EL CAMINO DE TODOS

 

O

 

LA ILUSIÓN QUE TRIUNFA.

 

Archivo Familiar.

 

 

Se estrena esta obra escrita por Carlos Arniches y Joaquín Abati el 4 de abril de 1924. Es un trabajo de profunda raíz moral en la España Rural de Arniches. Pertenece pues a su Etapa Rural y Etapa Política. Vamos a asistir a intensos debates sobre la tristeza, el desamor, la ilusión, los logros del tesón y la confianza y la fe, así como el reparto más justo de los bienes de la tierra con el trabajador: el inicio del comunismo.

 

El primer acto nos presenta el escenario que veremos durante toda la obra. Es un patio de una casa castellana en un pueblo de Guadalajara. Vemos la planta baja y al foro una puerta de entrada de dos hojas. A la derecha tenemos dos puertas a habitaciones interiores. A la izquierda una puerta que da a la cocina y una chimenea en segundo término que está encendida y con un caldero calentándose. El pavimento es de baldosas y en el centro hay una mesa y unas sillas antiguas. Atrás hay un mueble con papel y pluma para escribir. Es de noche.

 

Arniches nos presenta en la primera escena a un grupo de trabajadores de la finca en animada conversación a la lumbre del fuego. Él lo describe “al amor de la lumbre”.

HISTORIAS DE ARNICHES NÚMERO 110

 

(Acto I, Escena I.)

 

TÍO CENTENAS.- ¿Pero c’ha sío?

 

BONIFACIO.- Náa, hombre, que allego a la cuadra montao en la mula y voy a entrar, pos y que toas las noches me tengo que dar con la caeza en la viga e la puerta, que me está corta en medio palmo.

 

TÍA PETRILLA.- Pos agáchate cuando pases.

 

BONIFACIO.- ¡Eso lo haría un tonto!

 

TÍO CENTENAS.- U entra esmontao.

 

BONIFACIO.- ¡No sería malo!… Yo montao tengo de entrar y más tieso que un huso, que lo tengo decidío, que u la viga me rompe a mí la caeza, u yo con la caeza rompo la viga. Es  cuestión de puntillo.

 

TÍA PETRILLA.- ¡Romper tú la viga!

 

BONIFACIO.- ¡A ver!… ¡Ya se está resquebrajando!…

 

El tío Centenas es un labriego viejo como Varisto, la tía Petrilla es una muchacha joven criada por el amo, don Pedro, y Bonifacio es un hombre sin cultivar y más bruto que una mula, como ya nos ha presentado el autor. Ahora éste mismo personaje nos cuenta una “anécdota” con su primo Celedonio.

 

HISTORIAS DE ARNICHES NÚMERO 111

 

(Acto I, Escena I.)

 

BONIFACIO.- Náa, que él, trasantier, le puso a mi mula una ortiga en el rabo y fui a arrimarme y m’arrancó una coz que me hizo un hueco aquí atrás que me cabe una cajetilla, y yo, pa corresponderle, de que s’había dormío, lo agarré con colchón y tóo y lo boté pa la calle.

 

TÍO CENTENAS.- ¡Jugueteos!

 

VARISTO.- ¿Y no le hiciste daño?

 

BONIFACIO.- A él no, pero de poco mato al sereno.

 

El grupo sigue en animada charla. El tío Centenas introduce un tema que será vital en el desarrollo de la historia, ha oído que Juanón va a pedir un porcentaje de la tierra que trabaja, porque en Rusia dicen que la tierra no tiene amo, “donde los sovietes” la tierra es del que la labra y nada más.

 

Se quedan todos temblando. El amo tiene muy mal genio. Además, desde que le embrujó una mala mujer y lo abandonó marchándose con otro, es un hombre silencioso, triste y enfadado. En ese momento, llega don Pedro. Todos se levantan, él da las buenas noches y se mete a sus aposentos.

