¡QUE VIENE MI MARIDO!

O

EL CASTIGO DE LA CODICIA

 

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El libreto de la época reflejando la imagen de la codicia.

 

Esta divertidísima obra se estrena el 9 de Marzo de 1918. Y nos sigue haciendo gracia hoy en día. Han pasado 103 años. Incluso podremos ver como hay bromas de Carlos Arniches directamente para el que esto escribe. Chistes de médicos. Etapa Moralizante. Obra número 38 en solitario de Carlos Arniches.

 

Carlos Arniches la calificó como Tragedia Grotesca en tres actos. Realmente, es una tragedia que ocurre a unos seres humanos, que codician aquello que no les corresponde. Por ahí irán los mensajes del autor.

 

Realmente son asturianos en Madrid los protagonistas de esta obra. El primero, Rogelio Nogales, padrino de Carita. Cuando vuelve muy enriquecido de América y visita a su ahijada, queda prendado de ella pero sufre su rechazo, que prefiere a Luis, su novio. Se despide con una frase lapidaria: “Yo te prometo que algún día desearás la muerte de ese hombre”. (Acto I, Escena IV.)

 

En segundo lugar está Carita, hija de Doña Tomasa, que vive en su casa con Don Valeriano, hermano de ésta y tío de Carita. Abajo, otro tío, Don Segundo, regenta unos ultramarinos: “La Perla Astorgana”.

 

Carita está saliendo con su novio Luis Carmona, estudiante de último curso de medicina. Hidalgo es amigo y compañero de universidad de Luis.

 

 

FAMILIA TIPO DE ARNICHES EPISODIO NÚMERO 20.

 

Estamos ante el episodio número 20 de la Familia Tipo de Arniches: Los padres son Tomasa y su hermano Valeriano (que hace el papel de padre.) Carita la hija  y  Luis el novio.

 

Como dato anecdótico, una jovencísima Aurora Redondo de 18 años, desempeña el papel de asistenta y se llama Genoveva, en lo que sería el primer contacto entre ambos. Después será la actriz principal en la obra Los Caciques en 1920.

 

Los amigos de la familia que tienen una casa en el Escorial, al que se referirán como “el pueblo”, son los Botella.

 

El primer acto se inicia con una actividad frenética de los actores. La señorita Carita (Caridad) y Doña Tomasa, están medio desmayadas tras leer la carta remitida desde Asturias, en la que les comunican el fallecimiento del padrino Rogelio Nogales. La fortuna de éste valorada en 3 millones de pesetas (9 millones de Euros) se dará a un hospital hasta que Carita enviude; en ese momento pasará a ser de su propiedad.

 

Ya tenemos montado el drama.

 

Los vecinos vienen a enterarse de lo ocurrido. Son los Palomo. Arniches lanza las primeras bromas.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 201

 

(Acto I, Escena I)

 

DOÑA POLONIA.- Bueno, ¿pero qué ha sido enfermedad, accidente, disgusto o mero ataque?

 

RAMÓN.- Yo no sé si habrá sido mero u qué habrá sido; pero ha sido una cosa como la que me da a mí los sábados por la noche, que me privo.

 

SEÑOR PALOMO.- No, lo tuyo es merluza.

 

Luis, el novio, queda aterrado, debe casarse con Carita y después morir para que ella cobre la herencia. Imposible.

 

Se va de casa de Carita apesadumbrado y se lo cuenta a su compañero de universidad, Hidalgo. De repente, Hidalgo, da un salto y le dice que se reúna con la familia, que lo tiene todo pensado.

 

La solución ideada por Hidalgo es que Carita se case con un enfermo terminal, que él mismo convencerá, esperar a que se muera, cobrar la herencia y después casarse con Luis, y todos dichosos.

