LA CÁRCEL MODELO O LA VENGANZA DE UN MALVADO

 

O

 

EL PRIMER CALAVERA INDULTADO.

 

 

IRENE ALBA EN LA PORTADA (DOÑA VISITA.)

Propiedad de la familia.

Esquema del Acto I.

PLAZA DEL PUEBLO ARENILLAS DEL MAR

 

Estrena esta obra escrita junto a Joaquín Abati el 29 de enero de 1929 en el Teatro Alkázar. Lo califican como Humorada en tres actos en prosa. Pertenece a su Etapa Rural y Etapa Política.

 

Sitúa la obra en su pueblo inventado número 19: Arenillas del mar. Llegará a inventar 54, que los tenemos en el apéndice de este volumen.

 

El dibujo proporcionado en el propio libreto identifica perfectamente el escenario del primer acto. La situación es muy conocida en los pueblos de la costa. En invierno no llegan a 1.000 almas, y en verano superan las 15.000. En este caso, la circunstancia que lo motiva es el Campeonato Automovilístico que se va a celebrar en dicha localidad. Como consecuencia, no hay plazas hoteleras ni de ninguna clase.

 

Arniches nos presenta a dos familias a cuyos miembros no identifica, para que por medio de sus vicisitudes conozcamos la situación de angustia que vivían los forasteros.

 

Esta carrera se llama EL CHISQUIS  y reparte un premio de 500.000 pts. (1,5 millones de €.) Arniches nos cuenta que van a venir los mejores pilotos del momento. Así como con toreros y boxeadores daba nombres reales, aquí se los inventa: Bilincarsis, Frenoy, Angolva, Masval, Quiney, Chiquitapegi, Andova, Mafurcis… Como se ve, siempre mete algún vasco.

 

En la tercera escena nos presenta al calavera protagonista de la historia: Pepe Marculeta Pérez, que tiene a gala el engañar “solo” una vez al mes a su mujer durante los 20 años que llevan de matrimonio. El metre del hotel, con un acento francés muy marcado, le explica que no hay sitio y que el botones Marcelino le sacará el equipaje a la calle.

 

Pepe está gravemente contrariado. Ha dado esquinazo a su mujer, Visita Lacasa, y ha se ha citado con Tula Prendes, Mimí la Vedet y Celia la Morucha, tres mujeres de rompe y rasga, y el conductor Alvarito La Rioja.

 

Su amigo, Paco Gorostiza, tampoco ha conseguido alojamiento.

 

Se les ocurre entonces, hablar con Juanito Maturana, director de la cárcel de Arenillas del Mar, que siempre está vacía, por si hubiese celdas libres.

 

Juanito aparece providencialmente y da su consentimiento con tal de que nadie revele su secreto.

 

Llega el auto conducido por Alvarito La Rioja con las tres mujeres espléndidas. Han tenido un accidente contra un árbol, pero sin graves consecuencias. Marculeta les explica la situación de la cárcel.

 

HISTORIAS DE ARNICHES NÚMERO 142.

 

(Acto I, Escena VI.)

 

MARCULETA.- Pues no, señor… Esta cárcel, que siempre está vacía, es una cárcel cómoda, amplia, suntuosa, blanca, limpia, alegre, con gramófono, agua corriente, aparato de radio, cretonas, flores, pantallas, gas en todos los pisos…, y allí podéis vivir vosotras tres, detenidas, con nosotros tres, en tres calabozos, trianonescos con arroyos de champagne, raudales de alegría, esplendores de amor, libertad absoluta, jamones de Trévelez, y sin otro condenado que éste…

 

ALVARITO.- ¿Yo?

 

MARCULETA.- Condenado a tocar la pianola. Y allí viviréis presas, pero sin otra cadena que nuestros ebúrneos brazos. En estas condiciones, decidme, ¿la cárcel no es algo peliculesco? ¿Algo fosforescente, algo inquietante?

 

Quedan todos conformes en ir. Tula le cuenta a Pepe Marculeta que está segura que un antiguo pretendiente, un tal Indalecio Porras Camomila, le ha seguido y hará una barbaridad si ella no vuelve con él. Está francamente asustada. Pepe no le da importancia y siguen con su plan.

 

Cuando se dirigen hacia la cárcel, Porras aparece siguiéndoles. Arniches lo describe: Sale Porras por lado contrario, sigilosamente, con una cara de traidor que asusta.

              En su monólogo, Porras nos cuentas que “tonteando” detrás de Tula, se ha gastado 45.000 pts. (125.000 €), y que no está dispuesto a dejarla marchar así como así.

