EL ARCO IRIS

 

O

 

EL FRUTO DEL TRABAJO

 

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Se estrena esta obra el 11 de mayo de 1897. Está firmada por Carlos Arniches, Celso Lucio y Enrique García Álvarez, con música de Quinto Valverde y Tomás Torregrosa. Etapa Moralizante. Es la primera obra en colaboración entre Carlos y Enrique. En total serán 26 en 15 años.

 

El telón se abre y muestra una tienda de muebles de segunda mano cuyo rótulo es “Al Arco Iris. Almacén de muebles de la viuda del Todo.”

 

Se ve un baúl mundo, un piano, unas panoplias, una cama… y demás muebles pequeños.

 

En la primera escena se ve al ayudante de la tienda, Florentino, dirigir a los mozos que están introduciendo un mueble con cajones muy valioso. Un vargueño.

Mueble llamado vargueño www.wikipedia.org

 

Frutos, el administrador de la tienda y pareja de hecho de Valeriana, la dueña, se dispone a pagar a los transportistas.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 41

 

(Escena I.)

 

VALERIANA.- ¿Cuánto es esto?

 

MOZO 1º.- Pus misté, cinco bultos a dos riales… son… son…

 

VALERIANO.- Oye tú, (A Frutos.) cinco bultos a dos riales, ¿Cuántos son?

 

FRUTOS.- Pues cinco a dos, son dos por cinco diez, pongo cero y llevo una y una que es una, una peseta ca uno. (En realidad cada peseta lleva 4 reales, eso haría 2 pesetas y 2 reales; 10 reales son 10 € al cambio actualizado, y 2 pesetas, serían solo 8 €. Les está timando claramente.)

 

MOZO 1º.- Oiga usté, señor Frutos, que creo que son diez riales.

 

FRUTOS.- ¿Qué van a ser, señor…? ¿No hemos llevao una?

 

MOZO 1º.- Yo no sé lo que hemos llevao, pero sé lo que hemos traío: cinco muebles.

 

FRUTOS.- ¿Y qué? Pues eso… dos a cinco diez, de diez una, tocáis a una ca uno… porque lleváis una. (Dándole el dinero.)

 

MOZO 1º.- Llevo dos

 

FRUTOS.- Llevas una

 

MOZO 1º.- Llevo dos riales de menos.

 

FRUTOS.- Y en cuestión de regla de tres no me conjeturéis… Conque arrea y toma quince céntimos para unas copas. (Se los da.)

 

MOZO 1º.- Bueno, lo que usté quiera, pero conste que llevo dos.

 

FRUTOS.- Arza, aliviar y hasta otra…

 

Al final les ha pagado 2,30 pts. en vez de 2,50 pts. que era lo que le pedían. Una fiera el Frutos con las matemáticas. Aquí le vemos ahora contar su historia con Valeriana.

 

HISTORIAS DE ARNICHES NÚMERO 22

 

(Escena I.)

 

FRUTOS.- Pero señor: ¿a qué se debe el que ésta y yo, que hace años teníamos relaciones mixtas, digámoslo así, haigamos oztao por juntarnos bajo un techo común de dos u heterogéneo si se quiere…? Pues a que yo tenía una ebanistería, el trabajo escaseó, el taller se vino abajo, y me quedé como quien dice hecho un quebrao…, y algún decimal, si se quiere, porque me quedó una función, u sean tres hijos. Y digo yo: un hombre viudo con tres hijos, ¿qué es…? Pues la unidad seguida de ceros… Pues güeno, entonces me encontré con ésta, que era viuda, y no te diré yo que ésta fuera un entero…, pero tampoco era un mixto, ¿y qué hice…? Pues la primera operación fue multiplicar a ésta por la unidad seguida de ceros, lo cual se verificó agregándole yo los tres chicos que tenía…, pa que me los mantuviese, y desde entonces vivimos juntos: le llevo los libros; la aministro la parte mercantil, la distingo con mi mayor aprecio, y como es frescota, y uno, sin querer alabarse, sirve aún pa las matemáticas, pues dentro de tres o cuatro años…

 

FLORENTINO.- ¿Qué?