 

Solamente se oponen a esta “solución” la propia Carita y Don Segundo, y aquí viene el primer mensaje de Arniches, el número 463

 

(Acto I, Escena VII)

 

DON SEGUNDO.- Bueno; mirad, mirad, cuitados. Yo no sabré deciros esto u lo otro como sea preciso, que poco anduve en la escuela; que al trabajo me di desde bien rapaz en un rincón de Asturias. Pero la vida es la vida y a todas partes llega y a todos enseña que no hay sino vivirla con buen juicio para saber de ella como el más sabio. Por eso yo quiero deciros ahora que con la felicidad no se juegue y menos con lo que ha de ser para siempre y no habría de tener remedio.

 

CARITA.- Tiene razón el tío Segundo.

 

DON SEGUNDO.- Tres millones a nadie penan, ¡qué demonio!, ya lo se; que en tales tiempos como los que vivimos son una tranquilidad. Pero ha de mirarse cómo se logran, que si es a costa de un mal vivir para nada valen; que siendo dichosos, una peseta nos es una alegría… Pero en una vida sin remedio amarga, ¿de qué sirven cien fortunas? Eso tiene que mirarse en este mundo y nada más.

 

Arniches, vuelve a servirse de un secundario, para lanzar el primer mensaje. Segundo es un tendero, sin estudios, asturiano en Madrid, ganándose la vida en una tienda… La felicidad está por encima del dinero. La vida como la maestra de maestras. Lo que es para siempre, como el vínculo del matrimonio, debe ser tenido en cuenta con todas sus consecuencias.

El mensaje 464 podría dárnoslo el padrino: él contó con la codicia humana para urdir su venganza sobre Carita.

 

Aquí Arniches me ha mandado un chiste que ha viajado 103 años, directamente a mi persona como médico.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 202

 

(Acto I, Escena X)

 

SEÑOR PALOMO.- Pero el médico de antes ¿qué ha dicho?

 

GENOVEVA.- Pues verá usté: el médico de antes ha dicho lo que dicen todos los médicos, “que si tal que si cual, que si fue, que si vino; que ya veremos, que ya veremos y que por lo pronto, a dieta”.

 

DOÑA POLONIA.- ¿A dieta?

 

SEÑOR PALOMO.- ¿Pero láctea?

 

GENOVEVA.- No señor, caldosa.

 

Buenísimo el chiste, ya que los médicos ¡nos pasamos poniendo dieta líquida para resolver muchos males!

 

Para terminar el primer acto, Arniches, gran maestro del teatro, introduce un personaje hilarante: un abogado ya entrado en años y sordo. Su nombre es genial, se llama Señor Cárceles, y se basa en él para explicar el la boda “in artículo mortis”

 

(Acto I, Escena XI)

 

SEÑOR CÁRCELES.- Con mucho gusto. Yo se lo explicaré todo. Vengan, vengan…

 

LOS TRES.- ¡Por fin!

 

SEÑOR CÁRCELES.- El gran Modestino, eminente legislador romano, comprendió los caracteres esenciales del matrimonio “in artículo mortis” definiéndolo de esta manera. “Conjuncio maris et femine, consorcium omnis vite divine et humani, juris comunicatio…”

 

DOÑA POLONIA.- ¡Pero hable usted el castellano, hombre, que no entendemos!

 

SEÑOR CÁRCELES.- ¡Pero, señora, por Dios!; ¿pero cómo va a hablar en castellano el gran Modestino?

 

Hemos investigado sobre Modestino, y esto nos cuenta la wikipedia:

 

www.wikipedia.org

              Discípulo de Ulpiano. Entre los años 226 y 244 fue praefectus vigilum en Roma. Jurista romano posclásico del siglo III. (1)

 

Buenísima como siempre la documentación de Arniches. Y con estas escenas hilarantes cae un telón lento escuchando las palabras en latín del señor Cárceles.

 

El segundo acto comienza cuando ha pasado un mes de la boda “in artículo mortis”.  Tal y como todos estamos sospechando, el enfermo terminal no sólo no ha muerto, si no que ¡está cada día mejor!