 

Entra en escena un nuevo personaje, Casquete, que tiene ese apodo porque nunca nadie le ha conocido sin boina, dicen que ni el barbero. Anuncia la llegada de la hermana de don Pedro, doña Aurora, que viene con sus hijos, Jovita y Marcial, militar de profesión y que marchará a África a luchar en la Guerra del Rif, en Marruecos.

 

Tenemos que recordar que el conflicto con Marruecos data de 1909, cuando los Rifeños atacan a una mina explotada por España; en 1911 se produce el desembarco en Larache; en 1921 España pierde contra Abd el – Krim en Annual y fundan un estado independiente: la República independiente de Rif; en 1924 Primo de Rivera asume el mando hasta el desenlace final el 27 de mayo de 1927. Como vemos, la obra se estrena en 1924, así que estamos en plena guerra. (31). La independencia de Marruecos se dará en 1956 y aún se registrarán revueltas Rifeñas contra Mohamed V de Marruecos.

 

Marcial, que es un hombre jovial, pregunta al tío Centenas, el viejo, por sus novias, y éste le responde con una copla:

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 208

 

(Acto I, Escena II.)

 

TÍO CENTENAS.-            El que al volver de la vida

va soñando con quereres,

que se arrecuerde del calvo

que encontró en la calle un peine…

 

El mensaje de Arniches está claro.

 

Marcial está feliz de ir a la guerra y dice:

 

(Acto I, Escena II.)

 

MARCIAL.- Lo que se emprende con entusiasmo siempre tiene un fin glorioso.

 

Mensaje número 586: “Lo que se emprende con entusiasmo siempre tiene un fin glorioso”. Esta fue la máxima de Carlos Arniches durante su vida, y podemos constatar que tuvo un fin glorioso, y como veremos en la obra, éste es “camino de todos”.

 

              Jovita cuenta que la mujer que amaba su tío don Pedro murió, y que lejos de ser un alivio para él, lo sumió en una tristeza mayor. Posiblemente esté describiendo una depresión.

 

              Finalmente llega el Padre Enrique Alegre, le presentan a don Pedro y se quedan a solas. Comienza una charla difícil. Consigue sacarle a don Pedro que él se considera imposible de curar debido a que tiene en su alma “penas incurables”. Entonces reacciona el Padre Enrique.

 

 

(Acto I, Escena IV.)

 

PADRE ENRIQUE.- Pero es que yo en esta vida y este mundo he visto que el que soporta humildemente un sufrimiento que Dios le envía, no tiene penas incurables, tiene un dolor resignado que lleva en sí mismo la esperanza de días mejores. Hablar de penas incurables es sentir la soberbia del dolor, y creerse víctima de un dolor inconsolable es desconocer la piedad divina y negarla.

 

Mensaje número 587: Arniches profundiza en el dolor humano desde su pensamiento filosófico. Lo considera superable por muy hondo que éste sea. Contempla la presencia de Dios en la vida de los hombres como pieza fundamental para superarlo.

 

HISTORIAS DE ARNICHES NÚMERO 112

 

(Acto I, Escena IV.)

 

PADRE ENRIQUE.- Yo, desde muy pequeño, mi señor don Pedro, me crié en la escasez y en la humildad. Hijo de unos pobres labradores, crecí en unión de otros tres hermanos, viendo hundirse mi casa en la ruina. Durante esta lucha con la adversidad sucumbió mi madre; el dolor invalidó a mi padre para el rudo trabajo, y la miseria se hizo dueña de nuestro hogar. ¡Qué horas de dolor, de amargura y de hambre!… Parecía todo perdido en aquella cerrazón del infortunio; pero allí estaban mi fe y mi esperanza…, y resignado y valeroso acabé mis estudios de limosna, y protegí a mis hermanos; uno es artista, otro militar, otro labrador; y vi al fin que sobre mis hombros débiles se levantaba de nuevo mi casa. Triunfé porque creo que un noble ideal perseguido con el corazón levantado y el propósito firme se logra siempre. Yo logré el mío. Luché con el dolor, vencí al infortunio, y hoy, con una conciencia limpia y humilde, como esta sotana que visto, canto alegre una copla cuando se tercia, apuro un jarro, cavo mu huerta con la azada y consagro a Dios, ofreciéndole una vida clara y sencilla, porque no sintió jamás la amargura siniestra, rencorosa, de las penas incurables.

