DON QUINTÍN EL AMARGAO O EL QUE SIEMBRA VIENTOS…

 

O

LA VIDA TIENE UN PREMIO: LA ALEGRÍA DE QUERER Y DE PERDONAR.

 

Archivo Familiar.

 

Estrena esta obra el 26 de Noviembre de 1924. La escribe con Antonio Estremera y la música corre a cargo del maestro Jacinto Guerrero. Se la dedica a Luis Aruej, del que recibió apoyo desde 1888 para poder estrenar sus obras. Le dice que le honra su amistad ininterrumpida durante 36 años.

 

Es un Sainete Lírico con una carga moral profundísima. Arniches ha analizado el dolor en la obra “El camino de todos”, las consecuencias que presenta un dolor profundo hasta llegar a causar depresión, con falta de ganas para relacionarse con nadie. También ha dado con el método para su curación, la terapia ejercida por el Padre Enrique Alegre, la humildad de reconocer que no existe ningún dolor, ni ninguna pena incurable; todas las penas pasan, solo tenemos que ser pacientes y ofrecer adecuadamente nuestro dolor.

 

Ahora, el análisis del dolor humano va por otra vertiente. Ese dolor sale contra los demás en forma de violencia. La única vía de escape que encuentra este hombre, para mitigar mínimamente su dolor, es vengarse de la raza humana, la maldad por la maldad, el dolor por el dolor… Si yo sufro, los demás también. El tratamiento en este caso será el perdón, y como siempre, las lecciones más potentes, vendrán de la mano de las mujeres. Incluimos esta obra en su Etapa Moralizante.

 

www.docplayer.es

Archivo Familiar.

Disposición del primer acto.

Interior de una caseta de peones camineros.

 

Como curiosidad traemos aquí la distribución del escenario durante el primer cuadro. Estamos dentro de la caseta de un peón caminero, Nicasio, viudo y con una hija, Felisa, y una adoptada, Teresa. Vida pobre y miserable no exenta de palizas cuando las cosas se tuercen.

 

Según se levanta el telón escuchamos una copla.

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 209.

 

(Acto I, Cuadro I, Escena I.)

 

Carreterita blanca,

la que me lleva

a ver a la que adoro

pasito a paso;

si caminan mis mulas

por carretera,

se van mis pensamientos

por el atajo.

 

Fidel, otro peón caminero como Nicasio, es que le libra a Teresa de una nueva paliza por haber quemado la comida.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 291.

 

(Acto I, Cuadro I, Escena I.)

 

TERESA.- Pos lo que usté m’ha dicho: unas patas viudas.

 

NICASIO.- ¡Viudas!… ¡Y destapo la tartera y me encuentro con una cosa toa quemá y negra!

 

FIDEL.- Que como eran viudas, te las ha puesto de luto.

 

Nicasio le explica a Fidel la procedencia de Teresa.

 

HISTORIAS DE ARNICHES NÚMERO 114

 

(Acto I, Cuadro I, Escena I.)

 

NICASIO.- Pos hará pal Corpus que viene, como cosa de veinte años, tendría de esto mi Felisa quince meses escasos, cuando una noche que llovía si Dios tenía qué; bien m’acuerdo, va mi mujer, que Dios la haiga perdonao, que creo que no, y me dijo, dice: “Nicasio, veas lo que haces, que nos hemos quedao sin vino”. Y como yo, tratándose de vino, nunca m’ha importao el agua, pos agarro el chubasquero y hala que hala, pico pal ventorro el Aire; y de que regreso, cuál no sería mi sorpresa, cuando voy y me encuentro en el hueco de esa ventana, un cestito lleno de una cosa que lloraba. Miro, y ¡era una niña!

 

FIDEL.- ¡Rediez!

 

NICASIO.- La destapé las mantillas, y me encontré con una carta, que leímos llenos de curiosidaz, mi mujer y yo, y que decía: “Amable y bondadoso peón”.

 

FIDEL.- ¿No te conocían?

 

NICASIO.- Por las señas no. “Ahí va eso; mejor dicho: ahí va esa, porque es niña. Todos los meses recibirá usté, si la cría su mujer, que sabemos que puede, ciento veinticinco pesetas (375 €.); y así seguirá, pase el tiempo que pase, mientras viva la criatura. Algún día, puede que esta chica sea la fortuna de ustedes”.

 

FIDEL.- ¡Mi madre, qué cosa!

 

NICASIO.- De entonces acá, ni un solo mes habían faltao las pesetas, hasta para esta cuaresma hará un año y medio, de repente, dejo de recibir el dinero.

 

FIDEL.- ¡Qué cosa más rara!

 

NICASIO.- ¡Y aquí me tiés, que no sé qué hacer!

 

FIDEL.- Y en la duda, le arreas a la chica caa paliza, que la tundes.