 

Aquí, Arniches vuelve a servirse de don Segundo para lanzar su mensaje número 465. Habla a don Valeriano que llora y tiene hipo de la rabia contenida.

 

(Acto II, Escena I)

 

DON SEGUNDO.- Bebe agua, hombre, bebe agua. A ver si se te pasa el hipo. ¡Y no llorar, ¡qué demonio! Esto tenía remedio cuando lo tuve advertido; pero ahora con lágrimas nada se compone, porque ante una tal cosa, tan tremenda como ésta, lo que hace falta es energía, serenidad, resolución.

 

Fantástico de nuevo. Mensaje número 465: ante un problema de una gran magnitud, serenidad, energía y resolución.

 

Se acusan unos a otros de la mala decisión tomada. Relatan con pavor cómo tras la breve ceremonia, el enfermo, Lázaro Bermejo, hundió  su cara en la almohada, y parecía haber fallecido; incluso Hidalgo le tapó la cara con la sábana de la cama del hospital. Y estaban saliendo de la habitación, cuando escuchan aterrados la voz de Lázaro: “Señores, ya que he hecho a ustedes este favor, pídanle a Dios que me de salud.” Aquello les dejó helados.

 

(Acto II, Escena II)

 

DON VALERIANO.- Y cuando aún no han transcurrido ni cuatro semanas, le tienes paseando por esas calles con una salud y una gallardía, que la estatua de Colón es un sarmiento comparada con él.

 

DON SEGUNDO.- ¡Qué horror, Madre de Dios!

 

DOÑA TOMASA.- Y ahí tienes a mi hija, casada sin pensarlo, soltera sin serlo, y viuda sin poder serlo.

 

DON VALERIANO.- Que es un estado civil que no se le ha ocurrido ni a Novejarque.

 

Hemos investigado a Ángel Novejarque.

www.hemerotecadigital.bne.es

www.nuevomundo.es

 

Ángel Novejarque era el encargado de los pasatiempos de varios periódicos y revistas, como Blanco y Negro, que leía habitualmente Carlos Arniches. Sus propuestas eran a veces tan difíciles que se premiaban con 50 pts.(150€).

Siguen relatando a Segundo todo lo acontecido tras la boda.

 

(Acto II, Escena III)

 

DON VALERIANO.- En cuanto ella vio que pasaban cuarenta y ocho horas y no le decíamos que había enviudado, le entró un sobresalto, que se puso a la muerte. No hacía más que llorar, no hablaba, no comía. Y por la noche, cuando su sueño parecía más sosegado, de pronto se despertaba gritando acongojada: “¡Que viene mi marido!… ¡Que viene mi marido!”. Si no le decimos que Bermejo ha muerto, se muere ella sin remedio.

 

Hemos tenido que esperar a la tercera escena del segundo acto para oír, por primera y única vez, el título de la obra.

 

Lázaro Bermejo está asediando la casa. Todos lo ven pero no quieren que suba. Finalmente logra introducir una carta con el “papanadero” (los nervios de Genoveva, la hacen tartamudear). Esa carta será la perdición de la familia pero ellos no lo saben.

En su misiva, Bermejo asegura que tiene el remedio a los males de esa familia. Finalmente Bermejo sube.

 

HISTORIAS DE ARNICHES NÚMERO 101

 

(Acto II, Escena VII)

 

BERMEJO.- ¡Ah, y no encontrar un fin! ¡Un fin a esta miserable vida, yo, señores, yo, que en mi afán de desaparecer de este mundo hago cosas horribles! Figúrense ustedes que atravieso todas las tardes la Puerta del Sol de 7 a 8, y yo no sé qué hacen esos automóviles que ni me tropiezan. Me tocan el timbre, y como si me tocaran el “Conde de Luxemburgo”. Pues nada: llegan, me empujan con más delicadeza que me empujaría un guardia del Orden Público, me apartan solícitos y pasan rápidos. Ayer, sin ir más lejos, ya resuelto a terminar de una vez, me fui de cabeza contra un seis; pues me tiró al suelo, me rozó el estribo y me hizo un siete; me recogió un ocho y el cobrador me convidó a un quince para que no diera parte. ¿No es esto una desgracia?