 

DON PEDRO.- Dichoso usted que volvió a ser feliz. Yo ya no podré volver a serlo.

 

PADRE ENRIQUE.- ¡Quién sabe de qué medios se vale Dios! Crea, espere y triunfará.

 

DON PEDRO.- Usted es un hombre bueno; yo un hombre desgraciado. Es todo lo que  acaban de demostrar sus palabras. Pero…

 

PADRE ENRIQUE.- ¿Pero qué?

 

DON PEDRO.- (Se levanta.) Deme usted un abrazo. (Le abraza.) Es el primero que doy a un semejante desde hace muchos años.

 

Mensaje número 588: “Creo que un noble ideal perseguido con el corazón levantado y el propósito firme, se logra siempre”. Arniches ha explicitado el mensaje anterior para alcanzar un final glorioso, recomienda un propósito firme, ser constantes. Desde su punto de vista completa su filosofía ante el dolor “no sintiendo jamás la amargura siniestra, rencorosa de las penas incurables”, que es lo que puede llevar al suicidio a una persona en depresión.

 

En cuanto terminan este abrazo entre don Pedro y el Padre Enrique entra Tomasín, un muchacho ciego que toca el acordeón. En el pueblo dicen que sólo da la lata.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 285

 

(Acto I, Escena V.)

 

TOMASÍN.- En el pueblo no quién que toque, porque icen que les doy la lata.

 

CASQUETE.- ¡Conque cuando un concierto, siempre es a beneficio el boticario, que se harta de vender cosas pa la jaqueca!

 

Se presenta a continuación otro elemento vital de la obra de Arniches: el alcalde, señor Laureano.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 286

 

TOMASÍN.- No, señor; venía porque m’ha mandao el señor Laureano, el Alcalde, pa que le preguntase si podía venir de autoridá a autoridá, a saludarle a usté.

 

PADRE ENRIQUE.- Sí, hombre, que venga cuando quiera que tendré mucho gusto en conocerle.

 

CASQUETE.- Pos vamos a avisarle y de seguida está aquí, porque s’ha quedao en la taberna tomándose unas copas de autoridá a autoridá, con el juez monecipal, que ice que está loco de tanto juicio como tiene.

 

El alcalde viene acompañado de un “joven flaco, pálido, ojeroso, desmadejado, de mirada mortecina, que más que hombre es un pelele al que el alcalde deja sobre una silla donde queda como un guiñapo, es el Secretario” en palabras de Arniches.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 287

 

(Acto I, Escena VI.)

 

LAUREANO.- Con permiso de usté, voy a dejar esto en una silla. (Deja al Secretario.)

LAUREANO.- Y decile a usté que aquí le vamos a dar a usté poco guerra, porque aquí too Dios cree en Dios, y muchísimo más en la Virgen de la Vega que es la de aquí.

 

PADRE ENRIQUE.- ¡Hombre!… (Sonríe.)

 

LAUREANO.- Y respective a los santos, creemos en San Roque, que es el Patrón.

 

PADRE ENRIQUE.- ¿Y en los demás?

 

LAUREANO.- Hombre, como no ha habido trato, no se pue tener la mesma fe, pero a la postre, no se reniega de denguno.

