LOS TERCOS
Obra conseguida gracias a La Fundación Mediterráneo. La Llum. Sería su obra en solitario número 131. Etapa Moralizante. Es un boceto.
Folio nº 2 de 4 custodiados en La Fundación Mediterráneo. La Llum.
FAMILIA TIPO DE ARNICHES EPISODIO NÚMERO 54
Don Eustaquio Cabezón, es un señor terco que tiene una hija más terca que el padre, que se llama Petra. Tienen un criado aragonés, que es el colmo de la terquedad (Tiburcio Hierro) y una criada andaluza, que era una malva (Sagrario Mantica) “la derretía”, pero que se ha hecho más terca que los tres juntos, de vivir con ellos.
Los vecinos de un señor, don Severo Roca, que es otro terco, de terquedad fría, sutil, pero inquebrantable, casado con doña Martina, que tiene una terquedad escandalosa y agresiva. Son padres de un hijo, Luisito, muchacho suave, comprensivo, dulce, que se ha enamorado de Petra. Es médico.
Las familias están a matar. Para salir de una finca tienen un paso de servidumbre por la otra, pero lo han cerrado y sostienen un pleito, y mientras se substancia tienen que dejarse caer del balcón con una cuerda o andar tres kilómetros. Este pleito los está arruinando.
En estas circunstancias, Luis, se ha enamorado de Petra. Piensa que decírselo a la chica es una locura, y mucho más locura que lo sepan los padres.
Luis tiene un lema para vencer a toda esta terquedad: “Si tienes una voz dulce y una mano acariciadora, con un hilo conducirás un elefante”.
Luis opone a la terquedad brutal de todos su voluntad firme, pero amable y razonadora. Para dar idea de la terquedad de la familia de Cabezón, debe hacerse que un día se les haya perdido a ellos la llave de la puerta dl paso, y están luchando todos por romper la puerta, empujar, violentarla, sacarla de los goznes…Pasa Luis y les presta la llave, mejor les abre la puerta y la deja abierta. Se sientan todos y no quieren entrar. Se oyen voces: “El niño que se ha caído al pozo”, entran todos corriendo, cuando ya están dentro, sale Luis y cierra: “Ya los he encerrado”
El padre en una ocasión se pone gravísimo con una congestión porque no le han querido vender dos jamones.
Luis para que llamen dice antes que aunque le llamen no irá. Petra dice “que tiene que venir”, porque los médicos tienen que prestar su asistencia a quien con razón se la reclame. Avisan al sargento de la Guardia Civil (que previamente de acuerdo con Luis) y le comunican para que obligue al médico. Luis va con la Guardia Civil y dice: -“este hombre se muere”- El enfermo airado: “¡Pues no me da la gana! ¡A ver quién me va obligar a mí a morirme por muy médico que sea!”
Anda pretendiendo a Petra un ricacho del pueblo, solterón, todavía guapo. Petra le ha dicho que sí por darle en la cabeza al médico que ha dicho que no se casará nunca. Esto contraría al médico, pero éste siguiendo su firme voluntad, se dedica a proteger al ricacho y a auxiliarles, motivo suficiente para que ella lo rechace. El médico respira.
Un día viene el médico y le dice que ha regañado con su padre, que se va de su casa, porque allí, el único que tiene voluntad es él y viene a decirles que no transijan de ninguna manera en el pleito. Viene el padre llorando:-“¿Ha visto, usted mi hijo, el infame, dice que ustedes son unos desgraciados con pretensiones de tercos y que él los maneja a su gusto y que puedo hacer lo que me dé la gana, pero que ustedes no transigirán? Transijan.”
Se puede sustituir lo del médico para entrar en la casa. Que sea por ejemplo, la chica misma, que se pone enferma para obligarle a ir. Y que lleguen, porque él no quiere, hasta a recurrir al auxilio de la Guardia Civil porque él sigue negándose.
El médico, como sea, procura que Petra adopte un niño huérfano, como de cinco años. El niño, al que un día manda Petra una cosa, le dice que no quiere hacerla. Es un niño terco y voluntarioso. Para que haga lo que Petra quiere tiene que mandarle lo contrario. Entonces ve ella, lo que ha estado ocurriendo en la vida, que no hay nada más fácil de manejar que un terco, porque la terquedad es una cosa irrazonable, y por consecuencia, los tercos son víctimas de sí mismos y juguetes de todo el mundo.
MENSAJES DE ARNICHES
MENSAJE NÚMERO 1244: “no hay nada más fácil de manejar que un terco, porque la terquedad es una cosa irrazonable, y por consecuencia, los tercos son víctimas de sí mismos y juguetes de todo el mundo”. Con este final termina el plan de esta obra en tres actos. La afilada mirada del dramaturgo había captado otra de las características del comportamiento humano que le rodeaba. Las discusiones enconadas de las personas y el manejo de las mismas. También lo dejó claro en su obra “La maña de la mañica”- 1920.