 

Mensaje número 766: Arniches nos descubre lo despreciable de este tipo de personas. Como se ha gastado una fortuna cortejando a una mujer, ahora obra como si fuera de su propiedad. Se empieza por cosificar a la mujer para acabar pegándola y maltratándola.

 

De pronto aparece Alvarito que se había separado del grupo y le aborda para sonsacarle el lugar de alojamiento de Tula y los demás. Éste se lo dice.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 385.

 

(Acto I, Escena X.)

 

ALVARITO.- Gracias querido Porras; bueno, y de esto, ni una palabra, que me han recomendao…; se lo he contao a quince o veinte y todos me han prometido…

 

PORRAS.- Por mí como si lo hubieras echao a un pozo artesiano. Anda con Dios.

 

Mensaje número 767: Aprovecha Arniches este personaje para retratar a la alta sociedad sin valores. Alvarito es incapaz de mantener su palabra, pero además tiene un concepto de sí mismo que no está infringiendo ningún precepto si el oyente cumple con lo que él no ha podido cumplir. Es una crítica social a la falta de honor de esta gente.

 

              Porras no puede ser más feliz. Repasa en alto los cinco delitos que están infrigiendo y que les pueden suponer hasta 150 años de cárcel a cada uno:

  • infracción de los reglamentos celulares
  • atropello del código penal
  • mofa del ministro del ramo
  • befa de las disposiciones punitivas sobre establecimientos penitenciarios
  • chufla de lo ordenado en el Real Decreto de 17 de Julio

 

Pues él, que suponía que su venganza era completa ve llegar a la mujer de Pepe Marculeta, doña Visita y sus hijos, hablando con el Marqués de Navachescas, don Rodrigo. Se esconde para escuchar la conversación.

 

Doña Visita tiene una característica al hablar, y es el exceso de diminutivos.

 

(Acto I, Escena XI.)

 

VISITA.- Bueno, niños, dejad aquí el equipajito, ¿eh? Maletitas, sombreritos, necesiritos… Agrupadito, todo agrupadito.

 

Don Rodrigo habla de los excesos que hace su mujer con los baños de sol, y doña Visita le recomienda la lámpara Osram de 500 vatios.

 

Hemos investigado y, efectivamente, en 1929 se ofrecían estos servicios. En la actualidad se llama Lámpara Solar Cuerpo Tanner con bombilla Heliothrapy para bronceado médico de 300 w E27 Ultravitalux Osram. El nombre de Osram proviene de las dos palabras: Osmio y Wolfram. (61)

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 386.

              Visita va a poner un telefonema a Pepe para darle la sorpresa de su presencia en Arenillas del mar, cosa que él ignora por supuesto.

 

(Acto I, Escena XI.)

 

VISITA.- Sí, hija, mira, aquí lo traigo redactado… “Loca alegría, comunícote encontréte alojamiento. Proporciónolo marqués Navachescas. Espérote. Niños bésante. Yo idolátrote. Visítate…” Digo, Visita. Punto.

 

Visita está enamoradísima, para ella llevan 20 años sin una infidelidad.

 

Cuando sale de la oficina de Teléfonos, Porras le asalta y le explica con voz cavernosa la terrible situación de su marido en la cárcel. Ella dice que su voz se había parececido a la de Rambal.

 

Emilio Rambal García (1889- 1956), nacido en Valencia, fue un actor y director de teatro de obras de género policiaco, y hemos encontrado su caricatura de la época.

 

Enrique Rambal García (1889-1956)

www.wikipedia.org

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 387.

 

(Acto I, escena XIV.)

 

VISITA.- ¿Que me interesa?… ¡Porras, ese tono!… Me va usted alarmando por momentos.

 

PORRAS.- (Fingiendo emoción.) No sabe usted, amiga Visita, cuánto siento conturbar la noble alegría la animaba a usted y a sus bellos hijos, recién llegados a esta localidad.

 

VISITA.- ¡¡Porras!!

 

PORRAS.- No sabe usté cuánto deploro yo clavar en su corazón de esposa amante una tan amarga cuan larga espina.

 

VISITA.- ¿Tan amarga cuan larga?… Bueno, amigo Porras, si no me quiere usted ver con erisipela, explíquese pronto, porque no sé qué tragedia me anuncian sus palabras, lentas y puntiagudas.

 

Le cuenta que su marido está en la cárcel y Visita enloquece. Comienza  a gritar.

