TABARDILLO

 

O

 

HÉROE POR ACCIDENTE

 

Tras su boda con Pilar Moltó en Julio de 1894 y el viaje de novios consiguiente, se trasladan de domicilio y vuelve al trabajo como de costumbre.

Pilar está comenzando a influir en el escritor alicantino, y seguramente se decanta por profundizar en la Etapa Histórica.  

              El 14 de marzo de 1895 estrena esta obra junto a Celso Lucio y al maestro Torregrosa. Es una Zarzuela Cómica sobre un hecho histórico: la Guerra de la Independencia de 1808 a 1814.  

              Según el estudio de Francisco José Rosales (24), se han localizado 94 zarzuelas sobre el tema histórico de la Guerra de la Independencia, habiendo podido estudiar 64. La única que se desarrolló “con la intención de desmitificar el hecho de 1808” fue Tabardillo.

En realidad, la obra cuenta cómo un pobre confitero se ve al frente de un grupo de guerrilleros que le confunden con un gran líder al que esperan (Tabardillo), pero que no conocen su aspecto. Nuestro confitero se llama Candelario Pérez, de Navalagrana, pueblo inventado por Arniches.

Además de la tragedia de Candelario, tendremos la oportunidad de asistir a la fortaleza del amor entre Juanica (hija del alcalde, el tío Cacharro) y Toñico (guerrillero joven). Hasta en familias rurales se mantenía el matrimonio de conveniencia, y eso mismo ocurre aquí. El tío Cacharro quiere casar a su hija con otro guerrillero más importante, con Ambrosio. Habrá que demostrar valor.

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Tabardillo es un nombre con el que se identificaba la infección del tifus en la edad media (25); da nombre común a la planta Callandra Califórnica (26); y además significa “insolación” (RAE) (27), que es el que empleará para crear el equívoco.

Dentro del grupo de guerrilleros había gente que estaba en contra de hacer frente a los franceses, como en este caso don Froilán, y otros como el tío Tizones que prefieren esperar.

(Acto I, Cuadro I, Escena I.)

DON FROILÁN.- ¡Entonces nos degüellan…! Y lo harán, porque ellos son mil…

TÍO TIZONES.- Pero, ¿y nosotros?

DON FROILÁN.- Nosotros somos ciento.

TÍO TIZONES.- Bueno, ciento; pero tenemos veinte balas cada uno, que entre ciento, son ciento veinte…, y mil que son ellos, ciento veinte mil. Conque a ver…, a un ejército así… ¿cómo lo atacan? Y además, todavía nos queda la gran esperanza.

DON FROILÁN.- ¿Cuál?

TÍO TIZONES.- Que venga Tabardillo antes de la tarde, y como venga esa fiera, sí que no dejamos uno sano.

 

El tío Cacharro canta lo que acaba de soñar: él es un general y derrota al mismo Napoleón. Versos muy logrados para infundir ánimo en las tropas: el valor patriótico del que habla en su tesis Rosal antes mencionado.

Siguen esperando al guerrillero libertador, Tabardillo, al que no han visto nunca, pero tienen que estar atentos ya que saben de un traidor que se querrá hacer pasar por él; en cuanto sea visto se fusila sin más preguntas.

Miguela, la mujer del tío Cacharro, le discute la conveniencia de que su hija Juanica se case con Ambrosio.

ARNICHES Y LOS MATRIMONIOS DE CONVENIENCIA

(Acto I, Cuadro I, Escena III.)

MIGUELA.- ¡Sí, señor; porque te has empeñao en que sea novia de Ambrosio, de ese valentón!

TÍO CACHARRO.- ¿Y por qué me he empeñao? ¡Porque miro la historia! ¿Y qué es la historia? ¡Lo venidero! ¿Y qué es lo venidero? ¡Lo que no ha venío! Porque yo soy un héroe y tú una héroa, y nuestra hija una heroína, y una heroína tié que ser pa un heroína como Ambrosio, que es el segundo jefe de la guerrilla y el más valiente de toos.

MIGUELA.- Es que la chica quié a Toñico y no quié al otro.

TÍO CACHARRO.- ¡Pero Toñico es una criatura que no sirve pa ná!

