LA CASA DE QUIRÓS

O

LA PÉRDIDA DE LOS PRIVILEGIOS

 

LEMA DE LOS QUIRÓS DEL PULGAR Y CARRILLO DE PEÑAS ALTAS:

 DESPUÉS DE DIOS LA CASA DE QUIRÓS.

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              Esta obra se estrena el 20 de Noviembre de 1915. Faltaban 6 años para el estreno de Los caciques, pero Carlos Arniches estaba viendo que los privilegios de la nobleza iban a degenerar en esa lacra posterior. Incluimos esta obra en su Etapa Rural. Es la obra número 22 en solitario.

 

Se cuenta la historia de un amor entre dos jóvenes de clases sociales diferentes: una Quirós de alta alcurnia y un Carranque, lencero de segunda generación, muy avispado en los negocios. Ellos son Sol y Casimiro.

 

Se sitúa la acción en una villa castellana de grandes dimensiones, con ganado, criados y criadas. Sol, cada vez más nerviosa, está a la espera de la llegada de Casimiro y su padre, don Valeriano, para pedir su mano a su padre, don Gil, una persona de carácter difícil y de creencias anticuadas sobre el honor y la realeza de la sangre.

 

Arniches introduce un personaje que va a dar mucho juego: Lucio, el criado nuevo de don Gil. Es de Quintanarejo, pueblo de Soria que existe en realidad. De camino a la casa de Quirós pararon en Valladolid. Arniches aprovecha esta circunstancia para contar una historia.

HISTORIAS DE ARNICHES NÚMERO 89

 

(Acto I, Escena V)

 

LUCIO.- Pues jué que entremos en un comedero  a comer, y toas las personas, después de la comida, ascomenzaron a meterse madericas en la boca y a chupalas, y díjeme yo: “Deben ser dulces” y agarro una y estoy media hora chupa que te chupa, hasta que tuve que tirarla, que no me sabía a na, y eso que mastíquela y to.

 

SOL.- Pero, hombre, si eso son mondadientes.

 

LUCIO.- Será lo que usté quiera; pero debían cocelos.

 

Interesante historia del estado dental de la sociedad rural del 1915, en la que se podía sospechar una gran falta de piezas con separación entre ellas suficiente, según relata Arniches, para que se quedasen trozos de comida y hubiese que aplicar un palillo al término de la comida. Hoy en día, sabemos que el estado dental es fundamental para la longevidad que gozamos.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 177

 

Lucio, es un personaje que da mucho juego.

 

(Acto I, Escena VI)

 

LUCIO.- ¿Qué es el tuntún?

 

LIBRADA.- Cualquier cosa. Amos, que no arrepara ande pega.

 

LUCIO.- Ya me s’ha hecho a mi esta mañana, cuando me ha dado una patá en el tuntún, que el señor tiene un poco malo el genial.

….

LUCIO.- ¡Listo!… Como que cuando como chocolate mojo con el dedo pa no gastar pan.

….

 

LUCIO.-… Que yo no me quiero ver casao, que en eso he salío a mi padre.

 

Carlos Arniches presenta a un Casimiro bondadoso que enamora a Sol.

 

(Acto I, Escena VII)

 

CASIMIRO.- Hay días que no tiene uno valor pa hacerle daño ni a una musaraña. Yo cuando salgo de caza y me siento feliz, veo una liebre, y en lugar de encañonarla la digo: “Corre y no seas tonta, que si no, te espera un kilo de arroz…”; y me oyen y volan.

 

SOL.- ¡Qué bueno eres, Casi de mi vida!

 

….

 

SOL.- ¿Cómo blanco y negro?

 

CASIMIRO.- Que te he hecho unos versos que pegan divinamente, y los voy a mandar a “Blanco y Negro”.

 

SOL.- ¿Unos versos? … A ver, a ver.

 

CASIMIRO.- Verás que bonitos. Me vas a llamar Zorrilla.

 

SOL.- Según. Anda, dímelos.

 

CASIMIRO.- Verás. Como tú dices que yo soy un sol y tú te llamas Sol, pues los titulo “De Sol a Sol”.

SOL.- Precioso.

 

CASIMIRO.- Y dicen así:               “Todos los días te pones,

sol que recorres el cielo;

cuándo se pondrá mi Sol

el blanco vestido de Himeneo”.

