EN ARAGÓN HI NACIDO

 

O

 

LA FUERZA DE LA MUJER HONRADA.

 

 

Archivo Familiar.

 

 

ARNICHES Y LOS VASCOS EPISODIO NÚMERO 27.

 

Esta poderosísima obra compuesta por Carlos Arniches y su colaborador habitual en tierras aragonesas, Pedro García Marín, fue estrenada el 21 de septiembre de 1926, en el teatro Eslava. Pertenece a su Etapa Rural y Etapa Feminista como veremos. El actor principal Benito Cibrián, es vasco, dará vida a Valero, novio de Manolica, interpretada por Pepita Meliá, esposa de Benito Cibrián. Ambos son padres del primer actor José Cibrián. Su nuera será la actriz Ana María Campoy y sus nietos son Roberto Cibrián y Pepito Cibrián Campoy, director y actor teatral.

 

BENITO CIBRIÁN. www.todocoleccion.net

PEPITA MELIÁ.  www.omnia.ie

 

 

FAMILIA TIPO DE ARNICHES EPISODIO NÚMERO 38.

 

              Nuevamente esta estructura ya conocida compuesta por los padres, el tío Garbolo y la tía Antonia, la hija Manolica, y el novio Valero, que acompañados por el hermano menor llamado Codujico, se verán en graves dificultades por el asedio del amo, don Manuel, o como dicen en la obra On Manuel.

 

El primer acto nos muestra la sala grandota de la casa del rico del pueblo, D. Manuel. El portalón del fondo dará a la plaza. A la derecha una puerta llevará al huerto; a la izquierda, otra comunicará con la cocina; en segundo término veremos el arranque de una escalera que lleva al piso de arriba. En la mitad veremos una gran mesa con sus sillas y al fondo un reloj de cuco. Es al principio de la mañana.

 

Nada más empezar se escucha la jota popular.

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 236.

 

                            En Aragón hi nacido

y moriré en Aragón,

porque tengo aragoneses

alma, vida y corazón.

 

Vemos a Manolica que la describe Arniches como sirvienta pueblana, joven, rubia, frescona y muy guapa.

              Cuando abandona la escena aparecen el amo, don Manuel, y su lacayo, Rabanillo. Don Manuel es un tipo seco, avinagrado, cincuentón, bien conservado, en palabras de Arniches. Don Ramón explica a Rabanillo cómo se le ha metido entre ceja y ceja el emparejarse con Manolica, al precio que sea; todo le da igual, aunque tenga relaciones con otro de sus trabajadores, con Valero, está dispuesto a todo, incluso a despedirlo, con tal de hacer suya a la sirvienta. Está como uno de los temidos galanes y viejos verdes de Arniches.

 

Comienzan a urdir un plan para atraer a la familia de Manolica a la finca y así ablandar su corazón. Como ha habido pedrisca, Rabanillo irá a contarles que don Manuel se ofrece para darles ayuda económica sin interés…

 

En la tercera escena aparece un personaje curioso, la hermana solterona de don Manuel, doña Martina, mujer de 60 años con traje oscuro que viste como una persona acomodada de pueblo.

 

              Curiosamente este personaje, que en otras obras ha dado mucho juego, no va a volver a aparecer. Se va a misa a pedir por su hermano, para que deje de tener ese mal humor y se le quiten los malos pensamientos…

 

Vamos, que lo sabe todo de sus intentos por entablar una relación con Manolica.

 

En ese espacio de tiempo, llega la familia de Manolica a pedir la ayuda económica ofrecida por don Manuel. El tío Garbolo es un campesino muy rústico, panarro y adocenado; es muy alicortao para hablar con personas; para hablar con los de la taberna se arregla más o menos. La tía Antonia es entrometida y desenvuelta. El hijo menor, Codujico, es un maño de 17 años, como fruta con hueso que luego lanza con una puntería endiablada. Últimamente está delicado, no saben lo que le pasa: nada más despertarse se le quitan las ganas de trabajar, y le dura hasta las 9 de la noche, que ya le vuelven, pero es hora de dormir, y así día tras día.

 

              Don Manuel se interesa por las pérdidas de la cosecha, de las viñas, de la casa… Primero les ofrece 3.000 reales; Antonia termina pidiendo 6.000 (unos 5.000 €). La garantía serán las pocas propiedades que tienen y los salarios de Manolica.

Suben al despacho a firmar los documentos.

 

Mensaje número 685: Vemos cómo el amo de la casa se siente propietario de los habitantes de la misma, y está feliz porque ya tiene bajo su dominio a toda la familia de Manolica, una mujer muy mujer que hará suya.

 

              Cuando sale Manolica y la ve don Manuel exclama:

 

(Acto I, Escena V.)

 

DON MANUEL.- ¡Qué maja es, ridiós! ¿Qué tendrá esa moza que me s’ha metido tan a los adentros, Rabanillo?