 

Aquí tenemos la opereta del Franz Lehár, compositor austro húngaro nacido en 1870 y fallecido en 1948. Un contemporáneo de Carlos Arniches.

 

www.guiadeviena.com

 

 

Este es el aspecto de la Puerta del Sol en 1918, con los tranvías con sus números, 6, 8…Le invita a un “quince”, que es un puro.

 

www.abc.es

 

Más adelante, Bermejo, se queja de la incomprensión de los familiares.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 203

 

BERMEJO.- ¡Pero, por Dios, señores, son ustedes injustos conmigo!… ¿He podido yo hacer más para fallecer que  tomarme todas las medicinas que me han dado?

 

Después de esta “otra broma de Arniches” para con el servicio médico, Valeriano le propone un poético suicidio.

 

(Acto II, Escena VIII)

 

DON VALERIANO.- Si por una decisión irrevocable pretendiese usted realizar alguno de esos siniestros designios que antes ha manifestado, y que yo sería el primero en lamentar, suplico a usted que no lo ponga en práctica dentro de esta casa de ninguna manera. En el caso de que usted, yo, alguien, queramos suicidarnos en uso de un libérrimo derecho, ahí tenemos el Retiro, la Moncloa, lugares de una amenidad y una belleza que envuelven el suicidio en un ambiente de poesía que conmueve. Una sutil detonación, una leve espiral de humo que se pierde en el aire azul, una postura trágica sobre el césped, el guardia que aparece atónito… Y sobre todo esto, la muerte batiendo sus alas augustas en la tarde radiante. Y al fin, como único rastro, el amable juez, el humilde Depósito, la piadosa gacetilla. Usted que es un poeta, piense en todo esto. Espronceda no lo hubiese desdeñado. (Aparte.) Se lo he pintado que ni Sorolla.

 

No hay manera de convencer a Bermejo para que se suicide. Lo intenta Hidalgo y Bermejo le dice que sí, que espere sentado…

 

(Acto II, Escena IX)

 

BERMEJO.- (Aparte.) Este tío invita a pegarse un tiro como el que invita a la casa Camorra.

 

Hemos investigado la casa Camorra y era un restaurante muy importante al final de la calle de las Perdices. Famoso por su arroz con pollo que sería muy del agrado del alicantino Carlos Arniches.

www.todocoleccion.net

 

Quedó en muy mal estado tras la guerra civil, y su dueño, Alfonso Rey, abrió otro establecimiento llamado La Pérgola. Finalmente pasó a sus herederos y ahora lo gestiona una sociedad llamada Camorra-La Pérgola (2).

 

El segundo acto comienza a complicarse. Resulta que según el propio Bermejo, se ha casado con Carita in artículo mortis, manteniendo relaciones con una mujer llamada Hipólita, con la que tiene 4 hijos. Asegura que esta mujer es de armas tomar, en concreto se ha comprado una Navaja de Lengua de Vaca, con la que piensa hacer picadillo a toda la familia si no se atienden a sus exigencias: piden 14.000 pts. (42.000 €), y así ella se olvida de todo y emigra a Buenos Aires.

 

Ante semejante dineral, Valeriano cae en el desconsuelo y Bermejo decide suicidarse ante la oposición de todos: sus hijos gritando “¡No papá!”; Valeriano diciéndole “¡Aquí no!” Al final se zafa de todos y se arroja por el balcón, cayendo sobre el toldo de La Perla Astorgana, rebotando y golpeando fuertemente sobre Hidalgo que se estaba acercando a la casa. Bermejo grita: “¡No puedo morir!” y se baja el telón.

Han pasado otros dos meses al iniciarse el tercer acto. Carita está con los Botella en el pueblo (El Escorial). Bermejo no acaba de decidirse al suicidio; unas veces quiere esperar a que se le pase el catarro, otras veces a que se le pase el reúma… Está engordando y cogiendo un color espléndido.