 

Después de ponerse por las nubes como el máximo conseguidor para el pueblo (luz, agua, alcantarillado…), e incluso, ser el que cambió el nombre a una calle y le puso “Guzmán el Bueno” el descubridor de las Américas latinas u ibéricas, cosa nada fácil viviendo en 1245, pues le cuenta que le preocupa su secretario, que no vive pensando que va a venir la inspección y va estar dos años en el penal de Ocaña si no le salen las cuentas,- Antes- dice Laureano- cuando sumaba las cuentas del ayuntamiento decía: “siete y nueve dieciséis y ocho veinticuatro y llevo dos”. Bueno, pues ahora dice: “pongo cuatro y debía llevar dos, pero me las dejo aquí no sea que venga el comisionado”. Y así no se puede vivir-

 

               

 

www.memoriademadrid.com

 

 

Puestos a investigar ese año de 1924, resulta que se aprueba el Real decreto Ley del 8 de Marzo por el que se establece el Estatuto Municipal.

 

Pues bien, si leemos las primeras hojas, no podemos por menos que reconocer todos los defectos que Arniches viene denunciando desde el principio de su carrera: la corrupción en los ayuntamientos es el mal de la corrupción en España. Está firmado por Primo de Rivera y por el Rey Alfonso XIII, con el que Arniches tenía buena relación. Solo hay que recordar la obra de los caciques de 1920 para creer que fue el propio Carlos Arniches quien dictó la siguiente página con la que comienza el texto legal. (32)

www.memoriademadrid.com

Luigi Pirandello. (1867- 1936)

www.wikipedia.org

              La situación del Secretario es tan crítica que ha decidió suicidarse comiendo exclusivamente embutidos y leyendo comedias de Pirandello.

 

A parte de la rivalidad sana que pudiese tener con este dramaturgo, hemos encontrado que “estaba convencido de que en la vida nada se concluye, ya que no se puede encontrar ninguna verdad absoluta. De hecho, hablaba del hombre como una pequeña linterna que sólo consigue iluminar lo que se encuentra a su alrededor y que, de vez en cuando, se encuentra debajo de unas grandes farolas, como las grandes ideologías de la historia, pero, aunque sean grandes, su luz queda siempre relativa al tiempo y al espacio: nada es para siempre (33).

 

Salen Aurora y sus hijos que se van al Casino, Jovita ha organizado a una velada con cupletista y todo en beneficio de los pobres.

 

Cuando todo ha quedado despejado llega Juanón que quiere hablar con el amo. Petrilla intenta evitarlo pero los gritos hacen que don Pedro se presente y se enfrenten.

 

Juanón le pide la mitad de los frutos que da el campo que trabaja. Que lo que busca es que el amo tenga un poco menos y ellos un poco más y que les permita no pasar miseria. Don Pedro le dice que se busque otro amo y Juanón no acepta. Al final acaba expulsándole de su casa. Juanón le asegura venganza y que recapacite. Pero ya no hay vuelta atrás.

 

Casquete entra corriendo y cuenta que se ha producido un tumulto en el Casino. Resulta que los mozos abuchearon a la cupletista y Marcial decidió impedir que la lanzaran objetos. Se montó una buena pelea saliendo varios mozos del pueblo con heridas.

 

Se ve cómo llega Marcial acarreando a Marta, la cupletista, ambos con la ropa hecha girones, pidiendo auxilio y refugio en la casa. Aurora se niega a dar refugio a una “cupletista”, y el Padre Enrique le responde:

 

(Acto I, Escena XIII.)

 

PADRE ENRIQUE.- Cuando la caridad abre la puerta, el preguntar al que llega es ofenderse a sí mismo.

 

Mensaje número 589: “Cuando la caridad abre la puerta, el preguntar al que llega es ofenderse a sí mismo”, excelente reflexión para un tiempo de acogida tan necesario como el nuestro.

 

Finalmente entra el alcalde y dice que debe detener a Marcial por las lesiones causadas a los mozos. Don Pedro le responde que queda detenido en su casa y que- “mañana verá la justicia del Juez, pero hoy mi mano de hombre”- Fin del primer acto.

 

Como hemos comentado, el escenario sigue siendo el mismo en el segundo acto. También es de noche. Han pasado 2 meses.

 

Casquete y Petrilla están escuchando lo que se dice en la alcoba del amo, que está ahora con Laureano. Cuando sale éste, rememoran todo lo ocurrido en este tiempo.