 

RABANILLO.- ¿Pos qué va a tener, On Manuel?… ¡Guapura y… dificultades!

 

Cuando dejan la escena don Manuel y Rabanillo llega Valero, mozo bien plantado, esbelto y fuerte; trae un manojo de rosas.

 

              Vemos una escena de enamorados que se huyen y se buscan alternativamente. Bromean sobre su boda, si tendrá valor ella para dar el sí delante de todos o hará como lo que cuentan del tío Jerulo y la tía Jerula…

 

HISTORIAS DE ARNICHES NÚMERO 131.

 

(Acto I, Escena VI.)

 

VALERO.- A ver si m´haces lo que cuentan que le pasó al tío Jerulo; que fueron a la iglesia y la tía Jerula, cuando le preguntó el cura le dio güervenza, y va y dice que no quiere; se mete el cura en la sacristía y va y la convence su madre y güelve a salir el cura otra vez; y el tío Jerulo, como estaba escocido del desprecio, pa quedar iguales, va y dice entonces él que no quiere, y se tuvo que marchar el cura otra vez; pero por fin s’apaña el disturbio y güelven a llamar al cura y sale de terceras y dicen los dos que ya quieren; pero entonces salta el cura: “¡Pos ahora no quiero yo…!” Y no pudieron casarse hasta el mes siguiente. Conque a ver si haces lo mesmo y me dejas feo.

 

Mensaje número 686: Arniches deja ver con esta historia la tozudez del aragonés. No solo los seglares sino los curas también.

 

              Están divertidos imitando ridículamente los andares del amo don Manuel, cuando aparece éste. Manolica se escapa rápidamente y Valero es despachado sin contemplaciones a la huerta.

 

Manuel se queda solo jurando y perjurando que ¡Manolica será para él o para nadie!

 

Llama a Manolica para explicar el acuerdo al que ha llegado con sus padres teniendo como base sus salarios. Manolica queda aterrada. Él le dice que no hay que apurarse, que si ella quisiera, con diez minutos de charla, se ponían de acuerdo y se rompían todos los papeles desapareciendo la deuda…

 

Manolica lo entiende alto y claro: “¡Ya entiendo, ya!… exclama.

 

Bajan los familiares de Manolica y ésta les abronca por haber pedido dinero a don Manuel, “¡Cristo de Aguarón!” grita.

 

Hemos encontrado al Cristo de Aguarón, que es un municipio español, en el Campo de Cariñena, provincia de Zaragoza, Aragón. Según el INE, en el año 2018 contaba con una población de 631 habitantes (54)

 

Don Manuel insiste a Manolica que si ella quiere, ese papel se rompe. Ella le contesta con energía serena y noble, en palabras de Arniches, que eso no se rompe, se paga.

 

De pronto llegan alborotando unos mozos y la tía Romancera, una mendiga vieja, nariguda, brujeril, pero no repugnante, rodeada de chiquillos; gangosa, voz cascada con tonillo. Los mozos le piden un romance y ella accede.

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 237.

 

(Acto I, Escena X.)

 

TÍA ROMANCERA.-        En el raino de Israel

hubo un ray llamado Acab

y un labriego, el buen Nabot,

que tenía una heredá.

“Vengan prestos mis criados

y mis pajes y escuderos

y me traigan a Nabot,

sea libre o sea preso”.

NABOT.-             Aquí estoy potente Acab

Arrodillado a tus pies.

ACAB.-               “Essa viña de tu padre

la necesita tu ray”.

NABOT.-             ¡Oh, Señor! En Israel,

el que vende lo del padre

por todos es señalado

como un hijo miserable.

NARRADOR.-    Apretó el Ray ambas cejas,

lo despachó con un gesto,

y a los tres o cuatro días

a Nabot hallaron muerto.

El Ray entró por la viña,

las gentes se amedrentaron,

el Santo Profeta Elías,

le reprendió aquél pecado.

¡Ay, si la blanca paloma

le ha apetecido al milano,

pobrecico del palomo

si se atreve a contrariarlo!

 

Mensaje número 687: Arniches nos va preparando con estos versos para que conozcamos la realidad en la que se movían las mujeres que trabajaban en grandes fincas. Si al amo le apetecía una moza, moza que se cobraba como el milano la paloma o el Rey la Viña.

 

              Manolica queda petrificada cuando cae en la cuenta que el milano es don Manuel y el palomo es Valero, ¡así que ella es la blanca paloma!

 

MANOLICA.- ¡Pos no y no! Yo me las apañaré; y ya veremos anda para el milano si s’atreve. (Ríe.) ¡Ja, ja!…

 

Sale Isidora mientras Manolica está riendo sola. Isidora es una criada última clase, como para barrer la cuadra y demás oficios bajos. Es fea y de mal tipo. (Descripción de Arniches.) Ha llegado el Veterinario y el Sobrestante que van a “sangrar” a la mula y le piden “el terrizo” (barreño) a Isidora para hacer la “operación”. Isidora se despista con Manolica a la que ve muy pensativa.