 

Valeriano e Hidalgo están aserrando una librería para que se desequilibre y mate a Bermejo, además de diferentes artefactos eléctricos que Arniches explica con mucha precisión en sus órdenes. Cuando Bermejo se queda solo y ve el papel trampa se pega un susto importante pero no le ocurre ninguna desgracia.

 

Inesperadamente, Carita llega del “pueblo” siendo recibida por Genoveva que indica a Bermejo que se esconda. Al final, Bermejo no aguanta más y le habla a Carita oculto desde otra habitación. Carita se desmaya. Cuando vuelve en sí, y gracias a la intervención de Genoveva, consiguen mantener una conversación. Finalmente, decide que la única solución es que ella se meta en un convento.

 

 

 

(Acto III, Escena VII)

 

CARITA.- ¡Ah, sí, sí!… ¡Lo que están sufriendo! ¡Pero ellos tienen la culpa! La resurrección de usted es el castigo que Dios nos impone por nuestra codicia.

 

Llegan los demás y se encuentran con todo el pastel, y además con que el invento eléctrico no ha funcionado

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 204

 

(Acto III; Escena IX)

 

DON VALERIANO.- ¡Está visto; a este hombre le hacen la autopsia, y engorda!

 

Arniches debe resolver la trama. Se está encontrando con una situación repetitiva. Para solucionarlo nada mejor que la introducción de un nuevo personaje: Saturnino Bermejo. Este joven va a explicarnos el pasado de Lázaro Bermejo, su verdadero nombre (Gaspar Menacho), y sus verdaderas intenciones; explicará que todo lo de Hipólita así como lo de los hijos es falso.

 

Saturnino Bermejo tenía un hermano, Lázaro, que murió hace seis meses. Gaspar ocupó su lugar de forma fraudulenta con el consentimiento de Saturnino. Éste, al no recibir el dinero pactado de Gaspar, se ha decidido a denunciarle ante la familia. Valeriano se envalentona con esta información y decide poner fin a la farsa. Llama a Bermejo a solas, le da un revolver y le invita a que firme un documento de despedida y a que se suicide; ante las dudas que le entran le llama Gaspar y se derrumba suplicando perdón. La partida de defunción de Lázaro se pondrá con fecha posterior a la boda y así cobrarán la herencia y finaliza la obra.

 

(Acto III, Escena XIII)

 

DON SEGUNDO.- Porque fue el castigo de vuestra codicia. Así verás que sólo es verdad lo que yo os tuve dicho: que el bolsillo se parece al estómago. Si queréis tener salud, comida sana; si queréis ser felices, dinero honrado. Y lo que no sea eso, ya lo visteis: daño nada más puede ser.

 

DOÑA TOMASA.- Tiene razón Segundo.

 

DON VALERIANO.- Y tú,  Hidalguito, cuando se te ocurra una cosa ingeniosa, te la apuntas en un papel y te la comes.

 

Telón.

 

MENSAJES DE ARNICHES

 

MENSAJE NÚMERO 463: La felicidad está por encima del dinero. La vida como la maestra de maestras. Lo que es para siempre, como el vínculo del matrimonio, debe ser tenido en cuenta con todas sus consecuencias.

 

MENSAJE NÚMERO 464: La codicia humana hace que seamos presa fácil.

 

MENSAJE NÚMERO 465: Ante un problema de una gran magnitud, serenidad, energía y resolución.

 

MENSAJE NÚMERO 466: La codicia trae aparejada siempre su penitencia.

 

MENSAJE NÚMERO 467: El bolsillo se parece al estómago. Si quieres tener salud, comida sana; si quieres ser feliz, dinero honrado; todo lo que no sea así, solo traerá daño.

 

 

Ahora lo podemos ver en vídeo de rtve.es en una adaptación de Mariano Sanz.

 

https://www.youtube.com/watch?v=61rQcGhneQs