 

Podemos ver que emplea la misma historia que en la obra “El conde de Lavapiés”, solo que en aquella ocasión se prometían 1.000 pts. al mes, aunque nunca se llegaron a recibir.

 

Cuando los dos se van a trabajar, quedan Felisa y Teresa solas para tomar una determinación: escapar.

 

Han conocido a Pepe (señorito) y a Paco (chófer) de hace un mes cuando se accidentaron con su coche enfrente de la casa de Nicasio. Tere se ha enamorado de Paco y Feli de Pepe. Ésta está un poco más preocupada por que pertenecen a dos clases sociales diferentes, y sospecha que le abandonará, aunque él le jura que nunca se separará de ella…

 

Hay que tener presente estos tres hechos: Nicasio, un padre maltratador por un lado; Pepe, novio de Feli; y los plazos de tiempo por el otro. Como venimos comentando en algunas  obras realizadas a dos manos, suelen quedar cabos sueltos. En este caso darían para un tercer acto en el que nos contasen cómo siguieron las vidas de estos dos personajes, ya que finalizarán en este acto sin tener más noticias. Además como veremos, el tiempo transcurrido hasta el último cuadro es insuficiente para…, bueno, lo averiguaremos juntos.

 

              Tere, convence a Feli para escapar esta tarde.

 

(Acto I, Cuadro I, Escena IV.)

 

TERE.- Pos no lo pensemos tanto. Déjate. El mundo es grande. Too el que camina, encuentra. Pararse es lo malo.

 

Mensaje número 596: “Todo el que camina, encuentra. Pararse es lo malo.” Esta gran verdad que dice Teresa para darse ánimo en su aventura, es la que mueve el mundo. Tenemos que avanzar en todo, si no, no habrá progreso.

 

Dos toreros amigos de las chicas, Carray y El Manoli, se acercan cantando una copla.

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 210.

 

(Acto I, Cuadro I, Escena IV.)

 

CARRAY.-          De vivir en un camino,

entra ganita de andar,

que al que se para, la suerte

nunca le viene a buscar.

 

El Manoli es el matador, y Carray el banderillero. Los dos tienen sueños de triunfo en las plazas y de dinero. El Manoli le asegura a Feli que un día se encontrarán habiendo triunfado los dos. Esta tarde torean en Ontanilla.

 

Ontanilla hoy en día es una calle de Carabanchel. Suponemos que hace cien años, daba nombre a la zona y que tendría plaza de toros, pero no lo hemos podido confirmar.

 

www.google.com/maps

Calle Ontanilla en Carabanchel

 

 

ARNICHES Y LOS VASCOS EPISODIO NÚMERO 20.

 

(Acto I, Cuadro I, Escena V.)

 

EL MANOLI.-… Entonces me da el garlochi, que me la tengo que encontrar a usté.

 

FELISA.- ¿De mozo de estoques?

 

EL MANOLI.- ¿Qué se yo?… De algo bueno. ¡De cupletista!… ¡De actriz!… ¡De amiga de un señor de Bilbao!… Amos: de algo, pa tener auto y piso elegante.

 

Esta es la vez número veinte que Arniches se refiere a los vascos en sus obras, y aún habrá más.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 292

 

(Acto I, Cuadro I, Escena V.)

 

FELISA.- ¿Y qué les dan a ustés por la corrida?

 

EL MANOLI.- Si quedamos bien, treinta reales (23 €.) y la cena.

 

FELISA.- ¿Y si quedan ustés mal?

 

CARRAY.- Ni tiempo pa correr.

Arniches introduce un nuevo personaje secundario con mucha vitalidad: la tía Casi.

 

Es una mujer que vive de hacer recados a los peones camineros, pidiendo a cambio unas monedas o un poco de vino.

 

Entra en escena con un mensaje de Pepe y Paco, que ya tienen el coche en el Alto de Pinares y esperan para fugarse con ellas a Francia.

 

La tía Casi, les anima a irse contándoles su historia. Un tratante de mulas le quiso llevar con él, y ella, tonta, no quiso. Se quedó en que casi se fuga. Después casi se casa, porque no fue por la iglesia; casi tiene una hija, porque casi la mata al nacer, casi la perdió porque se la llevó un novio, casi ha sido de todo y casi no ha sido nada.

 

Llegan Pepe y Paco y las convencen con sus zalamerías.

ARNICHES Y LOS VASCOS EPISODIO NÚMERO 21.

 

(Acto I, Cuadro I, Escena VII.)

 

FELISA.- Sí, pero ¿y si luego me dejas?

 

PEPE.- ¡Qué te voy a dejar!… ¡De aquí al otoño! ¡Te llenaré de alhajas! ¡Te vestiré en Biarritz, para que llames la atención en la Zibur!

¡Luego te llevaré a San Sebastián y a San Juan de Luz!

 

Tal y como hemos comentado previamente, Carlos Arniches llevaba 20 años de veraneo ininterrumpido en la tierra vasca. La conocía muy bien, y además era muy feliz en ella como se recoge en cartas a Fernández Shaw.