 

              La vis cómica de la obra recaerá sobre este personaje. Arniches le dotará de una coletilla que nos hará reír en cuanto abra la boca. Sospecha que todos los hombres están enamorados de ella, y cree que siempre le contestan “¡con una amabelidá…!”, cuando realmente nadie la mira.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 358.

 

(Acto I, Escena XII.)

 

SOBRESTANTE.- ¡El terrizo pa sangrar la mula, ridiós! ¿No se deja coger, u que?

 

ISIDORA.- ¡Repacho! Es verdá, que me s’ha olvidau!

 

SOBRESTANTE.- ¡Con la prisa que corre! ¡Qué alma tienes! (Entra rápido a la cocina.)

 

MANOLICA.- ¡Pero mujer!… (Reconviniéndola.)

 

SOBRESTANTE.- (Que sale y se marcha con el terrizo, mirándola con desdén.) ¡Eres más apatusco y más tonta que el chorro e colar!

 

ISIDORA.- (A Manolica.) ¿Te has fijau?

 

MANOLICA.- ¡Ti ha dicho apatusco y tonta!

 

ISIDORA.- ¡Pero con una amabelidá…!

 

Fantástico Arniches quitando un poco de tensión en la escena.

 

Llega un nuevo secundario divertidísimo, Quitolis el sacristán. Se hace el interesante hablando en un mal latín. Ellas le contestan como pueden. Viene por la sabanilla del altar para remudar a Santa Jovita. Isidora cree que viene por ella, y a él le gusta Manolica, y por el momento lo deja estar así. Cuando se va “Esidora” y sale Manolica le dice que él es muy corto y “corcohibido” para abrazar a Isidora y le abraza a Manolica para que “se los transmita”.

 

Nuevamente vemos sola a Manolica cuando sale don Manuel contento porque el sangrado de la mula ha ido bien. Al ver a Manolica le insiste en que piense en su oferta, que ella y su familia lo tendrían todo. Manolica le sigue diciendo que no. En esto, y de forma súbita se presenta Valero. El amo se enfada. Él dice que pensaba “que era necesario” en ese momento para poner las cosas claras, y que deje de hablar con Manolica si no es para las cosas de la casa. Don Manuel se ríe y lo despide.

 

Valero acepta el despido pero que se irá con Manolica. La llama y ésta dice que se va con él. Entonces el amo recuerda que tienen un préstamo que pagar. Manolica decide quedarse ante la ira de Valero y la sonrisa de don Manuel.

 

(Acto I, Escena XV.)

 

MANOLICA.- Valero, vete tú solo.

 

VALERO.- No, Manolica; yo no te dejo en esta casa.

 

MANOLICA.- Vete tranquilo que me dejas guardada con la llave más fuerte, y con la promesa más firme. Que me quedo aquí a pagar lo que deben mis padres.

 

DON MANUEL.- Ya lo oyes. Tú eres el que has de marcharte.

 

VALERO.- Mira, Manolica, que si no te vienes con mí, hemos acabau para siempre.

 

Al final Valero a regañadientes se termina marchando y deja a Manolica en la casa. Don Manuel, ufano, se ríe por esta primera victoria.  Manolica, como monologando, en palabras de Arniches, pide a la Virgen del Pilar que no le abandone, ella se queda por sus padres… – ¡u no sería de mi pueblo!-, termina.

 

Isidora se presenta en la escena y le pregunta al amo si quiere que le planche una camisa, don Manuel, le aparta a empujones insultándola, le llama animal.

 

(Acto I, Escena XV.)

 

ISIDORA.- ¿Has visto al amo?

 

MANOLICA.- ¡Sí, que te ha llamado animal!

 

ISIDORA.- (Toda mieles.) ¡¡Pero con una amabelidá!!…

 

Telón y final del primer Acto.

El segundo acto nos muestra el corral de la casa de don Manuel. Al foro vemos una puerta de palos para los carros, como una verja, y está entreabierta. A la derecha vemos el arranque de una escalera para subir al piso superior y una puerta de una leñera. A la izquierda un portalón de nave en la que se guarda el ganado lanar.

 

Anochece con un cielo azul crepuscular. En el centro tenemos a cuatro pastores, dos adultos y dos zagales alrededor de una sartén con migas. Al fondo una hoguera que se va extinguiendo con sus piedras ahumadas. Mayoral y Rabadan son los adultos; Matalobos y Picavinos son los zagales.

 

Situación explicada por Arniches: Bebe Mayoral a chorro, como los demás. Se oye el ruido que hace el chorro al caer con fuerza apretando la bota, en el charquico que se hace en la boca; este trago, largo, como los de los otros tres.

