LAS ESTRELLAS

 

 

O

 

 

TODO EL MUNDO TIENE UN HIJO ARTISTA QUE LE VA A SACAR DE LA MISERIA

 

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              Conocemos el momento de inspiración de esta obra. Estaba Carlos Arniches en un “saloncito” de la calle Montera, tal y como relata Vicente Ramos (105), cuando sale al escenario una muchachita a cantar. La gente interpreta que lo hace muy mal y le abuchea y le grita de forma exagerada. Carlos lo pasa fatal, máxime cuando reconoce a la hija del portero de su casa en c/Génova 27.

 

Esto le provoca la creación de este Sainete Lírico con música de los maestros Valverde y Serrano. Se estrena el 30 de Diciembre de 1904, dos días después del estreno de “El paraíso de los niños”. Incluimos esta obra en su Etapa Moralizante. Es su obra número 12 en solitario.

 

En realidad, la obra es la triste historia de un pobre hombre, Prudencio, barbero de profesión, que obnubilado por el arte de sus dos hijos, uno para torear mejor que Frascuelo y la otra, para cantar mejor que La Bella Otero, Agustina del Carmen Otero Iglesias, lo empeña todo sin mirar realmente si había o no el talento que él les suponía.

 

 

 

 

            Agustina del Carmen Otero Iglesias.

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Salvador Sánchez Povedano. Frascuelo

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Para cumplir el sueño de sus hijos, Casildo y Antoñita, les ha sacado de sus trabajos (imprenta y modista) y ha traspasado la barbería por 700 pts. (2.800 €), vamos una ruina. Pero él considera que ya tiene dinero suficiente para viajar a París con ellos. Ya se está haciendo ilusiones de todo el dinero que van a ganar

 

(Acto I, Cuadro I, Escena I)

 

SEÑOR PRUDENCIO.- Que ya le daré a usté las señas y nos damos un paseo en mi automóvil, que ya le diré al chúfer que no corra.

 

Esto lo comenta en la barbería frente a sus clientes. Arniches escribe chúfer, lo que ahora decimos chófer.

 

Está aconsejado por su amigo Pepe.

 

(Cuadro I, Escena II)

 

SEÑOR PEPE.- Por eso le he aconsejao a este que lo venda too, que deje esta porquería de España, que emigre con su hija a París como yo, que me voy pasao mañana, y a la vuelta de un par de años regresamos del extranjero, y, ¿usté sabe esos solares de la cae de Lista, pasao un estanco que hay? ¡Nuestros hoteles!

 

Lista es ahora un barrio del Distrito de Salamanca, uno de los más lujosos.

 

(Cuadro I, Escena VI)

 

SEÑÁ FELICIANA.- Y no mires a los que han llegao porque Dios les dio ese don; mira a los infelices que ciegos por la avaricia, mueren como perros en la cama de un hospital (tras una corrida de toros). Y por lo que le toca a la chica, estás igualmente equivocao; porque una cosa es la gracia que hacen los hijos a los padres en el comedor de casa, y otra la que se necesita pa brillar en el mundo, y sobre todo, que no, ¡vaya! ¡Que no me da la gana de ver a mi hija en un tablao enseñando las carnes!

 

Mensaje número 246: Una cosa es la gracia que hacen los hijos a los padres en el comedor de casa, y otra la que se necesita pa brillar en el mundo.

 

El hermano de Feliciana, Leovigildo, se hará cargo del dinero del traspaso, pero le aconseja que les deje probar el fracaso para que ellos mismos recapaciten

 

 

(Acto I, Cuadro I, Escena X)

 

LEOVIGILDO.- ¡Deja que se vayan! ¡Muérdete el corazón pero tú aquí, a conservar la libreta! ¡Es tu deber serio y honrao! ¡Que se vayan! Pué que sea mejor; así probarán dónde está la verdá, si en las ilusiones tontas o en el trabajo humilde y verdadero. ¡Y poquitas lágrimas!

 

El mensaje número 247: La verdad de cada día está en el trabajo humilde y verdadero y no en las ilusiones tontas.

 

Cuando se abre el telón y comienza el segundo cuadro, el espectador ve un escenario de costado. De forma que ve público y bambalinas al mismo tiempo. Una idea novedosa. Estamos en un salón Madrileño. (Simula el de la calle Montera.) Y ocurre lo que Carlos presenció en realidad. Le gritan a Antoñita que se vaya, que venda décimos, que se retire. Ella se encara con el público y la cosa se complica aún más. Al final del cuadro sale a pedir perdón y se va.

 

El cuadro III, es una calle de los barrios bajos de Madrid tan solo para que Feliciana se dé por enterada del fracaso de Antoñita.

 

El cuadro IV es una plaza de los barrios bajos de Madrid donde está la barbería de la familia. Es de noche. Pasea un Cafetero gritando para que le compren una tacita de café. Casildo ha tomado la alternativa y el toro le ha dado un revolcón importante; ya no quiere ser torero. Prudencio entrega a sus hijos a Feliciana y se va.

 

(Cuadro IV, Escena VI)

 

SEÑA FELICIANA.- Adentro hijos míos. Entrad a ese rincón de casa que llamabais triste y oscuro, porque vosotros, ¡pobrecitos! No sabías que el cariño y el trabajo son alegría y claridad.

 

Prudencio se despide pero Feliciana lo coge del cogote y lo arrastra para dentro de la casa.

 

MENSAJES DE ARNICHES

 

MENSAJE NÚMERO 246: Una cosa es la gracia que hacen los hijos a los padres en el comedor de casa, y otra la que se necesita pa brillar en el mundo. (A raíz de un comentario añadimos que nunca hay que olvidar, que la decisión de los hijos debe ser respetada. Hay que soportar que se equivoquen, por mucho que nos duela. Carlos Arniches lo cumplió con todos sus hijos y, es cierto, que tuvo disgustos con alguno de ellos. Pero, lo entendía como ley de vida, y así lo expresó en sus obras.)

 

MENSAJE NÚMERO 257: La verdad de cada día está en el trabajo humilde y verdadero y no en las ilusiones tontas.

 

MENSAJE NÚMERO 248: El cariño y el trabajo son alegría y claridad.

 

BIBLIOGRAFÍA

105.-Ramos, Vicente. “Vida y Teatro de Carlos Arniches”. Editorial Alfaguara. Barcelona. 1966.

 

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