 

Como Paco es chófer, piropea a Teresa con unos símiles ingeniosos.

 

PIROPOS DE ARNICHES NÚMERO 11.

 

(Acto I, Cuadro I, Escena VII.)

 

PACO.- Pero quererte, ¡con los cuatro cilindros! ¡Te me has colao hasta lo más hondo del carburador! Ven aquí, Rolls Roy de mi alma, que voy a ser para ti más seguro que un Huston.

 

TERESA.- Pero a ver si se te quita el cariño con el Huston.

 

PACO.- En jamás. Tú te sientas a mi lao, en el baqué; me alumbras con esos faros el camino de mi vida, o me los entornas como poniéndome luz de población, yo meto la directa, acelero, te hago una media de sesenta por hora, y el año que viene te encuentras de propietaria de un Bebé – Peuchots. ¡Por éstas!

 

Se van ellos al Alto de Pinares, donde tienen el coche escondido, y ellas van a preparar la ropa y sus cosas que meterán en “un lío” y se irán.

 

 

 

 

Biarritz de compras.

www.miladoviajero.com

Zibur.

www.diariovasco.com

 

La tía Casi se queda en escena mientras las chicas desaparecen. Arniches, para hacer tiempo mientras ellas no están visibles, nos ofrece un grupo de segadores gallegos que se acercan a la casa pidiendo un poco de agua. Van camino de Navagrande, a 43 km de distancia.

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 211

 

(Acto I, Cuadro I, Escena VIII.)

 

SEGADOR 1º.-   Deixei a miña terra

deus meus amores.

Deixei a miña terra

pros meus rapaces,

y bajo el sol de rayos

abrasadores,

las espigas que corto

forman los haces.

 

TODOS.- (Lo repiten.)

 

SEGADOR 1º.-   Espigas, espigas doradas,

igual que los sueños que no realicé;

montones, montones de oro

parecen los trigos que en haces formé.

¡Riquezas serán para el amo,

que a mí unas monedas tan solo me da!

¡Espigas! Le dais a él oro

y a mí solamente, un poco de pan.

 

Una vez que se van los segadores aparecen Tere y Feli con sus cosas y le dan un papel para Nicasio. Justo en ese momento les oyen llegar. Se tienen que ir corriendo por el corralillo para no ser vistas.

 

Nicasio le comenta a Fidel el coche que han visto escondido en el Alto de Pinares… Al ver a la tía Casi, le mandan a por vino al Ventorro.

 

Dos nuevos personajes entran en escena para ir completando lo que será la historia.

 

Son dos matones de don Quintín que se llaman Angelito y Sefiní. En este caso piden refugio en la casa porque les persigue el patrón. Siempre está enfadado, siempre amargado con la vida…

 

Arniches dota a Angelito de la característica contraria a la de don Quintín. Angelito siempre es optimista. Si le pilla un coche y le rompe una pierna, está feliz porque podrían haber sido dos, y así todo.

 

Pues bien, don Quintín sabe que Nicasio fue el receptor del bebé hace 20 años, quiere recogerla porque es su hija. Don Quintín cuenta la historia de que la madre huyó dejándole con el bebé, y que él no podía criarlo. Posteriormente la madre murió. (Atentos a esta historia porque va a ser el cuarto error cometido al escribir la obra a dos manos. Lo descubriremos al final.)

 

               Por supuesto que Nicasio le dice que la ha cuidado de maravilla.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 293

 

(Acto I, Cuadro I, Escena XI.)

 

NICASIO.- Toos sus deseos, los he satisfecho sin medida. (A Fidel.) (¡Esconde la vara!) ¡Y es más dispuesta!… ¡Si viera usté cómo guisa!

 

FIDEL.- Le ha hecho hoy unas patatas viudas.

 

DON QUINTÍN.- ¿Buenas?

 

NICASIO.- Pa darles el pésame.

 

Estando Nicasio con todas estas mentiras entra la tía Casi con una “nota” de parte de Feli y Teresa que están “huyendo” por la carretera. Nicasio la lee y se queda lívido. La coge don Quintín y lee: “Padre, huyendo de los palos y las bofetás de usté, nos vamos de su lao pa siempre, con dos hombres que queremos. ¡Que Dios le perdone a usté el martirio que nos ha hecho pasar, como nosotras le perdonamos!”

 

Don Quintín no le perdona a Nicasio y lo muele a palos allí mismo. Se produce un gran revuelo unos queriendo separar a otros y se baja el telón del primer cuadro.

 

El segundo cuadro comienza en el interior de un Colmado de los barrios bajos con ciertas pretensiones de Bar moderno. A la izquierda tenemos el mostrador con una puerta que comunica con el interior. Es de noche. Ha pasado un mes.