 

Desde que acogieron a Marta y se fueron Aurora y sus hijos a Madrid, a don Pedro le dispararon por la espalda y quedó tendido malherido. Marta se quedó a cuidarle, y ahora parece que se recupera. Todos sospechan de Juanón. Le vieron merodeando la zona. Don Pedro asegura que no fue él, que cuando vio a su agresor no lo reconoció.

Entra Tomasín en la escena que viene de una boda.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 288

 

(Acto II, Escena IV.)

 

TOMASÍN.- Y he ido a ver si querían que tocase el acordión pa que bailasen, que ahora m’ha aprendío un fox, que ha compuesto el boticario que también compone música, que se titula Fox-Fato… y no han querío.

 

Sale Marta que recibe un papel de Tomasín. Es de un forastero. Lo lee y jura que no se saldrá con la suya. A renglón seguido, poniendo cara de alegría, anuncia que don Pedro saldrá a cenar ahora. Todos se alegran, su recuperación ha sido costosa pero tiene mucho mejor humor y la gente sospecha que Marta ha tenido mucho que ver.

 

Salen de la alcoba del amo el Juez Gabino y el Escribiente Fabián. Se ha reafirmado en su declaración. No fue Juanón.

 

Quedan solos el Padre Enrique y don Pedro. Le relata que Marcial ha sido herido gravemente en la guerra de África y que vendrá a convalecer a esta casa. Le han propuesto para la medalla Laureada al valor militar. El Padre Enrique le hace notar el cambio de humor que se le aprecia a don Pedro.

 

(Acto II, Escena VII.)

 

DON PEDRO.- Esta alegría y vuelta al afecto de los hombres se la debo a usted, a usted solamente Padre Enrique.

 

Sin embargo, el Padre sospecha que Marta también ha tenido mucho que ver. Don Pedro le reconoce una “viva simpatía” hacia ella, por lo que el sacerdote recomienda que salga de esta casa para evitar las habladurías.

 

Durante la cena le comentan que han visto a Juanón en la entrada del pueblo, y le recomiendan cerrar puertas y ventanas. Don Pedro se opone; quedarán como siempre.

 

Cuando todos se van Marta habla de su marcha de la casa. Le explica además que está siendo extorsionada por su pareja y padre de su hija, Ismael, que está en el pueblo y que exige dinero para desaparecer de su vida.

 

Don Pedro se echa a la espalda el problema de Marta y le dice que se tranquilice, que tiene un plan.

 

HISTORIAS DE ARNICHES NÚMERO 113

 

(Acto II, Escena IX.)

 

DON PEDRO.- Marta, cuando usted me conoció, la desdicha de un gran amor me tenía hundido en el más negro pesimismo. Un hombre bueno y justo me habló con palabras de fe y de aliento y aquél mismo día, como por acaso providencial, un accidente, la arrojaba a usted- tan buena y tan bella- a la puerta de mi casa como un desperdicio de la vida. En las horas de dolor que siguieron a estos instantes, he podido ver la extensión de su bondad y me ha parecido que Dios, harto de sus rigores, me enviaba en usted un signo de redención y de esperanza; pues bien, yo esta felicidad no la pierdo y he de disputársela a la vida minuto a minuto.

 

Mensaje número 590: Arniches hace fructificar las palabras del sacerdote en aquél enfermo en depresión por un amor pasado e injusto. Hoy conocemos el resultado de estas terapias sobre almas torturadas. Arniches lo puso de manifiesto hace 100 años.

 

Don Pedro después de dejar a Marta, llama a Casquete para que localice a Ismael y zanjar el asunto. Quiere coger confianza y se repite para sí: – “Todos los ideales perseguidos con fe tienen un fin glorioso”-

 

Está solo y aparece Juanón por la ventana que no había querido dejar trancada. Se mete sigiloso y se enfrenta a él. Le pregunta por qué no le ha delatado a la justicia y don Pedro le dice que porque no le guarda rencor. Juanón no da crédito.