 

Entonces cita que la siguiente acción de Ambrosio será la de ir al ayuntamiento a arrancar la bandera francesa y traerla al campamento. Palabras que oye Toñico y que desde ese momento serán su objetivo primordial para conseguir a Juanica.

Mensaje número 76: Arniches, en la voz de Miguela se vuelve a oponer al matrimonio concertado por los padres. Para reafirmarlo pone en boca del tío Cacharro un parlamento ridículo.

Juanica y Toñico cantan al amor que se profesan. El coro les acompaña con versos del puente de Tudela.

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 22

(Acto I, Cuadro I, Escena IV.)

CORO.-               Adiós, puente de Tudela,

por debajo pasa el Ebro,

que va a decirle a mi niña

que de penita me muero.

 

Juanica se arma de valor y del amor de Toñico y se encara a su padre. Después se lo cuenta a Juanico.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 27

JUEGOS DE PALABARAS CON EL VERBO QUERER

(Acto I, Cuadro I, Escena IV.)

TOÑICO.- ¡Anda! ¿Y qué te dijo?

JUANICA.- Pus que si te quería a ti y no quería a Ambrosio, como el quería que yo quisiese a Ambrosio y no quería que yo quisiese quererte, pus quiso que quisiera que quiero… ¡Ay, me he perdío! (Llora.)

TOÑICO.- ¿Pus sabes que te digo?

JUANICA.- ¿Qué?

TOÑICO.- ¡Que no te he entendío una palabra, pero que eso debe ser mu triste…! Y tú lo que debías haberle dicho es que tú quieres a quien quieres  y no quieres a quien no quieres, porque si quisieras a quien no quisieras no sabrías lo que querrías, porque querrías lo que qui… qui…

JUANICA.- ¿Qué?

TOÑICO.- ¡Que me he perdío también!

JUANICA.- ¡Y me casarán con él!

 

Mensaje Número 77: Arniches emplea por segunda vez la broma del verbo querer. Lo hizo en su obra en solitario llamada “Nuestra señora”. Es como una queja contra el idioma, que ofrece esta doble opción del verbo querer como la de desear algo y la de amara alguien, y la dificultad que esto implica para las personas menos instruidas.

 

              En la siguiente escena nos presentan a dos guerrilleros “valientes”: Ambrosio y Bernardo. Primero cantan que qué bien han hecho “reflexionando” y quedándose en la zanja a “pasar la noche” en vez de acometer al enemigo. Ahora piensan en cómo “ocultárselo” al tío Cacharro.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 28

(Acto I, Cuadro I, Escena V.)

AMBROSIO.- ¡Sí, enseguida le digo yo que hemos estao escondidos toa la noche en una zanja…!

BERNARDO.- Si digo que la verdad es que es difícil decirle algo.

AMBROSIO.- Difícil, no; porque yo le digo que salimos pa el pueblo, lleguemos, y vimos quince jefes franceses, y los dos solos les hemos sorprendío…

BERNARDO.- ¡No la traga!

AMBROSIO.- Aguarda, hombre, que les hemos sorprendío una conversación y que nos hemos enterao de too, menos de lo que decían porque hablaban en francés.

BERNARDO.- ¡Eso, eso!

AMBROSIO.- Porque aquí, ¿cuál es el ojeto?

BERNARDO.- Que siga creyéndote un bravo pa que te cases con su hija, y que al morir él y tocarle la fortuna de él a la chica, te toque a ti.

AMBROSIO.- ¡Ese es un ojeto!

BERNARDO.- Y que además hoy no sepa que hemos estao escondios y nos pegue dos patás y nos estropee…

AMBROSIO.- ¡Otro ojeto!

…..

BERNARDO.- Bueno; y con Toñico, ¿qué hacemos? Porque es chico tie genio…

AMBROSIO.- A Toñico na. Ayer cuando le vi de hablar con Juanica, le di así en los morros… y echó a correr.

BERNARDO.- ¿Y le alcanzaste?

AMBROSIO.- No; como tié las piernas tan ligeras… me alcanzó él a mí, y mira… (Le enseña la cabeza.)

BERNARDO.- ¿Te escalabró?

AMBROSIO.- ¡Pus claro! Por eso no me gusta meterme con creaturas, porque no miran a donde dan.