 

En este local vamos a conocer a nuevos personajes que van a avivar la historia. El dueño que se llama señor Crótido y el camarero, andaluz, que se llama Saluqui. Este local ha sido “tácitamente comprado” por don Quintín para estar solo. Paga mucho dinero y él mismo se encarga de expulsar a los ilusos que entran, como ocurre con el señor Laureano, por ejemplo.

 

Laureano quiere irse al saber de don Quintín y sus andanzas, pero su amigo Crótido le dice que no se preocupe, craso error.

 

No ha terminado Crótido de explicar la situación a Laureano cuando llegan dos más. Son dos cantaores andaluces, Rosarillo y Frasquito. Él toca la guitarra y ella canta como los ángeles.

 

LA VIDA DE FRASQUITO EN EL UNIVERSO ARNICHES

 

Curioso nombre el de Frasquito, empleado en 7 obras de Carlos Arniches desde 1894 hasta 1924.

 

              En un hipotético Universo Arniches podríamos decir que nos presenta a Frasquito en la obra Los Puritanos, tendría unos 20 años y era trabajador del carbón. En aquella ocasión, sin texto, solo es nombrado como representante sindical junto a Silverio.

 

              A los dos años volvemos a saber de él, en la obra El jefe del movimiento, y es el encargado de avisar a doña Ruperta y a su hija Socorro, como don Juan, el marido y padre respectivamente, se había gastado el dinero del ajuar de la joven, 2.000 pts. ( 8.000 €.) en el casino.

 

              Su vida continúa en Andalucía, y nos lo encontramos en 1902, ya casado con Rocío, ayudando a solucionar el matrimonio de María Virtudes en la obra Gazpacho Andaluz. Tiene 28 años y una gran afición a la bebida.

 

              En ese mismo año consigue trabajo como capataz de confianza en el Cortijo del señorito Pepe, en la obra El puñao de rosas. Se muestra como un tipo duro.

 

              En 1918 vuelve a Madrid y trabaja en la casa de don Faustino, un viejo rico que quiere financiar la clonación de la mujer en la obra La mujer artificial. Tiene 44 años.

 

              Ahora en 1924, con 50 años de edad, se gana la vida acompañando a Rosarillo tocando la guitarra andaluza.

 

              En un futuro próximo, en 1928 y con 54 años, le volveremos a oír nombrar en la obra “La cárcel modelo”, como un alto cargo de Penales.

 

              La octava obra en la que aparece Frasquito es en Los Guapos, y es un jefe de una banda de contrabandistas pero podría tratarse de su padre o su abuelo, ya que esta obra se desarrolla en 1844 y a nuestro Frasquito le suponemos nacido en 1874.

 

              Esta curiosidad que se da en Arniches con algunos personajes, y que hemos visto también con el Gimnasta don Bárbaro de la obra Las manías, o con Acisclo de la obra Vía libre y despúes el Acisclo Arrampla Pael de Los Caciques, o con Serafín…; no deja de ser un dato más del portentoso cerebro de Carlos Arniches y de su organización a la hora de dar vida a sus personajes. Hay que fijarse cómo las edades están perfectamente adecuadas a cada obra. Los personajes crecen con él, envejecen con él, y representan sus papeles sin contradecir su pasado…

 

              ¿Será así? No lo sabemos, pero es algo muy bello.

 

Pues bien, siguiendo con nuestra obra, llegan al bar estos dos artistas mandados por don Quintín, que hoy ha decidido celebrar su tristeza con el cante de Andalucía.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 294

 

(Acto I, Cuadro II, Escena III.)

 

FRASQUITO.- ¿Has oído? Se yama Crótido.

 

ROSARILLO.- ¡Tié nombre de medisina; Crótido Surfúrico!

 

Ahora hacen su aparición los dos matones de don Quintín, Sefiní y Angelito. Laureano, para disimular, coge el periódico La Voz, pero no puede parar de temblar.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 295

 

(Acto I, Cuadro II, Escena IV.)

 

LAUREANO.- Leeré La Voz.

 

CRÓTIDO.- ¿Qué te pasa?

 

LAUREANO.- Que con todo lo que me han contado estos, me he puesto un poco nervioso y me tiembla La Voz.

 

              Llega don Quintín y viendo a Laureano saca su pistola para meterle un balazo. Laureano se levanta y se enfrenta a él con sus mismas palabras.

 

(Acto I, Cuadro II, Escena V.)

 

LAUREANO.- Y no le digo que tengo mucho gusto de conocerle porque yo no tengo el gusto de conocer a nadie. Me importa todo tres cominos. ¡Soy un amargao!

 

QUINTÍN.- ¡Hombre!… ¡Choque usté! Siéntese aquí.

Le pregunta qué es lo que más aborrece y Laureano miente diciendo que cerveza y riñones a la broche. Don Quintín, naturalmente, le obliga a que se tome una buena ración. Ya con todo dispuesto, manda cantar a Rosarillo y tocar a Frasquito.