 

(Acto II, Escena XI.)

 

JUANÓN.- Los pobres tenemos esa desgracia, que la metá de las veces no podemos ser valientes.

….

Según y cómo, que un rico da un golpe y sale adelante con tóo, pero un probe cae en la cárcel y allí s’acaba. ¡Y si uno tié hijos!…

 

Mensaje número 591: La denuncia de Arniches por la diferencia de la Justicia frente a pobres y ricos es clara. Si cogen a un rico, sale de la cárcel, si cogen a un pobre, allí se queda.

 

DON PEDRO.- Tu mal me hizo un gran bien, porque despertó mi conciencia dormida. Tú viniste un día a pedir un poco de pan para tus hijos.

 

JUANÓN.- Así fue.

 

DON PEDRO.- Yo, enfurecido por mi dolor, no quise atenderte. No quería oír a los que padecían a mi lado. ¡Sufría yo! ¿Pues qué me importaba a mí el sufrimiento ajeno? Y de esa gran injusticia que yo cometí me sacaste tú: de un modo bárbaro y sangriento, pero me sacaste tú. Esto tengo que agradecerte.

No puede a mí sobrarme el trigo y que le falte el pan a mis labriegos.

Sí, Juan, tú decías la verdad y el que dice la verdad ilumina nuestro espíritu.

Tendrás el pedazo de tierra que deseas.

Y sus frutos serán tuyos y míos.

Nosotros nos querremos como hermanos, porque el amor de los hombres es la fuerza que mueve los mundos. Dame tu mano.

 

Mensaje número 592: La fuerza del perdón es inmensa para Arniches. En este relato nos deja claro hasta qué punto puede llegar a actuar. Reconocer la verdad, “porque el que dice verdad ilumina nuestro espíritu”, y buscar la hermandad entre los hombres, “porque el amor de los hombres es la fuerza que mueve los mundos”, son los objetivos que le mueven en su vida.

 

              Mensaje número 593: Los logros de la clase obrera trabajadora se consiguen con gestas arriesgadas que pueden suponer la vida de quién las ejecuta. El tributo de Arniches, en esta ocasión, es un cambio en su filosofía hasta el momento, ya que siempre hablaba mal de los comités socialistas, sindicatos etc.

 

Juanón, conmovido abraza a don Pedro, le reconoce su bondad y elimina su soberbia besándole la mano.

Se oye la puerta, viene Ismael. Don Pedro le pide a Juanón que se esconda en su cuarto y espere.

 

Ismael se desenvuelve con mucha retórica pero al final lo que pide son 3.000 duros (15.000 pts. que son 45.000€) y don Pedro acepta. Le pide que espere y va a su cuarto a por el dinero.

 

Marta, que estaba escondida, sale como una fiera y le grita diciéndole que jamás verá ese dinero. Se comienzan a pelear. Sale don Pedro con el dinero, y al ver la pelea le separa y le tira al suelo. Ismael se revuelve y agarra fácil a un débil don Pedro…, pero sale Juanón como una fiera con ganas de matar a Ismael. Le ruegan que no lo haga. Lo echa de la casa.

 

Entonces Marta se da cuenta de que podría hacer daño a su hija. Juanón, que quiere reconciliarse con el amo se ofrece a vigilar a Ismael y traer a la niña desde Madrid. Y final del segundo acto.

 

El tercer acto, en el mismo escenario, se muestra de día.

 

Se escuchan los vivas a Marcial, al héroe de la guerra. Petrilla y Cascote miran su llegada desde la ventana.

 

 

 

 

 

 CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 289

 

(Acto III, Escena I.)

 

PETRILLA.- ¡Yo que le conocí así…! (Señala bajo.)

 

CASQUETE.- ¿Agachao?

 

PETRILLA.- ¡Así de pequeño, peazo bruto! ¡Y verle ahora que es el orgullo del pueblo!

