EL PARAÍSO DE LOS NIÑOS

 

O

 

EL CASTIGO SOBRE EL JUGUETE INFIEL.

 

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Don Nicanor y su tambor en la fila aterrado viendo cómo Dandynet enamora a Bebelinda para después dejarla tirada.

 

Esta obra se estrena el 28 de diciembre de 1904. Plena Navidad. La escriben Carlos Arniches y su amigo Celso Lucio con música de Valverde. Incluimos esta obra en su Etapa de Educación Infantil.  El título “El Paraíso de los niños” hace referencia a los juguetes; incluso podríamos decir que podría ser maravilloso para un niño el poder ver a sus juguetes cobrar vida, tal y como ocurre en este caso, pero nada más. No hay ningún niño entre los personajes. Siguiendo las historias como la del Cascanueces de Chaikosky, Arniches hará llegar a la Diosa del bazar de los juguetes para que Casimiro, el ayudante del juguetero pueda ver la vida y el drama que se traen los juguetes pasada la media noche.

 

El primer cuadro de esta Zarzuela Fantástica Infantil, nos presenta la trastienda de un bazar de juguetes. Tenemos a don Adrián, el dueño del bazar llamado “El Paraíso de los niños”. Está esperando a que llegue su ayudante Casimiro mientras rebusca, en una caja, partes de juguetes rotos. Se queja de que ya ningún niño quiere un juguete “arreglado”, todos tienen que ser nuevos: “Los chiquillos se parecen a las personas mayores: siempre “adelante, adelante; más, más”, como si tuvieran prisa por llegar al fin de su camino”.

 

Mensaje número 239: Arniches pone en boca del juguetero una queja amarga sobre el modo en el que se está educando a los niños en el consumismo. Hay que fijarse que la denuncia de este problema viene de 1904, y aún no lo hemos solucionado. No hay que tener prisa por llegar al final, se pude jugar con el mismo juguete aunque no sea nuevo.

 

Llega Casimiro desolado por haber perdido la novia a manos de su primo.

 

HISTORIAS DE ARNICHES NÚMERO 61

 

(Cuadro I, Escena II.)

 

CASIMIRO.- Pues nada, ya sabe usté. Ya sabe usté que no hice más que ver a esa Manuela y decirla: “Mira, soy dependiente del Paraíso de los niños; el principal me quiere mucho; en cuanto nos casemos, nos vamos a vivir a la tienda. El día que tú entres allí, las dos palabras del título serán un hecho, porque contigo tengo el paraíso asegurao y niños no faltarán, porque el amo tiene mucha parroquia.

 

DON ADRIÁN.- ¿Y aceptó ella?

 

CASIMIRO.- En seguida. Y aquella misma mañana me dio una prueba. ¡Ay que prueba, don Adrián!

 

DON ADRIÁN.- A ver, a ver

 

CASIMIRO.- Yo estaba encaprichado por un “abuelo” suyo

 

DON ADRIÁN.- ¡Canario!

 

CASIMIRO.- Sí, señor; y saberlo ella, coger unas tijeras, agarrar el abuelo y cortárselo, todo fue uno. Místelo, aquí lo tengo. (Saca del bolsillo un mechón de pelo.)

 

DON ADRIÁN.- ¡Ah! ¿era un abuelo del cogote?

 

CASIMIRO.- Pues ¿qué creía usté, que era materno? Pues bien, después de ese sacrificio, después de desprenderse de una cosa tan sagrada como un abuelo… ¡Vamos!

 

Don Adrián intenta consolar a Casimiro diciéndole que un juguetero nunca debe llorar por una mujer; el juguetero tiene los juguetes en sus manos…

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 103

 

DON ADRIÁN.- Porque tiene con ellos en sus manos

la lección permanente de la vida.

¡Muñecos de cartón! ¡Seres humanos!

Todo es uno y lo mismo: sueños vanos,

materia deleznable, alma fingida.

Lo que son las muñecas para el niño,

son después para el hombre las mujeres;

copiosa y honda fuente de cariño,

único manantial de los placeres.

Disputa su muñeca a puñetazos

el chico, por tenerla entre sus brazos

y recrearse a solas

con los ojos de vidrio y las guedejas

que al talle bajan en doradas olas

de sedosas madejas.

Cuando triunfa, se oculta de la gente,

busca la llave loco de alegría,

y logra que la máquina obediente,

para él solamente,

diga “papá” y “mamá”, se queje o ría.