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 212

 

(Acto I, Cuadro II, Escena V.)

 

ROSARILLO.-    Er Niño de Plata ronda

la reja de su gitana

y descubre entre las sombras,

a un rival que allí le aguarda,

y en noble y feroz pelea,

er Niño, con odio y rabia,

clava en el pecho del otro

la hoja de su navaja.

 

Y preso en la celda, de noche y de día

cantaba esta copla con la guitarra bravía:

Según er Niño de Plata

por la mujer que uno quiere

cuando hay que matar, se mata;

cuando hay que morir, se muere.

 

Cumplida ya la condena,

va el mozo a tomar venganza

de un gitano, que en su ausencia,

se hizo el dueño de la ingrata;

y en noche de blanca luna

brillar se ven dos navajas,

hasta que una mano diestra

golpe certero descarga.

 

Y er Niño de Plata su vida perdía,

cantando esta copla gitana y bravía:

“Según er Niño de Plata

por la mujer que uno quiere

cuando hay que matar, se mata;

cuando hay que morir, se muere.”

 

Tras los aplausos por la actuación se abre la puerta y entran dos clientes. Todos miran a don Quintín. Él les hace una señal para que les dejen entrar, que ya se encargará él de “echarlos”.

 

Los clientes son Paco y Tere. Llevan un mes fugados. Nadie conoce a nadie.

 

Saluqui les sirve los pajaritos y los macarrones que han pedido pero siempre haciéndoles señas para que se vayan pronto. Ellos no entienden nada. Al final les explica que, don Quintín es un matón, y que deben irse. Ellos lo aceptan pero cuando se están marchando, una aceituna lanzada por don Quintín impacta en la cara de Teresa. Paco enfurece pero se va.

 

Todos ríen la gracia de don Quintín. Todos menos Rosarillo, que le planta cara.

 

(Acto I, Cuadro II, Escena VII.)

 

ROSARILLO.- Estos son hombres y le tienen a osté miedo, pero yo soy mujé, y le quieo desí a osté la verdá. La broma ha tenío mu mala pata, amigo. (Separándose con desprecio.)

 

FRASQUITO.- (Yendo a su encuentro.) Cáyate, niña.

 

ROSARILLO.- No quiero.

QUINTÍN.- Déjela usté.

 

ROSARILLO.- Cuando me hablaron de osté y su való, creí que era otra cosa; pero hoy al verle a osté lo que ha hecho, rodeao de sinco o sei amigos con un pobre chico que va con una mujé, me he yevao un desengaño.

 

Mensaje número 597: Arniches vuelve a destacar a una mujer por su valor frente al matón en detrimento de los hombres presentes. “Estos son hombres y le tienen miedo”. Podemos imaginar a toda una mujer andaluza con el desplante en su cara. “Pero yo soy mujer.” Parece que le dice y no te tengo miedo, que hemos sufrido mil veces más que vosotros.

 

              Estaba don Quintín empezando a responder a Rosarillo cuando entra de nuevo Paco. Se enfrenta a éste y le enseña la aceituna que ha tirado a Tere, le encañona con una pistola y le obliga a comérsela.

 

Don Quintín se la come, saca el hueso y Paco obliga a Angelito a que se lo trague.

 

Paco abandona el lugar dejando a todos helados. Don Quintín reacciona a los pocos segundos y jura que se las pagará. Termina el primer acto.

 

 

Como vemos en el gráfico del Acto II que está a continuación, se desarrolla el primer cuadro en una plazoleta de los barrios bajos en la que desembocan tres calles, una casa y una taberna.

 

Ha pasado un mes. Ya llevamos tres meses de la historia de Paco y Tere. Es por la tarde de un domingo de Otoño. Tenemos a un grupo de niñas, que saltan juntas y ríen y molestan a don Quintín, que está esperando algo.  La castañera que pregona: “¡Cuántas, calentitas, cuántas! ¡Que queman!…¡Cuántas!”

 

Vende 15 castañas por 25 céntimos (0,75€), cuando hoy en día pueden costarnos perfectamente los 3 €.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 296

 

(Acto II, Cuadro I, Escena I.)

 

CASTAÑERA.- Llévate un real y te doy quince y un número pal sorteo de un chalé que rifo la Fuente de la Teja.

 

CHAVALILLA.- ¿De la teja? ¡Permita Dios que la caiga a usté! Venga diecito y de usté propi.

 

CASTAÑERA.- Toma rica, una; que tú no te pierdes aunque vayas solita.

 

CHAVALILLA.- ¡Huy que quemás!

 

CASTAÑERA.- ¡Que s’han enterao de lo de Marruecos!

 

Arniches continúa con la Guerra de Marruecos muy presente.

           

Archivo Familiar.

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 213

 

(Acto II, Cuadro I, Escena I.)

 

VIEJA.-               Cincuenta años justos llevamos casaos.

