Es curioso cómo siendo un hombre religioso y conservador, es capaz de ver los errores en los que incurre la Iglesia y sus feligreses. En Los Mostenses, Carlos Arniches resulta implacable denunciando las indulgencias cada vez mayores cuanto mayores fuesen las cantidades aportadas. O denunciando la hipocresía de quienes se autoflagelaban y rompían su ayuno…