También por la mujer a quien desea

se lanza el hombre a desigual pelea

y, cuando vence, el loco enamorado

busca la soledad, quiere la calma,

para oprimir en el objeto amado

los resortes ocultos en el alma

y obligarle a decir constantemente

sino “papá” y “mamá”, “te amo, te quiero”;

total igual, un ruido diferente,

pero en el fondo nada verdadero.

Porque el hombre egoísta no se entera

de que, si una muñeca siempre sabe

decir “papá” y “mamá”, sea quien quiera

el que le de unas vueltas a la llave,

la mujer que él tuviese en más estima,

su ilusión, su delicia, su tesoro,

repetirá el “te quiero” y el “te adoro”

cuando otro llegue y el resorte oprima.

¿A qué sacar las cosas de su centro

y atormentarse por palabras huecas?

Créeme a mí, que conozco las muñecas

y de sobra lo que tienen dentro…

“papá, mamá”… “te quiero”, “no te olvido”…

y luego, ¿qué? ¡Serrín!, ¡serrín podrido!

Vete a acostar y duerme como un leño.

¿Qué no? ¡Ya dormirás cuando te enteres

de que aquí ni muñecas ni mujeres

valen la pena de perder el sueño.

 

Casimiro se queda solo, rumiando las pesimistas palabras de don Adrián. Incluso afirma: “¡No está de acuerdo conque la mujer sea como la muñeca, es mejor la muñeca porque al menos hace feliz a un niño! Los muñecos del bazar sí que son felices: ni sienten ni padecen, ni luchas ni resquemores, ¡la calma!”

 

¡En esto se le aparece la Diosa de los Bazares! Le cuenta que los juguetes cobran vida a media noche y que tienen sus amores y desamores, sus luchas y tristezas… Y si quiere le permitirá presenciarlo.

 

En el segundo Cuadro ya no vemos a Casimiro aunque podemos imaginar que lo está presenciando. Estamos en el bazar de juguetes. En la primera escena vemos a un Coro de Muñecas que critican a otra: Bebelinda, una muñeca preciosa hecha en Alemania. Al final sale y todas la persiguen para pegarla. Gracias a que sale una muñeca cocinera, Cucú, y que se interpone, logra salvarla. Echa la culpa a unas y otras. Bebelinda está con Dandynet y debido a eso, éste ha abandonado a Pepona, lo que está muy mal.

 

HISTORIAS DE ARNICHES NÚMERO 62

 

(Cuadro II, Escena II.)

 

CUCÚ.- Veréis. Serían las doce y media y estaba a punto de dormir liada en mi papel de seda, cuando en esto oigo que el zapatero remendón que duerme a mi lado en la estantería, se acerca a la caja de soldados de enfrente y llama: “¿Quién vive?”, pregunta una voz desde dentro; se levanta la tapa y sale el capitán. “¿Cuándo nos echamos a la calle?”, dice mi vecino. “Pronto, pero habla más bajo”, contesta el militar. Y mirad, oír esto y echarse a temblar las cabezas de ministro colgadas un poco más arriba al lado de un juego de bolos, todo fue uno.

 

Mensaje número 240: En la época de 1904 había juguetes con las caras de los ministros que se llamaban “Cabezas de Ministros”. Arniches aprovecha el posible levantamiento de los militares para expresar, de forma inequívoca, el miedo que los políticos les tenían. Ese es un punto aún no bien superado en la política española.

 

Se oía un rumor sordo, como si chocaran unos con otros, no se sabía si los bolos o las cabezas. Parecía que relinchaban los caballitos de cartón, los borregos irrompibles balaban en sus cajas, las escopetas y las pistolas se colocaban sus fulminantes dispuestas a hacer fuego.

 

MUÑECA 1ª.- ¿Y qué?

 

CUCÚ.- Y el Capitán seguía diciendo: “O Dandynet deja a Bebelinda y se casa con Pepona, o degollamos a esa coqueta…

BEBELINDA.- ¡Cielos!

 

CUCÚ.- Cortamos la cabeza al traidor y aquí no queda un juguete sano”. (Movimiento en todas las muñecas por el terror.) En esto entró el amo con una linterna a hacer la requisa y todo quedó en silencio.

 

Mensaje número 241: Arniches, incluso en la ficción, lanza el mensaje de la estabilidad de la pareja frente a la infidelidad y el cambio.