 

HISTORIAS DE ARNICHES NÚMERO 132.

 

(Acto II, Escena I.)

 

RABADAN.- Pos mala cosa es qui al amo se l’haiga metido en la cabeza la Manolica.

 

MATALOBOS.- Pero a Valero se le ha metido en el corazón, me s’antoja a mí que ese muchacho debe ser buen cerujano pa sacale al amo de la cabeza ese tumor.

 

PICAVINOS.- (Bajo.) Pero este mainate de don Manuel es mu traicionero.

 

RABADAN.- Y mu amigo de lograr la suya, sea como sea.

 

MAYORAL.- Ahí está lo malo; que no es como nosotros, que si ves que otro pastor te quié quitar la zagala, lo asperas en un barranco con el cochillo en la banda y el cayau al hombro, como el que aspera al lobo que quie quitate la oveja mimosa, y mesmamente como dos lobos, a cochilladas u a palos, a zarpazos u a dentelladas, defiendes como un hombre tus quereres. Pero si en vez de un lobo es un raposo, ya sabís lo que pasa en el monte; te atisba a la escondida, y aún no te regüelves, ya te ha degollau la oveja, y aunque cojas la honda y lo derrengues de un pedruscazo, la ovejica no revive.

 

RABADAN.- Pos mucho será que no haiga chandrio.

 

Mensaje número 688: Arniches une la sabiduría popular de unos pastores que ven con preocupación el celo del amo con la criada, teniendo el novio de por medio, con la ciencia quirúrgica más avanzada como la de la extirpación de tumores cerebrales.

 

              Mensaje número 689: Mayoral define al amo como un raposo. En esta historia nos cuenta la actitud traicionera de este animal. Piensa que el amo va a usar a la Manolica y a dejarla tirada como el raposo, que ni le ves venir y ya te la ha jugado.

 

              Mensaje número 690: Sigue mostrándonos cómo el “duelo” es la forma universal de solucionar los conflictos amorosos. Aquí nos ha presentado la versión “pastor”.

 

              Llega el cartero, Sabino, con una carta que han escrito en el sobre, sin señas y sin sello. Les va a leer el contenido por si pueden dar alguna pista. Alguno sugiere el nombre de Valero, y el cartero aprovecha para comentar que ya le ha oído la intención de quemar la casa sino consigue a Manolica.

 

Cuando marchan los pastores y el cartero, sale Isidora que se ha enterado que al sacristán también le gusta Manolica, y no ella. Se jura que se lo dirá a Valero para que lo poonga fino.

 

Precisamente llega Quitolis y se encuentra con Valero que asegura o habla con Manolica o prende la casa. En un relato de sus penas, le dice al sacristán que el amo ha contratado a toda la familia de Manolica. El tío Garbolo en el puesto que él ocupaba, la tía Antonia con la ropa, y Codujico con la leña.

 

Quitolis que ve el peligro que es Valero como se entere de lo suyo con Manolico quiere escapar cuando le coge Isidora, que le amenaza con decirle todo a Valero. Quitolis en un alarde de cintura, le asegura a Esidora que sólo le ama a ella, que vayan a un callejón oscuro y se lo “explica mejor”. Isidora acepta.

 

EL HABLA ARAGONESA.

 

              Él le llama “celosilla”, ella responde “guitón”, él “regolvedora”, “gurriona”, “canelera”; ella “tastinau”; él “trapisonda”, “rejudas”…

 

Cuando desaparecen de escena vemos a toda la familia de Manolica trabajando afanosamente, pero demasiado lento para Manolica, que les apremia una y otra vez.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 359.

 

(Acto II, Escena VI.)

 

MANOLICA.- ¡Amos aprisica, aprisica, que se va el tiempo!

 

TÍO GARBOLO.- Déjalo que se vaya, que yo no lo hi de llamar.

 

 

Los tiene que ayudar a todos, coge la ropa, coge las algarrobas, parte la leña… No quiere que digan que ha traído zánganos. En ese momento aparecen don Manuel y Rabanillo. Siempre juntos como en la obra “La reja de la Dolores”, que el matón, Osorio Cidrón Pitaluga, alias el Guiños, aparecía siempre con su lugarteniente el Chepa.

 

Don Manuel reprende a Manolica por hacerles trabajar tanto.

 

(Acto II, Escena VI.)

 

DON MANUEL.- ¿Quién te ha dicho a tú que fatigues con trabajos exageraus a unos probes viejos y a una criatura?

 

LOS TRES.- ¿Lo estás oyendo?

 

MANOLICA.- ¿Pero usté por qué les da un jornal?

 

DON MANUEL.- Porque tú me lo pediste; pa que los tengas cerca; pa que vivan a tu lao una vida sosegada; pero no pa explotarlos con un trebajo apretau.