 

FRUTOS.- Más ceros. (Acariciando a Valeriana.)

 

El mensaje número 117 sobre las parejas de hecho: Arniches pone de manifiesto una circunstancia habitual en el mundo del trabajo: se daban las parejas de hecho. La unión de dos familias tocadas por la necesidad, la desgracia o el desamparo… ¿Cuánto tiempo costó que las estrictas normas de la sociedad admitiera y legislara esta situación…?

 

Han decidido cambiar el rótulo de la tienda, ahora pondrá: “Al Arco Iris. Almacén de muebles de Valeriana Mesa y Compañía”.

 

Florentino, que también está enamorado de Valeriana, le cuenta que como él vive en la calle Ruda, 78, se ha enterado que un anciano que vivía en la calle, había dejado una fortuna de 30.000 reales (30.000 €) en un cajón secreto del vargueño que hemos visto al inicio. Lo quiere repartir a medias, 15.000 para cada uno. Frutos le dice que “según la fracción arrojada por el cociente le corresponden a Florentino 3.000 reales”. Y Florentino le contesta que se deje de cocientes o le da un puñetazo en las encías.

La calle Ruda tiene una bonita historia, que ya conocemos por la obra Las Guardillas: Se llama así por haber una plantación de Ruta Gaveolens por donde está ahora la calle. La gente llamaba a la planta Ruda. La taberna Malacatín se abriría cinco años más tarde, en 1895, por Julián Díaz, y sigue en la actualidad con la tercera generación. Benito Pérez Galdós, haría pasear y comprar en esa calle a Misericordia en 1897.

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En la tercera escena se queda solo Florentino junto al vargueño y ve marchar a Frutos.

 

(Escena III.)

 

FLORENTINO.- ¡Ya se va…! ¡Ya vuelve… la esquina…! ¡Ya no lo veo…! ¡Ya estoy solo…! ¡Güeno; pus ahora entra el drama…, ¡pero un drama sanguinario! Porque como no me salga con la mía, va a haber aquí más defunciones que en el “señor don Álvaro u la fuerza del signo

 

Don Álvaro o la fuerza del sino, es una obra de teatro estrenada en 1835 y cuyo autor es Ángel Saavedra, Duque de Rivas. Podemos leer una crítica de 19 páginas en www.decimononica.org por los autores: José Valero y Stephanie Zighelboim (42). Está ambientada en Sevilla después de la Guerra de Sucesión en 1713. Don Álvaro, llegado rico desde las indias quiere casarse con la hija del Marqués de Calatrava, Laura. Naturalmente no lo consiente.

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Se enfrentan a duelo el Marqués y don Álvaro. El Marqués mure accidentalmente. Laura huye a un convento. Don Álvaro se va de soldado a Italia, allí conoce a Carlos de Calatrava. Se retan a duelo y muere Carlos. Regresa a España, se mete a monje; le localiza Alfonso de Calatrava, se retan y muere Alfonso, en ese momento llega Laura y cae sobre su hermano Alfonso moribundo, éste le clava un puñal y la mata. Don Álvaro se siente culpable de todas las muertes y se suicida. De ahí la expresión de Florentino

 

Florentino se da ánimos a sí mismo para declararse a Valeriana. En la cuarta escena entra Valeriana y Florentino se declara en un número musical. Ella le rechaza y le previene del riesgo que corre con lo bruto que es Frutos. Así y todo le da una carta para que reconsidere su postura. Termina la carta diciendo que “no firmo la presente pa que si la cogieran a usted esta carta no sepan que soy Florentino”. Valeriana, que está muy azorada y nerviosa, ¡esconde la carta en un cajón del vargueño!

 

Llega Frutos y despacha rápidamente a Valeriana para quedarse a solas y poder investigar el mueble. En ese momento llega una pareja: Andrés y Rosa que buscan una cama de matrimonio para su primo sacerdote que vive en la calle Andrés Obispo, 36.