 

Cucú aconseja a Bebelinda que deje a Dandynet, a lo que ella so opone tajantemente diciendo: “Moriré con él o moriré por él pero ¿verle en brazos de esa desastrada? ¡Jamás!”

 

Pero todas las muñecas saben que por su culpa acabarán muy mal, por lo que se lanzan a por Bebelinda. Nuevamente Cucú lo impide y manda a todas a sus cajas.

 

En esto sale don Nicanor con su tambor y canta su canción que podemos escuchar en este enlace:

https://vimeo.com/97096609  Vídeo de la canción de Don Nicanor tocando el tambor.

Estreno 9 de abril de 2014 en Leganés. Espectáculo coproducido por el Teatro de la Zarzuela, Universidad Carlos III y el Centro de Tecnología del Espectáculo.

 

Curiosamente, la letra escrita en “Obras completas, Volumen III, página 884” (104) es diferente a la del vídeo. Solo tienen en común el comienzo:

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 104.

 

(Cuadro II, Escena IV.)

 

NICANOR.-        Yo soy don Nicanor,

juguete popular;

que agarra su tambor

y empieza a redoblar.

Haciéndome batir

el parche atronador,

me pueden adquirir

por una perra gorda.

Do quiera que voy

la infancia va tras de mí,

porque yo soy así,

muy juguetón,

muy retozón,

con guito y levitón.

 

En el vídeo se cambian ligeramente algunas expresiones como “por una perra gorda” por “precio muy gordo”, y  “Do quiera que voy” por “allá por donde voy” “con guito y levitón” por “con gorro y levitón”. Y continúa:

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 104:

 

Hágame caso buen señor

y compre usted un Nicanor

porque conmigo usté tendrá

la diversión asegurá.

No hay espectáculo mejor

que hacer sonar este tambor

con su sonido atronador,

porrom, porrom, porrom, (Redoblando.)

haciendo redoblar a Nicanor.

 

Ningún juguete es el mejor

por ser de precio superior,

lo que le da la diversión

es tener imaginación.

Yo sé poner de buen humor

a los que están alrededor,

y si al final te da sopor,

porrom, porrom, porrom, (Redoblando.)

le sirvo hasta como despertador.

 

La letra escrita en la obra reflejada por María Victoria Sotomayor (104) es mucho más picante, y dice así:

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 105.

 

Para obsequiar a Leonor

compró Gaspar un Nicanor,

porque con él no temen ya

que les sorprenda la mamá;

pues siempre están ojo avizor

para apagar cualquier rumor

de algún suspiro embriagador…

porrom, porrom, porrom, (Redoblando.)

haciendo redoblar a Nicanor.

 

Pero anteayer con la emoción

dejó vencer a la pasión,

y cuando vino la mamá

fue el disimulo inútil ya;

y hubo una escena de terror,

pues apagar tanto rumor

quiso Gaspar con el tambor…

porrom, porrom, porrom (Redoblando.)

que había roto el parche a Nicanor.

 

En fin, dependerá del público asistente, ¿no?

 

Tras semejante “himno” de don Nicanor, ordena a todos los juguetes que se escondan en sus cajas y llama a otro juguete, don Jenaro. La característica de este “buen secundario de Arniches” es que siempre que habla, saluda; esto irrita profundamente a don Nicanor.

 

Don Nicanor quiere a Pepona, y como sospecha que está con Dandynet ha organizado una revolución de juguetes para reconquistarla. En esto que aparecen en escena Dandynet y Pierrot que tratan muy displicentemente a don Nicanor y a don Jenaro.

 

Dandynet explica a Pierrot que para él, las muñecas no tienen ningún valor.

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 106.

 

(Cuadro I, Escena VI.)

 

 

DANDYNET.-    Himnos de amor saludan mi presencia.

Cuando me acerco a los estantes, brillan

los ojos de cristal, los labios tiemblan

y las mejillas de color de rosa

tiñen el pudor, como diciendo: “besa”.

Y yo aspiro el perfume de las flores

y las tiro después lacias y secas,

que el placer es fugaz y volandero:

luchar, vencer, huir… ¡la gloria es ésa!

Porque amigo,

conozco el corazón de las muñecas

y las desprecio, ¡las desprecio a todas!,

porque es su vanidad la que las ciega.

Quitarme los adornos de oro y plata,

arráncame esta maquinaria perfecta

que me da movimientos distinguidos,

mánchame el raso, rásgame la seda,

y con un delantal de percalina

y un gorro de cartón en la cabeza,

ponme colgado en la pared de tablas

de un indecente barracón de feria.