 

Manolica insiste en pagar cuanto antes y abandonar la casa.

 

DON MANUEL.- ¡Qué soberbiosa eres!

 

MANOLICA.- Lo que hago yo, con tal nos parezca bien a Dios y a mí, ya es bastante. (Vase.)

 

              Mensaje número 691: Arniches deja claro el orgullo de una mujer como Manolica, que desea saldar su deuda y la de su familia de forma honorable. El honor del pobre. El Feminismo de Arniches.

 

              Arniches sigue cerrando el círculo sobre Manolica para tensar la situación. Ahora resulta que la única viña que había sobrevivido a la pedrisca, está hipotecada con el tío Carrasco y si no le pagan las 1.000 pts. de la hipoteca, la pierden.

 

  1. Manuel vuelve a darles el dinero. Ahora ya les pide directamente a los familiares de Manolica que se encarguen de quitarle la idea de Valero de su cabeza. Ellos encantados con la propuesta.

 

(Acto II, Escena VIII.)

 

TÍO GARBOLO.- ¡Calle usté, On Manuel, calle usté; si es que estas chicuelas no saben lo que les conviene… a los padres!

 

Mensaje número 692: Nuevamente Arniches pone en boca de unos padres pobres, lo que les gustaría un matrimonio de conveniencia con el amo. Lo que interesa es  una vida mejor de los padres; la chica que aguante. Estamos en la misma tesitura que en “Serafín el pinturero”, en la Jesusa era obligada a casarse con Lucio, el ganadero que estaba forrado de dinero. Lo mismo que Jesusa, Manolica aguanta la presión.

 

              Nuevamente tenemos en escena a los dos inseparables don Manuel y Rabanillo. Éste le anima diciéndole: – “Dádivas quebrantan peñas”- “y justicias por más señas” termina el refrán que ya aparece en el Quijote de Cervantes.(55). Con eso quiere decirle que cuanto más dinero les de a la familia antes se ablandará Manolica. No sabe este pájaro de lo que está hecha esta maña.

 

También le suelta el refrán que dice: “Por la peana se adora al Santo”, como dando a entender que si la familia se siente “adorada”, caerá enseguida Manolica.

 

Don Manuel le reconoce su hastío con la situación y le confiesa, que incluso, tiene ganas de enfrentarse a Valero cuchillo en mano. Ya tendrá ocasión, pero vamos poco a poco. Rabanillo le suelta otro refrán: “El que quiere no sabe pensar”. Así que le pide que le deje pensar a él.  Le manda llamar a Manolica para entregarle las mil pesetas, y así que vea todo el bien que hace por su familia.

 

Manolica, lo rechaza, él insiste y ella lo arroja al suelo.

 

(Acto II, Escena X.)

 

MANOLICA.- Pero no quiero dineros daos, porque son los más caros.

… porque ya sabe usté cómo son las madres en esta tierra que aquí no sirve el romance de que la moza era güena, pero por mantener a su madre…

Aquí, querer a la madre es no agachale la cara di afrenta; es que pueda pedir limosna, si la pide, con la frente más blanca que las azucenas; es que pueda morir con la tranquilidá y la anchura de que la honra que trajo de sus padres se la heredan sus hijos y sus nietos; porque las madres, en mi pueblo, On Manuel, mejor s’apañan a morirse sin pan, que ha vivir sin honra.

 

Mensaje número 693: Este maravilloso texto de reverencia a las madres en el Arniches más Feminista, nos deja claro el profundo arraigo de la honradez de un pueblo. Está claro, que si heredas buenas costumbres, es más fácil que tú seas un vehículo para transmitirlas. El honor de la madre en Arniches.

 

              Don Manuel queda enrabietado. Rabanillo le aconseja paciencia. Se van y llega Valero a hurtadillas; se encuentra con Isidora y le pide que llame a Manolica. Los dos enamorados se abrazan efusivamente y Arniches escribe uno de los poemas en prosa más bellos de su literatura.

 

 

 

 

 

 

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 238.

HISTORIAS DE ARNICHES NÚMERO 133.

 

(Acto II, Escena XII.)

 

MANOLICA.-     ¿Y dime, tú no me has olvidau?

 

VALERO.-          ¡Ni un momento!… ¡Ni medio!…

¡Cómo te vo a olvidar, Manolica,

si te siento a mi lau en toas partes!…

Veo un trigal haciendo ondas como di oro,

y digo: paice la mata de pelo de mi Manolica;

veo las amapolas de un rastrojo

y digo: paicen sus morreticos;

miro al cielo, y es lo mesmo que tus ojos;

veo un junco que mimbrea

y pienso en tu majo talle;

y cuando camino pa casa

y viene al anochecer el fresquico de la sierra,

meneando flojo, flojico, la hojarasca

digo para mi:

ya me llega el aliento de mi moza,

fresquito y entomillao,

y abro firme la boca

pa que me  se hinche

de dulzor la entraña.