 

Llegan Aurora y sus hijos que se abrazan llenos de emoción. El Padre Enrique ha contado su hazaña desde el púlpito que nos la refiere a nosotros Casquete del siguiente modo.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 290.

 

(Acto III, Escena II.)

 

CASQUETE.- Es que había que oile cuando ha contao el momento en que avanzaba don Marcial contra el enemigo, seguido náa más que por dos moros de la Policía, Ali y Mojamé. Y de repente suenan dos tiros y Alí caído y Mojamé seco. Y don Marcial que avanza sólo y arenga los del convoy y se arma una ensalá de tiros, que tenían que quitarse las balas así, con el moquero. (Saca el pañuelo y hace como si se sacudiera el polvo.)

 

Cuando se quedan solos el Padre Enrique, Aurora y don Pedro, nos cuentan que Juanón logró traer a la hija de Marta y que, él, Pedro, pagó el viaje a América a Ismael. Ahora, madre e hija viven en una casa en el pueblo pagadas por don Pedro. Aurora no acepta que siga esta circunstancia ni un minuto más. Don Pedro está orgulloso de su acción y no piensa rectificar.

 

(Acto III, Escena IV.)

 

DON PEDRO.-… pues si reconstruir una casa es un hecho meritorio, cuánto más no ha de serlo reconstruir un alma que es lo que yo me propongo: unir sus pedazos dispersos por el infortunio y levantarla de nuevo, llena de dignidad y de nobleza.

Un alma, si es un alma, no puede ser otra cosa que ideal, fe, amor. ¡Anhelo del bien, misericordia de Dios!…

¡Qué importa lo que puedan decir!… Las palabras de la maledicencia son palabras de odio. Y el odio solo es cosa de infames y de impotentes. Nada tiene permanencia en la vida sino el bien y la verdad. ¡El odio puede engañar a los hombres, pero no a Dios!

 

Mensaje número 594: Arniches plantea la lucha titánica de quién ha salido del horror de la depresión y ahora tiene una ilusión, y la maledicencia del pueblo, “que todo lo arruina”. Son palabras de odio y el odio es cosa de infames y de impotentes.

 

El Padre Enrique lo abraza dándole su bendición.

 

Llega Marta para felicitar a Marcial. Cuando les dejan solos hablan de su amor. Ella sufre por las habladurías; él quiere seguir adelante contra viento y marea.

 

(Acto III, Escena VI.)

 

DON PEDRO.- ¡Tú ante todos y contra todos!… Porque decir “todos”, es decir prejuicios, escrúpulos, rencores… ¡Minucias!… Y decir “tú”, es decir abnegación, ternura, amor infinito… que es la suprema felicidad.

 

Mensaje número 595: Arniches plantea en el ámbito rural lo difícil que resulta zafarse de los prejuicios y habladurías, y plantea ante ellos la verdadera esencia del amor. Triunfará el amor.

 

MARTA.- ¡Qué gusto sentir un amor tan grande, siquiera, porque a su lado se ve tan pequeño todo lo malo!

 

Juanón le cuenta a Marta lo feliz que es. Tomasín en cambio está triste viendo como todos alcanzan sus ideales, y el de él, que es tocar el acordeón ante todos, ve que no se va a cumplir. Marta y el Padre Enrique le animan a seguir perfeccionándose y algún día tocará ante el Rey.

 

En esto llega Laureano con un telegrama del Gobernador de Guadalajara: ¡el Rey pasará por el pueblo a saludar a don Marcial en 10 minutos! Dice que de paso a una cacería, quería pasarse a honrar al héroe.

 

Se produce un gran alboroto con todo el mundo preparándose. Laureano ha preparado un discurso.

 

DISCURSOS DE ARNICHES NÚMERO 16.

 

(Acto III, Escena X.)