 

VIEJO.-               Y tóos los domingos la hemos agarrao.

 

VIEJA.-               Y en nuestros bolsillos nunca ha habido un real.

 

VIEJO.-               Pero hay alegría que es lo principal.

 

Traen a hombros al torero “El Manoli”. Ha triunfado en Tetuán. Su pareja Felisa y la madre de éste no caben en sí de gozo.

 

Como vemos ya no se menciona a Pepe. Esta parte la ha escrito otra mano diferente a la primera y se les ha escapado “unir” el tema.

              Don Quintín tiene la sospecha clara de que Paco vive por esta zona. Ya solo le queda Sefiní. Angelito y Laureano han sufrido su ira por querer hacer que desista de su empeño con Paco. Ahora Laureano está cojo y Angelito herido en la cabeza.

 

Sefiní se queda solo y en un monólogo nos cuenta que sabe dónde vive Paco, en el número 7 de esta plazuela, pero que no se lo va a contar a don Quintín. Angelito y Laureano se encuentran con Sefiní. Angelito ha encontrado trabajo.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 297

 

(Acto II, Cuadro I, Escena V.)

 

ANGELITO.- A los dos días me habían dado un destino superior. El más descansado de Madrid.

 

LAUREANO.- Alcalde.

 

ANGELITO.- Guardar las sillas de la Castellana.

 

Arniches aprovecha el menor resquicio para meter una pullita política.

 

Después le atropeyó un coche, volvió al hospital, y al salir lo han contratado en el Tabernilla Palace donde canta tangos.

 

HISTORIAS DE ARNICHES NÚMERO 115

 

(Acto II, Cuadro I, Escena V.)

 

ANGELITO.- Anoche debutó en el Tabernilla Palace, donde yo aztúo, una etoile nueva, que llaman Feli La Caminera, que, por cierto, tiene relaciones con ese novillero que le dicen El Manoli, que ha quedao esta tarde, en Tetuán, como los ángeles.

 

LAUREANO.- Sigue.

 

ANGELITO.- La chiquilla gustó bastante, y cuando se acabó la función y nos íbamos a dormir too el elenco del programa, ¡cuál no sería mi sorpresa al encontrarme con que vinieron a buscar a Feli, el joven de la aceituna y la joven que le acompañaba aquella noche!

 

SEFINÍ.- ¡Repollo!

 

ANGELITO.- Lo que oyes. “¿Conoce usté a esta jovencita?”- le pregunto sorprendido.- “Nos hemos criao como hermanas y vivimos juntas”- me contestó- y se fueron a escape.

 

SEFINÍ.- ¡Mi madre!

 

ANGELITO.- Yo intrigao, como supondrás, indagué con el dueño del Dancing, y supe que esta Feli es hija de un peón caminero. ¿Y tú te acuerdas…?

 

Ya están sospechando que la novia de Paco es la hija de don Quintín. Angelito se acerca al portal número 7 y se encuentra a Feli con El Manoli.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 298

 

(Acto II, Cuadro I, Escena VI.)

 

FELISA.- ¡Hola don Ángel! (Al Manoli.) Es el argentino de Tabernillas.

 

EL MANOLI.- ¿Es usté de Buenos Aires?

 

ANGELITO.- De Cuatro Vientos na más. ¿Yo argentino? ¡Ché qué esperansa! ¡No me diga! ¡Tanguista no más!

Ya tenemos el habla argentina en Arniches antes de su periplo por aquellas tierras.

 

              Deciden trasladarse al Tabernillas para hablar tranquilamente.

 

Cuando se van aparecen enamoradísimos Paco y Tere con la niñera Emerenciana que lleva… ¡a su hijo!

 

Sí, efectivamente, si de Pepe, novio de Feli, no hemos vuelto a saber nada; si de Nicasio tampoco se dirá ni palabra; ahora, habiendo determinado el número de meses que han pasado entre cada cuadro, pues no cuadra, que ya tengan un hijo.

 

PIROPOS DE ARNICHES NÚMERO 12.

 

(Acto II, Cuadro I, Escena VII.)

 

PACO.- ¡Cómo se conoce que t’has criao en una carretera! ¡Tiés cá curva!

 

TERESA.-¡Tonto!

 

PACO.- ¡Tengo que hacer unos virajes!

 

Tere le recuerda que su cariño se ve empañado por una sombra…, que no es otra que la amenaza realizada por aquél hombre en el bar…

 

(Acto II, Cuadro I, Escena VII.)

 

PACO.- Pero, piensa, Tere, que yo lo que hice no lo hice por él, lo hice por ti. ¡Te habían dao en la cara! Si yo me aguanto, el desprecio de ellos hubiera sido cinco minutos y a mí qué- ya no los iba a ver más-, pero contigo, no; contigo tengo que vivir toa la vida y si te dan en la cara y no te defiendo, me hubías despreciao pa siempre.