 

MANOLICA.-     ¡Calla, ponderador! (Dándole un cachete cariñoso.)

 

Valero insiste en que se vaya con él y ella en que no se marcha. Él le dice que “donde hay celos no hay paciencia”. Rabanillo aparece escondido y escucha la conversación.

 

Valero le dice que si no se va con él, prenderá la casa por los cuatro costados. Rabanillo que lo ha escuchado, va urdiendo un plan para cazarlo.

 

VALERO.- Por tú hi venido y con tú me tengo que ir, pero agora mesmo; porque no quió vivir azacanau y sin tú no me s’apaña; no pué ser más que con tú, como yo te quiero, limpia y pura, como eres; pero que no haiga ni pizca e duda que me muerda el corazón, Manolica.

 

Pero Manolica no cede y le pinta el día de la boda como un momento mágico, con todas las luces del altar, las campanas repicando y a plena luz del día. Quiere ese momento y no irse ahora de forma furtiva, dejando a sus padres. Valero insiste y Manolica se va despotricando de las locuras que hacen los hombres por los celos.

 

Mensaje número 694: Arniches pone de relieve de nuevo, la patología de los celos, la celotipia. La falta de confianza en el ser amado, el miedo a las habladurías del pueblo, todo está embotando la cabeza de Valero, y se muestra fuera de sí, y capaz de hacer una barbaridad como es incendiar la casa. Arniches ha dado verosimilitud a esta posible acción. De eso se aprovecharán sus enemigos.

 

              Rabanillo ya tiene el plan para cazar a Valero y se lo va a contar a D. Manuel.

 

Don Manuel se lo aprueba y Rabanillo llama a Isidora a la que le da un recado. En cuanto venga Valero con la ronda, le debe decir que Manolica ha cambiado de idea y que le espere en la leñera hasta que ella llegue.

 

Isidora se niega inicialmente, pero Rabanillo saca el cuchillo y la amaenza. Ella cede.

 

En la Escena XVI Arniches indica: Luz de plata, luz de luna, se oyen guitarras y bandurrias a lo lejos; se oye también el bullicio de los rondadores que hablan.

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 239.

 

(Acto II, Escena XVI.)

 

CANTADOR.-                   Como está la puerta abierta

por aquí se mete un hombre;

pa cantar cantas de ronda

no es menester pasaporte.

 

Los mainates se figuran

que todo lo hace el dinero;

si topas con moza honrada

límpiate, que estás de güevo.

 

Esidora avisa a Valero para que espere a Manolica en la leñera. Él lleno de alegría se mete dentro y Rabanillo tranca la puerta. Valero grita pero nadie responde. Después un resplandor, unos gritos de los pastores, gente chillando “¡fuego!”, otros pidiendo agua, Valero fuerza la puerta, sale y se encuentra el incendio provocado por Rabanillo, sale don Manuel que le acusa directamente a él, los pastores confirman que sus intenciones eran esas, Quitolis también, el cartero lo mismo… Mandan cogerle preso y llevarle a los guardias. Se llevan a Valero que jura venganza y cae el telón. Fin del segundo acto.

 

El tercer acto comienza con el mismo escenario del primero. Son las últimas horas de la tarde. Manolica e Isidora están cosiendo la ropa blanca. Justo cuando Isidora está a punto de confesar su traición a Valero llega Rabanillo y las interrumpe. Cuando se va, Isidora se siente aliviada, no puede dejar de ver a Rabanillo hasta en sueños…

 

(Acto III, Escena II.)

 

ISIDORA.- ¡Mía que es castigo!… ¿Qué será eso que a las personas que no pués ver, aunque cierres los ojos, las ves?…

 

MANOLICA.- ¡El odio! Por eso lo mejor es no tener odio a nadie, que así no ves más que los que quieres.

 

Mensaje número 695: Interesante reflexión sobre el odio y el perdón. Realmente debemos aprender a perdonar a quienes nos hacen daño, ya que con eso conseguimos evitar el odio, que lo único que nos aporta es mantener presente a esa persona y actuar sin control.

 

Isidora le dice a Quitolis que la olvide, que ahora está con Codujico. Quitolis no lo puede soprtar, ya que desde el día del callejón se ha enamorado de verdad de Isidora, pero ésta no le cree, además, no soporta que le acusara a Valero el día del incendio.

 

Nueva escena cómica para rebajar la tensión del drama. Don Manuel no sabe cómo alagar a la familia de Manolica y les ha llevado de compras. Todos lucen botas y ropa nueva. Todos cojean horriblemente ya que no están acostumbrados a ese calzado tan ajustado.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 360.

 

(Acto III, Escena IV.)

 

DON MANUEL.- Güeno, yo creo que no sus trato mal.

 

TÍO GARBOLO.- A la vista está. (Entran cojeando.)