 

LAUREANO.- “¡Señor, siento tan gran respeto ante su Divina Majestá!…”

Siento tan gran respeto ante su Real Majestá…que estoy alicortao…

Que me siento embarazao…

Que me siento emocionao, y aunque yo soy la caeza el Ayuntamiento no cre Su Majestá que he venío aquí de caeza, que he venío de simple súdito a poner a sus riales plantas estos dos tiestos…

 

Entra Juanón vestido de fiesta y pide ir junto a Marcial. “Las armas de la guerra y las armas del trabajo, todos válidos para la Patria”.

 

Marcial le dice que sí: “Primero hacer rica la patria; después defenderla.

 

Don Pedro y Marta se quedan para contarnos lo que ocurre. Marcial es saludado por el Rey y se escucha la Marcha Real tocada por un acordeón. Tomasín ha sido escuchado por el Rey.

 

DON PEDRO.- Es la ilusión que triunfa.

 

MARTA.- La fe en el camino de la gloria.

 

DON PEDRO.- Sí, Marta; ese es el camino de todos, de todos los que lograron triunfar.

 

Tomasín entra feliz porque además ¡el Rey le ha dado la mano!

 

Telón y Fin de la Obra.

 

MENSAJES DE ARNICHES

 

MENSAJE NÚMERO 586: “Lo que se emprende con entusiasmo siempre tiene un fin glorioso”. Esta fue la máxima de Carlos Arniches durante su vida, y podemos constatar que tuvo un fin glorioso, y como veremos en la obra, éste es “camino de todos

 

MENSAJE NÚMERO 587: Arniches profundiza en el dolor humano desde su pensamiento filosófico. Lo considera superable por muy hondo que éste sea. Contempla la presencia de Dios en la vida de los hombres como pieza fundamental para superarlo.

 

MENSAJE NÚMERO 588: “Creo que un noble ideal perseguido con el corazón levantado y el propósito firme, se logra siempre”. Arniches ha explicitado el mensaje anterior para alcanzar un final glorioso, recomienda un propósito firme, ser constantes. Desde su punto de vista completa su filosofía ante el dolor “no sintiendo jamás la amargura siniestra, rencorosa de las penas incurables”, que es lo que puede llevar al suicidio a una persona en depresión.

 

MENSAJE NÚMERO 589: “Cuando la caridad abre la puerta, el preguntar al que llega es ofenderse a sí mismo”, excelente reflexión para un tiempo de acogida tan necesario como el nuestro.

 

MENSAJE NÚMERO 590: Arniches hace fructificar las palabras del sacerdote en aquél enfermo en depresión por un amor pasado e injusto. Hoy conocemos el resultados de estas terapias sobre almas torturadas. Arniches lo puso de manifiesto hace 100 años.

 

MENSAJE NÚMERO 591: La denuncia de Arniches por la diferencia de la Justicia frente a pobres y ricos es clara. Si cogen a un rico, sale de la cárcel, si cogen a un pobre, allí se queda.

 

MENSAJE NÚMERO 592: La fuerza del perdón es inmensa para Arniches. En este relato nos deja claro hasta qué punto puede llegar a actuar. Reconocer la verdad, “porque el que dice verdad ilumina nuestro espíritu”, y buscar la hermandad entre los hombres, “porque el amor de los hombres es la fuerza que mueve los mundos”, son los objetivos que le mueven en su vida.

 

MENSAJE NÚMERO 593: Los logros de la clase obrera trabajadora se consiguen con gestas arriesgadas que pueden suponer la vida de quién las ejecuta. El tributo de Arniches, en esta ocasión, es un cambio en su filosofía hasta el momento, ya que siempre hablaba mal de los comités socialistas, sindicatos etc.

 

MENSAJE NÚMERO 594: Arniches plantea la lucha titánica de quién ha salido del horror de la depresión y ahora tiene una ilusión, y la maledicencia del pueblo, “que todo lo arruina”. Son palabras de odio y el odio es cosa de infames y de impotentes

 

MENSAJE NÚMERO 595: Arniches plantea en el ámbito rural lo difícil que resulta zafarse de los prejuicios y habladurías, y plantea ante ellos la verdadera esencia del amor. Triunfará el amor.