 

Mensaje número 598: Arniches explica perfectamente el origen estúpido de los duelos de honor. Él los aborrecía en 1888, y los sigue aborreciendo en 1924. Ese sentimiento de falta de hombría era totalmente ficticio y nunca pedido por las mujeres, pero las calenturientas mentes medievales de los hombres, habían generado esa figura que aún hoy día se puede ver de vez en cuando.

 

              Según están abrazados en el portal, Tere ve a don Quintín aparecer en la plaza. Él les ha visto, Paco no. Manda a Paco a casa y se encara directa a don Quintín.

 

(Acto II, Cuadro I, Escena VIII.)

 

TERESA.- Usté busca a mi marido, pa hacerle mal; y tóo el mal que va pa un hombre, se encuentra en el camino, un poco antes de llegar, a la mujer que quiere.

 

Mensaje número 599: Arniches vuelve a ensalzar el valor de la mujer. “Los peligros, cara a cara”. “Todo el que quiere hacer mal a un hombre, acaba encontrándose, un poco antes de llegar, a la mujer que quiere”. Esto que hacen las mujeres queda puesto de manifiesto por Arniches en múltiples ocasiones: son valientes hasta dar la vida.

 

              Teresa, sin saber que es su padre, le dice que Paco ha sido para ella todo: padre, madre, hijo, marido…

 

Le pide que se vaya de su vida, “que el que lleva ese veneno en el alma, ya va bien castigado”.

 

Baja Paco y les ve en plena discusión. Forcejean y llegan todos los demás para separarles. Teresa se lleva a Paco. Don Quintín les pregunta por qué se lo han quitado y le responde Angelito.

 

 

 

 

(Acto II, Cuadro I, Escena VIII.)

 

ANGELITO.- Pues sépalo usté ya. Porque esa joven que huye de usté horrorizada; porque esa joven que se va echándole maldiciones, ¡es… su hija!

 

DON QUINTÍN.- (Horrorizado, con estupor.) ¡¡Eh!!

 

LOS TRES.- Su hija; sí.

 

DON QUINTÍN.- ¿Qué decís?

 

ANGELITO.- ¡Esa es la obra de su vida! Quien siembra odios recoge maldiciones. Y se baja el telón.

 

Mensaje número 600: “¡Quien siembra odios, recoge maldiciones!” Con esta frase termina el primer cuadro del segundo acto. Don Quintín ha sembrado vientos, y ahora recoge tempestades…, y además parece que no tiene arreglo… ¿o sí?

 

              El segundo cuadro es una calle de Madrid cualquiera por la zona de los barrios bajos. Pasan corriendo Angelito, Sefiní, Laureano y después, agotado, don Quintín, que les pide que no huyan y que le traigan a su hija…, pero ya no le oyen…, solo una niña pequeña se apiada de él, le ve llorar y se le acerca.

 

(Acto II, Cuadro II, Escena II.)

 

DON QUINTÍN.- ¿Y tú por qué me compadeces?

 

NIÑA.- Porque le veo a usté llorar, y dice mi mamá que todo el que llora es bueno.

 

DON QUINTÍN.- Pues yo no lo he sido, hija mía.

 

NIÑA.- Pero lo empezará usté a ser ahora.

 

Mensaje número 601: Esta niña es el personaje clave de la obra. No tiene nombre. Contacta con don Quintín cuando está agotado, perdido, pidiendo que le traigan a su hija y llora…, llora amargamente, tanto que la niña le muestra la piedad, él no lo entiende pero la acepta. Es lo primero que acepta en su vida. Arniches escenifica el inicio de la redención por medio de la inocencia de una niña. Todos tenemos derecho a ser perdonados, el llanto puede ser el comienzo.

 

El tercer cuadro se desarrolla en el Tabernillas Palace, y lo podemos ver a continuación.

 

Al foro derecha tenemos la puerta de entrada y al foro izquierda está la tarima donde actúan los músicos. Tiene una puerta interior que comunica con los camerinos. Izquierda y derecha las del actor.

 

La primera escena la aprovecha Arniches para que dos clientes, la señora Sinfo y el señor Leoncio discutan sobre la música moderna y echen de menos el chotis; odian los extranjerismos que se adueñan del idioma: coktails, Fox, vestidos modernos…

 

Mensaje número 602: Arniches, por boca de la señora Sinfo, muestra su desagrado por la entrada de melodías extranjeras que arrinconan a las propias; muestra su tristeza por los extranjerismos que empobrecen el idioma, igual que en 1888.

 

Cuando abandonan la escena la señora Sinfo y el señor Leoncio entran Teresa, Felisa, Paco, Angelito, Laureano, Sefiní y El Manoli.

 

 

Archivo Familiar

 

 

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 299

 

(Acto II, Cuadro III, Escena II.)

 

FELISA.- ¿Y será posible que no le dejen pasar?