BERNARDO.- Y naturalmente, tú con la furia, te pondrías…

AMBROSIO.- Me puse… árnica y una moneda apretá.

 

En las siguientes escenas con el tío Cacharro, a estos dos truhanes no les pasa nada y salen indemnes. Sólo lamentan que no venga Tabardillo, al que Ambrosio dice conocer, lo cual es falso.

 

Como ocurre siempre con Arniches, en cuanto algo queda afirmado, como que Ambrosio conoce a Tabardillo, surge una escena que lo pondrá a prueba. ¡Traen a Tabardillo medio muerto!

HISTORIAS DE ARNICHES NÚMERI 9

(Acto I, Cuadro I, Escena VIII.)

GUERRILLERO 1º.- Yo lo contaré cómo ha sío… Verán ustés. Estaba yo de centinela en los primeros puestos de las avanzás pa vegilar mejor, y me había pasao toa la noche dur… vamos, vegilando de un tirón, cuando así que amaneció, me despierto… me pongo a escuchar… y veo que me han quitao la manta.

TÍO CACHARRO.- ¿Y no lo sentiste?

GUERRILLERO 1º.- Sí que lo he sentío, porque era un recuerdo de una tía…

MIGUELA.- Pero, ¿quién te la quitaría?

GUERRILLERO 1º.- Pus el enemigo.

AMBROSIO.- ¿Cómo conociste que había sío un enemigo?

GUERRILERO 1º.- Porque un amigo no me iba a robar… la manta sólo; y al irme a buscarla, siento de pronto en el ribazo que tenía allí, a mi izquierda, unos ayes mu apagaos, mu lastimeros…¡ay!, ¡ay! Yo, naturalmente, como no soy tonto, dije: ¡esto es que se quejan! Aviso a éstos, nos acercamos toos y nos encontramos a un hombre completamente muerto y diciendo: “¡ay…!” Le preguntamos que qué tenía y quién era, nos miró con los ojos mu apagaos y dijo: “¡Tabardillo! ¡Tabardillo!” y cerró los ojos, cerró la boca, estiró las piernas y le dio una patá a este y otra a mí.

TÍO CACHARRO.- ¡Pues si es él, es él! ¡No cabe duda! Es preciso salvarle, a ver si tiene alguna herida. ¿Le habéis regitrao?

GUERRILLERO 1º.- ¡Sí!

TÍO CACHARRO.- ¿Y qué le habéis encontrao?

GUERRILLERO 1º.- ¡Calderilla na más!

TÍO CACHARRO.- ¡Calla, burro, si digo en el cuerpo!

 

El tío Cacharro le pregunta a Ambrosio que confirme que es Tabardillo. Ambrosio, que no tiene ni idea, decide mentir: lo confirma. Se disponen todos los elementos para salvarle la vida: se busca al médico; agua y alimentos; Toñico se queda encargado de su vigilancia.

 

Resulta que el que han tomado por Tabardillo, es un confitero de Navalagrana (pueblo inventado.) llamado Candelario Pérez, y que ha sufrido una insolación o “tabardillo”. Por eso sólo dice la palabra tabardillo al despertarse y le cuenta su historia a Toñico.

 

HISTORIAS DE ARNICHES NÚMERO 10

(Acto I, Cuadro I, Escena IX.)

TOÑICO.- ¿Qué le pasa a usté?

CANDELARIO.- ¡Qué me ha entrao el terror! Que ustedes me han tomado por otro, que yo no tengo nada de guerrillero, ni de Tabardillo, es decir, tabardillo tengo, pero el dolor de cabeza nada más. ¡Yo soy confitero! Candelario Pérez, para servir a usted, un infeliz incapaz de hacer daño a una mosca, como no se me pare encima de los dulces; yo tengo mi confitería en Navalagrana, al lado del convento de las Bernanrdas, unas monjas que me están tomando el cabello; y estaba yo ayer de madrugada tan tranquilo en mi tienda, cuando de pronto tocan a somatén, se arman los voluntarios y se van a cortar el paso a los franceses que venían a apoderarse de Navalagrana. El jefe de nuestras fuerzas se empeño que fuera yo también y me dio una escopeta, pero como en mí se ve a las claras que no sirvo más que para las yemas, le dije que yo no iba, que me volvía, y volverme y darme una patada en la vuelta, todo fue uno. Así es que regresé a mi confitería y al llegar a la puerta… ¡pum!, ¡pum!