¡Verás esas muñecas que se mueren

al oír de mi amor las notas tiernas,

cómo al galán caído no saludan

con un mohín de compasión siquiera!

Créeme, Pierrot, para triunfar del mundo

armas son los diamantes y las perlas,

flecos de seda, cascabeles de oro,

rica vitrina y elegante tienda.

 

Mensaje número 242: Arniches aprovecha a este personaje desalmado para poner de manifiesto muchas actitudes falsas en el amor por la apariencia, tanto de ellos como de ellas.

 

Pierrot se lamenta ser un juguete barato de 2 pesetas (8€) y que solo tiene dos obsesiones: los platillos y las muñecas.

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Emplea la táctica que vimos de Valbuena en la obra “El pobre Valbuena” de desmayarse ante la muñeca que le gusta, pero solo recibe palos por parte de ésta y de otros juguetes que la defienden.

 

Cuando se canse de Bebelinda, Dandynet se la pasará a Pierrot si ahora colabora con él para la fuga de esta noche.

 

Para ello llama al Capitán a quien explica lo que debe hacer. El Capitán hace como que está de acuerdo, espera a que Dandynet se vaya y coge a solas a Pierrot. Ambos se confabulan contra Dandynet.

 

Don Nicanor, que lo ha escuchado todo, se une a ellos, y les dice que gracias a un plan de don Jenaro, el muñeco que da abrazos y saluda constantemente, tienen un plan para que el Capitán se quede con Bebelinda y él con Pepona. Pierrot se queda sin nada.

 

Cuando todos abandonan la escena, don Nicanor ve a Pepona y le declara su amor.

 

(Cuadro II, Escena X.)

 

DON NICANOR.- Para reventar de una vez, para que lo sepas todo, para que sepas que te quiero como antes.

 

PEPONA.- ¡Nicanor!

 

DON NICANOR.- Sí, que sólo de pensar que quieres a otro me da una pena, que no lloro porque soy un juguete de a perra gorda, y en el mundo el que no vale más que diez céntimos tiene que tragarse las lágrimas.

 

Mensaje número 243: En el mundo, el que no vale más que diez céntimos tiene que tragarse las lágrimas. Importante reflexión sobre la pobreza. ¡A los pobres, son tan pobres, que ya no les quedan ni lágrimas!

 

Pepona le pregunta si recuerda cómo conocieron a Dandynet.

 

HISTORIAS DE ARNICHES NÚMERO 62.

 

(Cuadro II, Escena X.)

 

DON NICANOR.- Fue una mañana de invierno muy fría. Íbamos tú y yo revueltos con otros juguetes en la cesta de una vendedora, y vinimos a quedar enfrente de una tienda de juguetes caros, el frío había empañado los cristales del escaparate y no veíamos lo que había dentro. De pronto, una manita de “biscuí” limpió el vaho del cristal en un redondelito pequeño, y por allí apareció una cabecita de porcelana. ¡Era Dandynet que echaba un vistazo a la calle! Os mirasteis los dos: él a ti, como se mira la hermosura tirada en el suelo, con deseo; tú a él como se mira la hermosura que está en lo alto, con amor. Y así ha pasado; se entretuvo contigo unos días, volvió a dejarte donde te encontró- en mitad del arroyo- y sigue su camino riendo y sonando sus cascabeles, sin acordarse para nada de la pobre muñeca de a real y medio (1,5€)

 

Hermoso y triste relato al mismo tiempo. Nicanor la tiene medio convencida, pero ella quiere pruebas, y las va a tener, ¡esta misma noche!

 

DON NICANOR.- ¿Qué no nos compran para un chico de casa grande y vamos a parar a las manos sucias de un chicuelo desastrado? ¡Eso no importa! ¿Cuál es la misión de un juguete?, alegrar a un niño. Pues eso también podemos hacerlo nosotros, porque  la alegría de los niños, como cosa de Dios, es igual para todos, ricos y pobres.

 

Mensaje número 244: ¿Cuál es la misión de un juguete?, alegrar a un niño. La alegría es cosa de Dios, y es igual para todos, ricos y pobres. Otra reflexión de las que llegan muy dentro.