 

ANGELITO.- Sí, mujer, ¿no ves que dice en la puerta: “Reserve le droit d’admision”?

 

EL MANOLI.- Y ¿qué quiere decir eso?

 

LAUREANO.- Que no tienen droit más que los que quiere el amo.

 

Angelito sale a cantar un tango

 

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 214

 

(Acto II, Cuadro III, Escena II.)

 

ANGELITO.-      Chinito soy;

de las farras la alegría yo fui

y a guapiar

los gaviones aprendían de mí.

 

Linda no má,

una china me llamó la atención,

y la pobre, al fin mujer,

no se supo contener

y me dio su corasón.

 

Pero hubo un taita milonguero,

rey del bailongo y patotero,

que con las artes de traidor,

le pintó su falso amor

a la china que yo quiero.

….

 

Buscando un tóxico inclemente,

toma magnesia efervescente

porque es morir solo su afán,

y morfina, ya sabrán:

sin receta, no la dan.

 

Todos aplauden a Angelito mientras se oye un escándalo en la puerta. Alguien que no desean que entre, está montándola parda. Suenan dos tiros y todo el mundo abandona el local. Es don Quintín. Teresa no ha huido. Él le pide un abrazo. Ella le exige saber “por qué abandonó a su madre”

 

Esta es la cuarta incongruencia de la obra, ya que en el primer acto don Quintín comentó a Nicasio que fue su mujer quién huyó. Para la segunda mano que escribió esta parte, resulta más interesante que haya sido don Quintín el que la abandonase.

 

              Don quintín le explica que como nunca se ha fiado de nadie, tampoco se fío de su madre y la abandonó.

 

Ante tal confesión, Teresa le da un abrazo al que se une Paco también.

 

Puestos a pedir perdón, don Quintín se lo pide a Angelito, Laureano y Sefiní… Éstos declinan vengarse porque son gente de ley, nacidos en la cabecera del rastro de Madrid.

 

TERESA.- La vida es mucho; porque la vida es dolor y sacrificio, pero tiene un premio: la alegría de querer y la de perdonar.

 

Telón y Fin de la Obra.

 

MENSAJES DE ARNICHES

 

MENSAJE NÚMERO 596: “Todo el que camina, encuentra. Pararse es lo malo.” Esta gran verdad que dice Teresa para darse ánimo en su aventura, es la que mueve el mundo. Tenemos que avanzar en todo, si no, no habrá progreso.

 

MENSAJE NÚMERO 597: Arniches vuelve a destacar a una mujer por su valor frente al matón en detrimento de los hombres presentes. “Estos son hombres y le tienen miedo”. Podemos imaginar a toda una mujer andaluza con el desplante en su cara. “Pero yo soy mujer.” Parece que le dice y no te tengo miedo, que hemos sufrido mil veces más que vosotros.

 

MENSAJE NÚMERO 598: Arniches explica perfectamente el origen estúpido de los duelos de honor. Él los aborrecía en 1888, y los sigue aborreciendo en 1924. Ese sentimiento de falta de hombría era totalmente ficticio y nunca pedido por las mujeres, pero las calenturientas mentes medievales de los hombres, habían generado esa figura que aún hoy día se puede ver de vez en cuando.

 

MENSAJE NÚMERO 599: Arniches vuelve a ensalzar el valor de la mujer. “Los peligros, cara a cara”. “Todo el que quiere hacer mal a un hombre, acaba encontrándose, un poco antes de llegar, a la mujer que quiere”. Esto que hacen las mujeres queda puesto de manifiesto por Arniches en múltiples ocasiones: son valientes hasta dar la vida.

 

MENSAJE NÚMERO 600: “¡Quien siembra odios, recoge maldiciones!” Con esta frase termina el primer cuadro del segundo acto. Don Quintín ha sembrado vientos, y ahora recoge tempestades…, y además parece que no tiene arreglo… ¿o sí?

 

MENSAJE NÚMERO 601: Esta niña es el personaje clave de la obra. No tiene nombre. Contacta con don Quintín cuando está agotado, perdido, pidiendo que le traigan a su hija y llora…, llora amargamente, tanto que la niña le muestra la piedad, él no lo entiende pero la acepta. Es lo primero que acepta en su vida. Arniches escenifica el inicio de la redención por medio de la inocencia de una niña. Todos tenemos derecho a ser perdonados, el llanto puede ser el comienzo.

 

MENSAJE NÚMERO 602: Arniches, por boca de la señora Sinfo, muestra su desagrado por la entrada de melodías extranjeras que arrinconan a las propias; muestra su tristeza por los extranjerismos que empobrecen el idioma, igual que en 1888.

 

MENSAJE NÚMERO 603: La vida es mucho; porque la vida es dolor y sacrificio, pero también tiene un premio: la alegría de querer y la de perdonar. Esta máxima que acompañó su vida le dio fama universal de un hombre bueno.