas lo coja ya le pondré las narices pa una ampliasión.
Vienen Alberto y Prudencio desolados: Paquita ha abandonado la casa de su madre; nadie conoce su paradero; deja una carta de despedida. Deciden salir a buscarla cada uno a un sitio distinto. Queda sola en escena Tana, suena el timbre y es Paquita. Paquita aconsejada por un catedrático de Medicina que va a casa de su tía, ha escrito la carta y ha decidido dar un buen susto a Prudencio, como el mejor sistema para que todo se arregle. Quiere darles una buena lección. Quiere observar escondida la reacción de Prudencio al no ser encontrada, y si ve un arrepentimiento sincero, le perdonará. Llega Prudencio desolado. No puede seguir buscándola. Se encuentra deprimido. Decide irse a Canarias de nuevo. Pide la maleta a Melaza. Cuando la están haciendo aparece Paquita que le pide que la deshaga. No quiere y se la tira. Melaza la recoge y se la vuelve a tirar. Al final se abrazan y se perdonan.
Manda salir a todos y se quedan solos Prudencio y Paquita. Le pide perdón a ella por los celos. Entra Alberto que les desea toda la felicidad y se despide, se va a Buenos Aires.
POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 300 (121)
(Acto III, Escena X.)
ALBERTO.- Dicen que no son tristes
las despedidas.
Dile al que te lo ha dicho
que se despida.
Y para finalizar la obra, la expresión máxima de cariño de Inasio hacia Florita.
(Acto III, Escena XI.)
-¡Paquita! ¡El día 15!.. –grita Florita a través de la reja-. No hemos podido el 14.
– ¿Pero, el día 15, qué?…
-Que nos casamos.
-¡Pero si estamos a 13! –recuerda Prudencio.
-En breve, que dicen –aclara Inasio-.¡La impasiensia de Florita!
-¡Pero cómo eres, Florita!. –se muere de risa Paquita-. ¡O veintidós años o cinco minutos!
– ¡Ay, nere maitia! ¡Un beso ya me das! ¡Que se han distraído!
En el libreto encontramos escrito “matia” en vez de “maitia”, pero el sentido se entiende perfectamente. Este final de la obra representado en el teatro Gayarre de Pamplona tuvo que ser espectacular para el público.
MENSAJES DE ARNICHES
MENSAJE NÚMERO 1118: Los celos son inservibles en una relación amorosa sana según Arniches.
MENSAJE NÚMERO 1119: “Los celos lo explican todo; donde hay fuego de amor hay humo de celos, y el humo todo lo enturbia y obscurece. Los canallas son los que quieren aprovecharse del trastorno que los celos producen en un hombre enamorado para traicionarlo, so capa de una amistad leal. Pero el pobre celoso jamás merece indignación, sino lástima; los celos, Paquita, se originan siempre por algo…, quizá por una pequeña causa” Espectacular análisis de los celos por un Carlos Arniches con toda la sabiduría en su ser. No debemos indignarnos ante un celoso, es una patología. Hay que tratarla. El bisabuelo lo sabía. La sociedad en la que vivía, aún no. Arniches, un adelantado a su tiempo. Tampoco debemos olvidar que siempre hay una causa, por pequeña que sea. Alberto ha sido, ahora, la voz del dramaturgo.
MENSAJE NÚMERO 1120: “No, no excuso a los hombres tampoco. A todos nos alegra y nos envanece saber que una mujer hermosa nos oye con gusto y nos mira con simpatía; pero si eso ha de ser a costa de la tranquilidad de su vida y de la de su marido, ningún hombre honrado debe decir ese piropo.” Con esta afirmación de Alberto, Arniches deja claras las tres partes de un mismo problema: sujeto de la pareja que es inseguro y sufre de celos; sujeto de la pareja que permite las adulaciones y piropos de extraños a la pareja, y sujeto que piropea, adula y se envanece por el hecho de tener la atención de una mujer bella.
MENSAJE NÚMERO 1121: “Nunca es tarde –le dice a Florita-. ¡No se sabe en qué hora de la vida está nuestra felicidad!” Afortunada frase de Alberto.