 

Arniches, por medio de don Gil, padre de Sol, nos presenta los valores de los señores feudales en 1915. Su mensaje número 413.

 

(Acto I, Escena IX)

 

DON GIL.- Los tiempos serán muy otros, mi señor don Benigno; pero la condición de la gente noble es eterna por ley divina y no cambia ni cambiará. Al menos, yo, plantado en mitad de la vida como un roble secular, firme sostén de sus ramas, ni me modifico ni me altero, y no cederé ni a los huracanes furiosos del modernismo ni a las sacudidas de una democracia ridícula, soez, inaceptable.

 

Arniches define a don Valeriano, padre de Casimiro, y también dedicado a la venta de telas.

 

(Acto I, Escena XI)

 

DON VALERIANO.- Que yo tengo visto de toa mi vida que los hombres van ande quieren ir. Y tú no te apures de na que sea honrao, hijo.

El que no esconde la humildad de su ser y lleva un sentir honrao, ande hable tie que ser oído.

¿Has hecho tú alguna infamia?… Entonces, nobles todos.

 

(Acto I, Escena XII)

 

DON VALERIANO.- Alto allá, mi señor don Gil, que yo no sé de nobleza más alta en los tiempos que corren que hacer el bien, tener buena conciencia y ganarse la vida con un trabajo honrado. Así he vivido, y por ello tan noble como usté me considero.

 

Por supuesto que no logran convencer a don Gil y son echados a patadas de la casa. Don Dalmacio, tío de Sol y médico del pueblo, y don Benigno, cura del pueblo, tampoco logran nada del alcornoque de su padre. Ante esta situación desesperada solo resta una estratagema: Casimiro se suicidará y Sol se volverá loca ante tanto dolor. Esperando que esta tragicomedia pueda ablandar el duro y anticuado corazón de don Gil se preparan todos los actores del plan.

 

Arniches sigue equilibrando la obra mediante el enamoramiento de Lucio y Librada en la Escena XV. Por supuesto que la escena resulta más hilarante al ser descubierto por el ama de la casa, doña Cástula.

 

En la siguiente escena se produce el simulacro de suicidio de Casimiro, que incluso logra engañar a Lucio, “el último ser humano que le tiene cogida su cabeza mientras espira”. Además le da una carta de últimas voluntades leída en dos partes para resultar más graciosa, al igual que hará en un año con la carta que le manda Florita a Numeriano en la señorita de Trevélez.

 

Sol se queda espantada, horrorizada y comienza a llorar y a reír como una loca; llega un coche para llevar a muerto, se le da la Extremaunción; llega el Juez; gritos y confusión y se baja el Telón.

 

El segundo y último acto comienza en la casa de Quintanares que tienen los señores de Quirós. Quintanares es un pueblo de Soria que está junto al embalse de la Cuerda del Pozo, lo mismo que Quintanarejo, lugar de procedencia de Lucio.

 

En esta casa habitan los guardeses Sabiniano y Quintina con su hija Obdulia. Tras el trágico suceso, Sol es transportada a esta casa para iniciar su cura.

En las tres primeras escenas cada uno va descubriendo el horror y la antipatía hacia don Gil, como responsable de la tragedia ocurrida. Doña Cástula, Lucio, Librada, don Dalmacio, don Benigno…. Y vemos el mensaje número 414: el que es bueno es noble, el que es trabajador es rico, el que es inteligente es privilegiado, el pueblo dice mi fábrica y mi libro, y no quieren ni el castillo ni la tizona. De nada sirven las armaduras vacías sino las talegas llenas.

(Acto II, Escena III)

 

DON BENIGNO.- Yo lo que le aseguro, mi señor don Gil, es que los tiempos van borrando poco a poco esa línea ya muy débil de castas y privilegios que separaba y clasificaba a los hombres, y digo que hoy el que es bueno es noble, el que es trabajador es rico, el que es inteligente es privilegiado. Hoy los pueblos ya no dicen “mi castillo”, si no “mi fábrica”, y los hombres no dicen “mi tizona”, sino “mi libro…”

 

DON DALMACIO.- Sí, señor. Porque en los días que corremos se prefieren las talegas repletas a las armaduras vacías, para que lo sepas…

 

DON GIL.- Pero no me negará nadie que todo eso es de un prosaísmo inmundo.