TOÑICO.- ¿Llama usté?

CANDELARIO.- ¡Quiá!, que oí una de tiros que metía espanto… y eran los franceses que se apoderaban del pueblo; me meto en la tienda y me encuentro a mi sobrina y a mi sobrino atareados con el caramelo y a mi mujer liándolos. “¡Salvarse, que vienen!” grito, y se van al estante…

TOÑICO.- Al instante, querrá decir…

CANDELARIO.- No, señor; al estante, al estante de la compota; la tabla no pudo resistir el peso de tres personas, cede, se rompe, los tarros al suelo, vertido el almíbar; en esto que me vuelvo y veo que asoma al escaparate un francés terrible que da un culatazo, rompe el cristal, me apunta, dispara y atraviesa de parte a parte un merengue…, yo entonces ciego de terror al ver que el francés me seguía, corre que corre, salí del pueblo, toda la tarde al sol, sin descansar, sin dormir, corre que corre, corre que corre, llegué aquí, no pude más, vacilé, y caí, por fin, con la cabeza loca, la razón perdida, mi tienda perdida, mi mujer perdida, el cabello en desorden y un merengue atravesado.

TOÑICO.- ¡Sí que es usted desgraciao! ¿Y por qué dijo usté a los que le encontraron que era Tabardillo?

CANDELARIO.- ¿Yo…? Si yo lo que dije es que tenía un tabardillo o insolación que viene a ser lo mismo.

 

Si ahora se revelaba la verdadera identidad de Candelario, lo fusilarían de inmediato. Así que Toñico convence a Candelario para hacerse pasar por Tabardillo. Juanica le trae varios muslos de pollo para comer, pero antes de que se los termine llega el tío Cacharro con los demás guerrilleros para interesarse por el estado de “Tabardillo”. Candelario se esconde los muslos dentro de la chaqueta y se hace el desmayado nuevamente. Cuando le registran creen que tiene un hueso roto y al aire.

(Acto I, Cuadro I, Escena XII.)

TÍO CACHARRO.- ¡Darle vino, darle vino a ver si bebe!

TÍO TIZONES.- ¡Le arrimaré la bota! (Pausa.) ¡Y bebe! ¡Y bebe!

TÍO CACHARRO.- ¡No le des más!

TÍO TIZONES.- ¡Demontre! ¡Ha apretao la bota con los dientes y no la quiere soltar!

AMBROSIO.- ¡Tira!

TÍO TIZONES.- ¡Que no la suelta!

BERNARDO.- ¡Tié catalesia!

TÍO CACHARRO.- ¡Alto! ¡Aquí…, aquí! ¡Aquí tié el daño! ¡Pero qué atrocidá!

TODOS.- ¿Qué es?

TÍO CACHARRO.- ¡Qué tié un hueso roto…! ¡Toca aquí!

AMBROSIO.- ¡Que horror! ¡Tié una costilla fuera de su sitio!

TÍO CACHARRO.- ¡Pues ponerle una compresa! ¡Traer vendas!

 

Se comienza a mover Candelario y suena la música. Les canta que él es un fiera, un guerrillero afamado, el temido Tabardillo.

 

HISTORIAS DE ARNICHES NÚMERO 11

(Acto I, Cuadro I, Escena XII.)

BERNARDO.- ¿Y cómo ha llegado usté tan maltrecho?

CANDELARIO.- Pues, porque…

TÍO CACHARRO.- ¡No se le puede hablar! ¡Ea! ¡Callarse…!

CANDELARIO.- Porque anoche…

TÍO CACHARRO.- (¡Ya se amansa!)

CANDELARIO.- Maté sesenta y ocho franceses y pico…

TÍO CACHARRO.- ¿Y có… mo fue?

CANDELARIO.- Pues me alojé en casa del sacristán, y ya me estaba acostando, cuando oigo tiros en la calle… salgo y veo que en la escalera me cierran el paso cuatro franceses; detuve el primero, acometí al segundo, rechacé al tercero…, me fui al cuarto… y si no me cierro por dentro, los dejo tendidos…

 

De repente llegan los franceses y le dan una escopeta a Candelario, que naturalmente no la quiere.

