EL OTRO BARRIO

 

 

Folio nº 2 de 9 custodiados en la Fundación Mediterráneo. La Llum.

 

Obra conseguida gracias a La Fundación Mediterráneo. La Llum. Son apuntes para una Comedia Fantástica. Podemos considerar esta obra como perteneciente a su Etapa de Crítica Religiosa y Etapa Fantástica. Sería su obra en solitario número 109.

 

FAMILIA TIPO DE ARNICHES EPISODIO NÚMERO 50

 

APUNTES.

El señor Nicomedes, su mujer, la señá Balbina, Plácido, amigo que estaba convidado a comer; Felipa, hija del matrimonio, y Lesmes, su novio. Toman leche del puesto del cuñado de Nicomedes y mueren intoxicados; como mueren sin confesión, claro, van al infierno, porque además de todos sus pecados es carbonero. Al que los ha matado, que es el señor Leovigildo, lo condenan a muerte y lo ahorcan, pero como se ha confesado antes, no va al infierno,  El señor Nicomedes tiene un disgusto terrible, porque le esperaba para darle una paliza.

 

              La Balbina se encuentra en el infierno a don Gabino, un pobre señor empleado que se suicidó por ella. El señor Plácido tiene un miedo terrible y no hace más que preguntar a Balbina: “¿Se sabrá lo nuestro?”

 

              En el infierno es donde hay una diferenciación de trato. Nicomedes reclama, dice: -¡aquí todos somos iguales!- ¡Quiá, hombre!-, le dicen- aquí es donde hay menos justicia-. La justicia es en el cielo; aquí no hay más que injusticia. El que tiene dinero lo pasa bien, el que no, se fastidia y lo asan.

 

              Se encuentran a un cura amigo de ellos -¿Cómo usted por aquí?- Nada, un asuntillo de unas pesetas de una congregación que se me complicó con una mala mujer…y cuando huía, me maté en el choque,- que si me llegan a dar tiempo… ¿de dónde me cogen a mi aquí?-. Pero en fin, como no hay justicia… me voy bandeando… Aquí vive mejor el que más engaña, el que mete más mentiras, el que hace más traiciones, el más adulador, el más intrigante…

 

              Nicomedes no sabe por qué ha venido su mujer al infierno. Él al morir su única pena es que creía que iban a separarse. El señor Plácido, un viejo rico, novio de su hija,  estaba liado con su mujer.

 

              Él viene por primo; la mujer por pendona; el amigo por canalla y la hija por mema –al que ella adoraba era a Lesmes- A los pocos días en la lista de las entradas del día, ve el nombre de su novio.-                             -¿Pues tú aquí tan bueno como eras?-…

                            -Es que me suicidé para morir en pecado mortal, venir al infierno, donde me figuré estarías y pasarme toda la eternidad a tu lado. Entre el fuego eterno… pero a tu lado. No me querían dejar entrar.

                             -¡Tienes una cara de primo!- le responde ella.

 

              Al señor Nicomedes le han metido en una caldera y no arde, es incombustible. No puede el fuego con él, de fresco que era. Está poniendo en ridículo al fuego eterno.

                            -En cuanto digas aquí que vas a ser bueno, te echan.

                            -¿Cuáles son esas penas crueles?

                            -Darles dinero y que no puedan gastarlo…

                            -Dales mujeres y que no puedan amarlas…

                            -Dales sabiduría y mételes en el corazón la espina de la envidia…

                            -¿Y a los que calumnian?

                            -Condénalos a que no tengan más alegría que la de su perversidad… ¿y para qué quieres vida más triste?

 

              Se hace un concurso de blasfemias.

 

              Escena de dos que han estado casados con la misma mujer; se cuentan sus impresiones y desengaños. Se la pegó a los dos… ¡con el mismo!…

                            -No, mire usted, en eso ha sido constante: cada día uno.

 

              En la puerta del infierno hay un letrero que dice: RESERVÉ LE DROIT D´ADMISION. Entraban demasiados golfos.

 

                            -¡Yo creí que trataban ustedes peor!…

                            -No, señor, ¿no ve usté que viene muy buena gente? Además que si tratásemos mal, no vendría nadie… Aquello del Tenorio de que un punto de constricción da a una alma la solución, nos ha perjudicado mucho… Le tenemos más tirria a ese señor…

                            -¿Pues?…

                            -¡Usted no sabe lo que nos ha costado traerle! Todos los días íbamos a tentarle, pero claro, como se iba a confesar todos los días… ¡el trabajo perdido! Gracias a un automóvil que lo despeñó en pleno pecado mortal. Le tentó éste, una tarde para que atravesara la Puerta del Sol sin hacer caso a los guardias de la porra… y lo estrelló un hispano… Si no es por eso no lo tenemos.

 

              Les lleva un poco de fuego eterno, en un braserito, para que se calienten. –Dejó a mis hijos en la miseria.

  

                            -¡Pero se puede salir de ahí! 

                            -Sí, hombre. En el mundo creen que no, pero están equivocados. La misericordia de Dios es infinita, lo infinito no tiene límite, de modo que llega hasta el infierno. Hasta hay casos en que la Justicia Divina perdona hasta aquí mismo.

 

              Dios da un día, al cabo del tiempo, a los que han venido, sin poderlo remediar, para que vuelvan al mundo, y según lo que hagan o en qué lo utilicen les perdona o no.

 

                            -¿Oiga usté, este demonio es profesional? No, señor, amateur. Son los peores.

                            -¿Fue en sus tiempos… – continúa hablándole al oído.

                            -¡Oh, sí, sí señor!

                            -¿Y de qué?

                            -De teatros.

                             -¿Oiga usté, y ese condenao de la pluma?

                            -Se creía que era un águila.

                            -¿Y qué era?

                            -Un grajo.

 

MENSAJES DE ARNICHES

 

MENSAJE NÚMERO 1179: Arniches irreverente. Se atreve a poner a sacerdotes en el infierno por robo y yacer con mujeres… Se atreve a desafiar las leyes de la Iglesia anunciando el perdón incluso en el infierno…, y además lo razona: “La misericordia de Dios es infinita, lo infinito no tiene límite, de modo que llega hasta el infierno. Hasta hay casos en que la Justicia Divina perdona hasta aquí mismo.”

 

MENSAJE NÚMERO 1180: Bromea con el Tenorio, al que él odiaba profundamente, de si estará o no en el infierno… Deja una broma sin concluir, para que la imaginación del lector la complete:

                            -¿Oiga usté, este demonio es profesional? No, señor, amateur. Son los peores.

                            -¿Fue en sus tiempos… – continúa hablándole al oído.

                            -¡Oh, sí, sí señor!

                            -¿Y de qué?

                            -De teatros.

Mi sospecha es que aprovechó para señalar a las personas que más necesitaban los autores y a los que más temían: ¡Los productores de obras de teatro!

 

MENSAJE NÚMERO 1181: Señala Arniches cuál es la vida más triste, cuales son las penas más crueles: “Dar dinero a uno y que no pueda gastarlo (el avaro); darle mujeres y que no pueda amarlas (el tenorio); darle sabiduría a los envidiosos; a los calumniadores dales alegría sólo en su perversidad.