 

En la escena IV, Arniches nos presenta al caballero obstinado en sus creencias pero albergando alguna duda que consulta con los retratos de sus antepasados.

 

(Acto II, Escena IV)

 

DON GIL.- Pero no te molestes. En tu cara noble y severa adivino la contestación; pues, fiel a tu ejemplo, soportaré todas las adversidades de la fortuna. Venga sobre mí el dolor, pero no el oprobio de la villanía. ¡Soy digno de vosotros!

 

El maestro Arniches poniendo los nombres de sus personajes llega en estas escenas al sumun de la obra. Casimiro es llamado por su amada como “Casi”, y eso, lo mismo que con “Nume” por Numerario en La señorita de Trevélez crea una mayor hilaridad. En esa obra Florita al verlo desmayado le decía: “Nume, escucha, Nume, mira, Nume, oye…” que el espectador entendía como “No me escucha, no me mira, no me oye…”  Sol vaga errática por la casa gritando el nombre de Casi. Lucio le sigue la corriente para no enfadarla.

 

 

 

(Acto II, Escena VII)

 

SOL.- No. Mírale… Corre…, vuela…, sube… Se va…, se va…

 

LUCIO.- Dice que se va.

 

SOL.- Adiós…, Casi…, adiós. Casi mío, adiós para siempre… Adiós…

 

Casimiro ha logrado entrar en la casa y hablar con Sol. Los criados que habían sido encerrados en el sótano están saliendo y Sol se mete en su cuarto; Casimiro se esconde allí mismo. Lucio enciende la luz y Casimiro se la apaga sin ser visto. Lucio empieza a temblar. La vuelve a encender y Casi la vuelve a apagar. Sale corriendo Lucio al encuentro de los de más asegurando haber tenido contacto con el ánima

del difunto Casimiro. Se ponen todos juntos a rezar el Padrenuestro y Casimiro les da la contestación desde su escondite. El terror es indescriptible. Todos corren, todos gritan hasta la llegada del señor. También llegan don Dalmacio y don Benigno que le cuentan a don Gil que Casimiro está vivo, que no había tenido tan buena puntería y que solo se había perdido la conciencia por el golpe en la cabeza. Tras el alivio que eso produce en don Gil queda la locura de su hija.

 

Para curarla se propone darle otra emoción igual de fuerte que la muerte de Casimiro: verlo resucitado.

 

Don Gil acepta y se produce el feliz encuentro en la escena XIII.

 

Sol, vagando errática. www.wikipedia.org

 

 

 

Sol está recuperada y le vuelven a pedir permiso para su boda. Y vemos el mensaje número 415: el amor todo lo puede.

 

(Acto II, Escena XIV)

 

DON DALMACIO.- Cede, cabezota. Nada hay tan fuerte como el amor, ya lo ves. Todo lo arrostra, lo sufre y lo allana. Vuelve a los muertos de la otra vida.

 

DON BENIGNO.- Y torna la razón a los locos.

 

DON GIL.- No, yo no cedo. Tú, hija, haz lo que quieras; yo no hago traición a los Pulgares.

 

CASIMIRO.- Bueno; déjalo. El día que le traigamos un meñique (por un nieto.)…, ya no se vuelve a acordar de los Pulgares. (Telón.)

Ahora podemos ver la obra en este enlace.

 

MENSAJES DE ARNICHES:

 

MENSAJE NÚMERO 413: La oligarquía piensa que la condición de la gente noble es eterna por ley divina y no cambiará jamás. Además, se sienten defensores de las tradiciones seculares frente a la inmundicia de la modernidad y de la democracia ridícula, soez e inaceptable. No hay que avergonzarse de nada que sea honrado. Todo el mundo debe ser escuchado. Si haces el bien y no tienes delitos eres tan noble como el que más. Ganarse la vida con el trabajo honrado te hace ser como el que más.

 

MENSAJE NÚMERO 414: La vida evoluciona y cambia. Los privilegios desaparecen y el que es bueno es noble, el que es trabajador es rico y el que es inteligente es un privilegiado. El pueblo quiere su fábrica y sus libros, no su castillo ni su tizona. Cambia las armas por el trabajo y el estudio.

 

MENSAJE NÚMERO 415: El amor todo lo puede, todo lo arrostra, lo sufre y lo allana. Vuelve a los muertos de la otra vida, y torna la razón a los locos. El amor todo lo puede.