 

(Acto I, Cuadro I, Escena XIII.)

AMBROSIO.- Usté necesita armas. Tome usté mi carabina…

CANDELARIO.- ¡Yo!

TÍO CACHARRO.- ¡Tómela usté! ¡Tómela usté!

CANDELARIO.- ¡Quite usted, hombre! ¡Cómo voy a ir yo con la carabina de Ambrosio?

Esta es la primera vez que Arniches emplea dos signos diferentes en una misma frase. La inicia con signo de admiración y la termina con signo de interrogación.

Consultado el Diccionario panhispánico de dudas (2005) de la Real Academia Española (28) y siguiendo la explicación de Begoña Irigoyen Zuazola, hemos comprobado que es un uso excepcional permitido. Este uso se verá empleado en extremo en 1934 en el libreto de la obra: Los hermanos Dorronsoro, tal y como podremos comprobar en estas mismas páginas.

Volviendo a nuestro “héroe”, el primero cuadro termina con todos los guerrilleros coreando su nombre, cogiéndole en hombros al grito de “¡Viva Tabardillo!”

Mutación.

 

En el cuadro segundo nos aparece un tal Ibáñez, español pero con una capa francesa, que quiere hablar con el tío Cacharro, pero no le creen y le llevan preso como si fuera un espía.

¡Él insiste que tiene un mensaje de Tabardillo!

Estando en escena Candelario, se oye gritar al tío Cacharro: “¡Traidor!”, y éste se da por muerto. Pero el tío Cacharro ha tomado por traidor al tal Ibañez.

Vuelven a oírse los fusiles de los franceses y se ve cómo Ambrosio se esconde en el gallinero muerto de miedo.

Mutación.

 

En el tercer cuadro vemos una plaza de pueblo con signos de devastación y ruina. Se oyen alaridos de entusiasmo y traen a Candelario a hombros. La música con la letra patriótica es la tónica habitual, tal y como explica Rosales (24) en sus tesis: “Hasta morir o vencer” La Guerra de la Independencia en la Zarzuela: (1847 – 1964).

Toñico aparece sucio por un lado y con la bandera francesa en la mano para ofrecérsela a Juanica y así poder casarse con ella. Un oficial le nombra “el valiente de aquí”. Ambrosio es traído por guerrilleros de su escondite y es despreciado por todos.

Ibáñez es liberado y dice no conocer de nada a Candelario; su mensaje era que Tabardillo no podría venir; en ese momento Candelario de arrodilla esperando recibir cuatro tiros cuando es indultado gracias a la intervención de Toñico.

Y finaliza la obra.

 

MENSAJES DE ARNICHES

 

MENSAJE NÚMERO 76: Arniches, en la voz de Miguela se vuelve a oponer al matrimonio concertado por los padres. Para reafirmarlo pone en boca del tío Cacharro un parlamento ridículo.

 

MENSAJE NÚMERO 77: Arniches emplea por segunda vez la broma del verbo querer. Lo hizo en su obra en solitario llamada “Nuestra señora”. Es como una queja contra el idioma, que ofrece esta doble opción del verbo querer como la de desear algo y la de amara alguien, y la dificultad que esto implica para las personas menos instruidas.

 

MENSAJE NÚMERO 78: Arniches considera un héroe a Candelario, el confitero. Cualquiera que participe en una guerra es un héroe debido al valor que debe mostrar para superar tanto horror.

 

MENSAJE NÚMERO 79: Siguiendo la tesis de Francisco José Rosales Nodales, de las 94 zarzuelas escritas sobre este episodio histórico, sólo hay una cómica: Tabardillo. En su opinión es un intento de Arniches por desmitificar los hechos de 1808. (Página 25.) (24)

 

MENSAJE NÚMERO 80: Otra característica desatacada en esa tesis es la demostración del desapego de las riquezas que tenían los guerrilleros para salvar a la patria. (Página 206.)(24)

 

MENSAJE NÚMERO 81: Para finalizar destaca cómo el amor puede ser en el caso de Toñico, un acicate para ser más valiente aún en el combate.

BIBLIOGRAFÍA