 

Esta calle está en honor a un Obispo de Jaén que muere en 1367 (43). Actualmente está junto a la parada de Metro Pinar del Rey.

 

Al final él pedía 14 duros por la cama (280 €) y rebaja hasta 10 duros (200 €).

 

Cuando va a mirar el cajón le reclama Valeriana para probar el guiso. Después vienen otros compradores, doña Casta, Heliodoro y Pepita que piden el precio de una mesilla y al final se van sin comprar nada.

 

Llega la hora de irse a la taberna y deja a Valeriana al cargo de la tienda. Llega un cliente que quiere comprar un trombón.

 

Finalmente, tras estar en la taberna, llega Frutos dando tumbos y se pone a investigar en los cajones del vargueño. Encuentra la carta de Florentino y quiere despellejarle.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 42

 

(Escena XIII.)

 

FLORENTINO.- ¡María Santísima, en cuanto le pille… le divido…! Servidor, es dividendo, éste es el divisor, (Cogiendo un garrote.) Florentino el cociente, y no va a quedar pero ni residuo.”

 

Florentino, arrepentido por la información errónea del dinero que debía tener el vargueño, le dice a Frutos que en sus cajones no hay nada, y Frutos que sí, Florentino que no, que debe estar el dinero aún en la casa del viejo, y Frutos con el garrote en la mano le enseña la carta ante el horror de Florentino.

 

(Escena XIV.)

 

FRUTOS.- Ala, ala, a la calle, u te extraigo un logaritmo de la región umbilical, so indígena… ¡Fuera de aquí…!

 

Florentino huye. Valeriana se interpone.

 

FRUTOS.- ¡Un cuerno! (Le da un palazo.) ¡So granuja! Y mira, lo he pensao mejor; no quiero más dinero que el de mi trabajo…

 

El mensaje número 118: Arniches tiene un lema en su vida: “no quiero más dinero que el de mi trabajo”. Este lema que está escrito por primera vez con 31 años lo mantendrá hasta el final de su vida con 77 años. Lo transmitirá a sus hijos, y sus hijos a nuestros padres, y éstos a nosotros, y ahora yo os lo transmito a vosotros.

 

FRUTOS.- y tú Valeriana, mañana saca los papeles y nos casamos

 

VALERIANA.- ¡Gracias a Dios!

 

FRUTOS.- ¡Sí, porque para que marche bien la teneduría hace falta la solidez conyugal!

 

El mensaje número 119: Arniches, aunque muy tolerante con las costumbres de todos, defiende el matrimonio como un elemento de unión de la sociedad y que favorece el progreso de la misma.

 

La obra termina con un verso de Frutos para el público:

 

“No encontré fortuna alguna

pero no me importaba nada;

para mí es una fortuna

que me deis una palmada.

 

Como anécdota señalaremos que el mismo actor que interpreta el papel de Florentino, hace de Andrés, Heliodoro y el comprador del trombón.

 

MENSAJES DE ARNICHES

 

MENSAJE NÚMERO 117: Arniches pone de manifiesto una circunstancia habitual en el mundo del trabajo: se daban las parejas de hecho. La unión de dos familias tocadas por la necesidad, la desgracia o el desamparo… ¿Cuánto tiempo costó que las estrictas normas de la sociedad admitiera y legislara esta situación…?

 

MENSAJE NÚMERO 118: Arniches tiene un lema en su vida: “no quiero más dinero que el de mi trabajo”. Este lema que está escrito por primera vez con 31 años lo mantendrá hasta el final de su vida con 77 años. Lo transmitirá a sus hijos, y sus hijos a nuestros padres, y éstos a nosotros, y ahora yo os lo transmito a vosotros.

 

MENSAJE NÚMERO 119: Arniches, aunque muy tolerante con las costumbres de todos, defiende el matrimonio como un elemento de unión de la sociedad y que favorece el progreso de la misma.