….

DON AMNUEL.- Porque lo que yo quiero es que estéis contentos.

 

TÍA ANTONIA.- (Con la cara angustiada.) Sí, sí siñor, sí… ¡Si estamos contentismos!

 

DON MANUEL.- Que ya comprenderéis que mi deseo no es otro sino proporcionaros una vida de comodidá y bienestar…

 

TÍO GARBOLO.- ¡Sí, siñor… de una comodidá que no cabe más! (Suda pez.)

 

              Se queda don Manuel con los padres. Les comunica que va a pedir el matrimonio a Manolica y que será la dueña de la casa, ellos no tendrán que trabajar nunca más. Les pide un último esfuerzo para convencerla. Ellos, encantados de la propuesta, lucharán a brazo partido con Manolica. Volvemos a ver la situación de Serafín el piunturero.

 

              Rabanillo acudirá a casa del Procurador para preparar la declaración en contra de Valero. Ya tiene todo pensado para que don Manuel se vaya una temporada con Manolica, y cuando se canse la despide a ella y a toda su familia a la calle.

 

Arniches vuelve a otra escena cómica para rebajar la tensión del drama. Isidora y Codujico hablan de su amor cuando entra Quitolis y grita: -¡Esa mujer es mía!- Se enzarzan en una pelea, y Quitolis pisa los pies de Codujico, que los tenía reventados por las botas y huye dando como vencedor a Quitolis.

 

Rabanillo vuelve de casa del Procurador y le cuenta a D. Manuel que Valero se ha escapado. Le aconseja que le pida matrimonio a Manolica y que se la lleve a Zaragoza. Comienzan a preparar la mula y el coche.

 

Llama a Manolica. Su padre le sigue diciendo que todo es inútil con esa zagala. Dom Manuel le habla de sus sentimientos. Le pide que haga caso a sus familiares que miran por su porvenir. Ella le contesta que –“miran, pero con los ojos cerrados”-.

 

Insiste don Manuel en que la quiere, y Manolica en que no, que ella quiere a Valero.

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 240.

 

(Acto III, Escena IX.)

 

MANIOLICA.-                  Lo quiero porque lo quiero,

y en mi querer nadie manda;

lo quiero porque me sale

de los redaños del alma.

 

Don Manuel le dice que Valero es un pobre desgraciado.

 

DON MANUEL.- Pero Valero… ¡un zafio pobretón!

 

MANOLICA.- ¡Qué más da! Si lo quisiera a usté, lo querría aunque fuese usté rico, si importarme lo que pensase la gente; que queriéndolo a usté, lo querría malvao, santo, criminal, güeno, como usté fuese. ¿Quiero a Valero? Pues lo quiero como sea; ¿malo?, pos malo. ¿Probe?, pos probe, que el corazón no cavila, y yo no sé querer con la cabeza.

 

Mensaje número 696: Arniches nos describe una vez más, el amor incondicional, ciego y desinteresado. El amor de Manolica a Valero.

A Manolica no le importa ni el dolor de los padres ni el sufrimiento del amo. Así es el amor.

 

Don Manuel no se resigna, se abalanza sobre ella para abrazarla, ella pide socorro, grita y aparece Valero.

 

Se enfrentan, Valero con las manos ensangrentadas de haber roto los barrotes de la cárcel, y don Manuel con un cuchillo. Luchan. Don Manuel cae y Valero se lanza sobre él con el cuchillo en la mano. Forcejean. Valero está a punto de clavárselo cuando Manolica, de un salto, se hace con una escopeta cargada y se apunta a su corazón gritando.

 

 

 

(Acto III, Escena X.

 

MANOLICA.- ¡Quieto Valero, que si lo hieres, me mato!

 

VALERO.- ¡¿Loca?! ¿Lo defiendes?

 

Suelta a don Manuel que se pone de pie. Manolica les manda quedarse quietos.

 

MANOLICA.- (A Valero.) Si lo matas, y en su casa, ¿qué te espera?… un presidio y un remordimiento pa toa la vida… ¿Y he luchado yo como una leona y he sufrido como una mártir pa perderte pa siempre? ¡No!…

(A don Manuel.) Y oígame usté, por última vez y delante de este hombre, don Manuel, que ya no me importa ni la muerte ni la vida. No pelee usté, no se canse usté más; he nacido pa este hombre y seré suya, probe, rica, arrastrá, muerta, viva, como sea.

Cuando una mujer que ha nacido en esta tierra sale como yo y quiere como yo, detrás de su querer, la muerte y naa más.

 

Mensaje número 697: Al igual que en la obra de “Doloretes” con Visentico explicando que el duelo a muerte es una pérdida para los tres, aquí es Manolica quien lo expone muy claramente. Los duelos no sirven para nada, solo para generar dolor.