 

Pepona se esconde y sale Dandynet a cantar con un coro formado por don Nicanor, Pierrot, el Chino del bombo, el Inglés del violín, el Conejo del timbre y el señor de la flauta. Dandynet canta al amor más posesivo hacia Bebelinda

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 107

 

(Cuadro II, escena XII.)

 

DANDYNET.-    Gracias mil veces, linda paloma;

cuando apareces, todo se alegra,

pues de tus ojos en los cristales

ve su derrota la noche negra;

las sombras huyen en cuanto sales

y sus perfumes vierten las flores

en esa boca, nido de amores.

 

Pierrot ha conseguido la llave de Bebelinda. Ahora le falta la de Dandynet. En cuanto le ve le felicita por su fuga con Bebelinda y le da un abrazo, momento en el que le roba la llave también.

 

Ya están juntos Dandynet y Bebelinda y cantan a su amor. Cuando se quieren ir ven que no se pueden mover, les falta cuerda y ¡no tienen llave! Llega el capitán y se lleva a Bebelinda. Dandynet busca refugio en Cucú y le pide la llave. Comienza a darse cuerda sin parar hasta hacer saltar el muelle y cae muerto.

 

Mensaje número 245: El suicidio de Dandynet es el primero registrado en las obras de Arniches. Nada podría hacerle superar su derrota y prefiere terminar con su existencia… hasta que sea reparado, claro.

 

Todos gritan: “¡Dandynet ha muerto!”

 

Cucú asegura: “¡Qué equivocados están! ¡Dandynet es el amor y no morirá nunca!”

 

Se organiza un entierro por Dandynet con Pepona y don Nicanor al final del cortejo dándose el brazo. Al final anuncian su boda y todos bailan y ríen.

 

Fin de la obra.

 

MENSAJES DE ARNICHES

 

MENSAJE NÚMERO 239: Arniches pone en boca del juguetero una queja amarga sobre el modo en el que se está educando a los niños, en el consumismo. Hay que fijarse que la denuncia de este problema viene de 1904, y aún no lo hemos solucionado. No hay que tener prisa por llegar al final, se pude jugar con el mismo juguete aunque no sea nuevo.

 

MENSAJE NÚMERO 240: En la época de 1904 había juguetes con las caras de los ministros que se llamaban “Cabezas de Ministros”. Arniches aprovecha el posible levantamiento de los militares para expresar, de forma inequívoca, el miedo que los políticos les tenían. Ese es un punto aún no bien superado en la política española.

 

MENSAJE NÚMERO 241: Arniches, incluso en la ficción, lanza el mensaje de la estabilidad de la pareja frente a la infidelidad y el cambio.

 

MENSAJE NÚMERO 242: Arniches aprovecha a este personaje desalmado para poner de manifiesto muchas actitudes falsas en el amor por la apariencia, tanto de ellos como de ellas.

 

MENSAJE NÚMERO 243: En el mundo, el que no vale más que diez céntimos tiene que tragarse las lágrimas. Importante reflexión sobre la pobreza. ¡A los pobres, son tan pobres, que ya no les quedan ni lágrimas!

 

MENSAJE NÚMERO 244: ¿Cuál es la misión de un juguete?, alegrar a un niño. La alegría es cosa de Dios, y es igual para todos, ricos y pobres. Otra reflexión de las que llegan muy dentro

 

MENSAJE NÚMERO 245: El suicidio de Dandynet es el primero registrado en las obras de Arniches. Nada podría hacerle superar su derrota y prefiere terminar con su existencia… hasta que sea reparado, claro.

 

 

https://vimeo.com/97096609

 

Producción: Teatro de la Zarzuela
Libro: Sinesio Delgado y Carlos Arniches. Música: Joaquín Valverde Sanjuán. Dirección escénica: Lorenzo Moncloa. Dirección musical: Óliver Díaz. Escenografía: Juan Sanz y Miguel Ángel Coso. Vestuario: Lola Trives. Iluminación: Fede Díez. Sonido: Mariano García. Intérpretes-cantantes: Hevila Cardeña, Mónica Campaña, Amelia Font, Sagrario Salamanca, Alejandro González, Enrique R. del Portal, Jesús Lumbreras, Óscar Hernández y Raúl de Tomás. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Estreno: 9 de abril de 2014 en el Auditorio de la Universidad Carlos III de Leganés, Madrid. Espectáculo coproducido por el Teatro de la Zarzuela, la Universidad Carlos III de Madrid y el Centro de Tecnología del Espectáculo.

 

 

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