 

Mensaje número 698: “Cuando una mujer que ha nacido en esta tierra sale como yo y quiere como yo, detrás de su querer, la muerte y naa más”. Estupendo final de la obra, dando un toque más en el feminismo de la obra.

 

Manolica trae hacia sí a Valero para irse lejos de esa casa donde puedan amarse. Valero contesta que tras las palabras de esta mujer no se puede hacer mal a nadie y tira el cuchillo.

 

VALERO.- On Manuel, quede usté con Dios y que él le perdone el daño que m’ha querido hacer. (Comienzan a irse.)

 

DON MANUEL.- (Gritando.) ¡Aguardar un menuto!

 

Les asegura que declarará a la Guardia Civil para eximir a Valero de toda culpa del incendio. Que él también es aragonés y que les tiende las manos. Les pide perdón y les ofrece su casa para siempre. Les abre la puerta que nunca se cerrará para ellos, que él también quiere decir bien alto la copla:

 

En Aragón hi nacido

y moriré en Aragón

porque tengo aragonesas

alma, vida y corazón.

 

Telón y Fin de la obra.

 

MENSAJES DE ARNICHES

 

MENSAJE NÚMERO 685: Vemos cómo el amo de la casa se siente propietario de los habitantes de la misma, y está feliz porque ya tiene bajo su dominio a toda la familia de Manolica, una mujer muy mujer que hará suya.

 

MENSAJE NÚMERO 686: Arniches deja ver con esta historia la tozudez del aragonés. No solo los seglares sino los curas también.

 

MENSAJE NÚMERO 687: Arniches nos va preparando con estos versos para que conozcamos la realidad en la que se movían las mujeres que trabajaban en grandes fincas. Si al amo le apetecía una moza, moza que se cobraba como el milano la paloma o el Rey la Viña.

 

 

MENSAJE NÚMERO 688: Arniches une la sabiduría popular de unos pastores que ven con preocupación el celo del amo con la criada, teniendo el novio de por medio, con la ciencia quirúgica más avanzada como la de la extirpación de tumores cerebrales.

 

MENSAJE NÚMERO 689: Mayoral define al amo como un raposo. En esta historia nos cuenta la actitud traicionera de este animal. Piensa que el amo va a usar a la Manolica y a dejarla tirada como el raposo, que ni le ves venir y ya te la ha jugado.

 

MENSAJE NÚMERO 690: Sigue mostrándonos cómo el “duelo” es la forma universal de solucionar los conflictos amorosos. Aquí nos ha presentado la versión “pastor”.

 

MENSAJE NÚMERO 691: Arniches deja claro el orgullo de una mujer como Manolica, que desea saldar su deuda y la de su familia de forma honorable. El honor del pobre. El Feminismo de Arniches.

 

MENSAJE NÚMERO 692: Nuevamente Arniches pone en boca de unos padres pobres, lo que les gustaría un matrimonio de conveniencia con el amo. Lo que interesa es  una vida mejor de los padres; la chica que aguante. Estamos en la misma tesitura que en “Serafín el pinturero”, en la Jesusa era obligada a casarse con Lucio, el ganadero que estaba forrado de dinero. Lo mismo que Jesusa, Manolica aguanta la presión.

 

MENSAJE NÚMERO 693: Este maravilloso texto de reverencia a las madres en el Arniches más Feminista, nos deja claro el profundo arraigo de la honradez de un pueblo. Está claro, que si heredas buenas costumbres, es más fácil que tú seas un vehículo para transmitirlas. El honor de la madre en Arniches.

 

MENSAJE NÚMERO 694: Arniches pone de relieve de nuevo, la patología de los celos, la celotipia. La falta de confianza en el ser amado, el miedo a las habladurías del pueblo, todo está embotando la cabeza de Valero, y se muestra fuera de sí, y capaz de hacer una barbaridad como es incendiar la casa. Arniches ha dado verosimilitud a esta posible acción. De eso se aprovecharán sus enemigos.

 

MENSAJE NÚMERO 695: Interesante reflexión sobre el odio y el perdón. Realmente debemos aprender a perdonar a quienes nos hacen daño, ya que con eso conseguimos evitar el odio, que lo único que nos aporta es mantener presente a esa persona y actuar sin control.

 

MENSAJE NÚMERO 696: Arniches nos describe una vez más, el amor incondicional, ciego y desinteresado. El amor de Manolica a Valero.

 

MENSAJE NÚMERO 697: Al igual que en la obra de “Doloretes” con Visentico explicando que el duelo a muerte es una pérdida para los tres, aquí es Manolica quien lo expone muy claramente. Los duelos no sirven para nada, solo para generar dolor.

 

MENSAJE NÚMERO 698: “Cuando una mujer que ha nacido en esta tierra sale como yo y quiere como yo, detrás de su querer, la muerte y naa más”. Estupendo final de la obra, dando un toque más en el feminismo de la obra.