 

VISITA.- ¡Ah, sí, sí! ¡Cumpliré mi deber como una heroína, como una mártir…! ¡Pepe, Pepe mío, yo te salvaré!

Yo ya no me calmo hasta que no lo vea en libertad. Yo, hasta que rescate a ese infeliz de su cautiverio, ya no dejaré de gritar: ¡Libertad para Marculeta!

 

Desternillante escena en la que Porras trata de calmar sin éxito a doña Visita. Llegan sus hijos y los pone también a gritar por la libertad de su padre. Llegan los transeúntes del inicio de la obra, y como no tienen lugar donde ir, deciden acompañarla a la cárcel pidiendo la libertad de Marculeta. Se forma una auténtica manifestación y se van a la cárcel. Telón y fin del primer acto.

 

 

Final del Primer Acto. Propiedad de la Familia.

 

 

 

 

Propiedad de la Familia.

 

 

El segundo acto, tal y como podemos ver en el dibujo del libreto, nos muestra la cárcel de Maturana.

 

Según miramos la escena a la izquierda en primer término tenemos un locutorio, seguido de dos celdas en segundo término. A la derecha están el resto de celdas. Al foro se ven unas rejas y dos ventanas también con rejas que dan a la calle.

 

Es de día. Marculeta está en la 15, Álvaro La Rioja en la 16, Tula en la 17, Celia y Mimí en la 21 y Gorostiza en la 22.

 

Al levantarse el telón vemos en mitad del pasillo una mesa con un gramófono, otra con unas viandas, botellas y algunas sillas.

 

Todos aparecen alrededor de las mesa con copas de champagne. El Manotas (uno de los presos) habla en “andaluz” y toca la guitarra y Alvarito baila.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 388.

 

(Acto II, Escena I.)

 

MANOTAS.- No me gusta el champán, zeñora.

 

TULA.- ¿Por qué?

 

MANOTAS.- Porque es un vino que no ze sujeta. Ze lo bebe uno y cuando está más tranquilo ze le güerve a zali… por narices y too…

 

Le piden a Tula y al otro preso, Responso, que canten alguna coplita.

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 244.

 

(Acto II, Escena I.)

 

TULA.-                Pulidita carcelera,

sácame de esta prisión.

Te daré el anillo de oro

que me dio el bien de mi amor.

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 245.

 

(Acto II, Escena I.)

 

RESPONSO.-      Veinticinco calabazos

tiene la cárcel de Utrera;

veinticuatro llevo andaos

y el máz oscuro me queda.

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 246.

 

(Acto II, Escena I.)

 

MANOTAS.-       Gitano, ¿por qué vas preso?

Zeñó, por cosa denguna;

porque he cogío un ramá

y etrá ze vino la mula.

 

Le preguntan a Responso por el origen de su mote, y él explica que su padre era “zepulturero”, su madre era de Cadalzo de los Vidrios, y a él le dio por el timo del entierro. Robaba durante los entierros. Reconoce que se puso las botas durante la epidemia de la gripe de 1918.

 

Arniches nos hace pasar muy buenos ratos con las anécdotas de los presos, con una rata que se llama “Paquita” que está viuda por culpa del gato, con los cantes, la guitarra, el gramófono para bailar el chotis…

 

De pronto, quitan la música porque se escucha un griterío desde la calle… un murmullo… parece que dicen: “¡Libertad para Marculeta!”

 

Viene Benigno a informar de la situación: hay una señora con sus hijos que quiere ver a José Marculeta Pérez, se llama doña Visita Lacasa de Marculeta, vive en la calle Ave María Purísima, 37, principal. Madrid. Barrio de Embajadores.

 

 

Aquí vive en el número 37, principal VISITA LACASA DE MARKULETA esposa de PEPE MARKULETA.

 

Su nombre legendario parte de la supuesta exclamación (¡Ave María!) que se le escapó a Simón de Rojas con ocasión de un macabro suceso. La versión popular/tradicional recogida por Mesonero Romanos y luego repetida y retocada relata que habiendo insistido el santo Simón ante Felipe III en demoler las viejas viviendas que había en aquel paraje, por sospecharse que eran casas de mal vivir, ocurrió que en el proceso de demolición aparecieron restos humanos hacinados en unos pozos. No se especifica cuánto tiempo llevaban allí. El cronista Pedro de Répide, por su parte, da una versión más documentada históricamente, según la cual, tomando ejemplo de la ayuda que el beato Juan de Ribera había dado a Felipe III de España en el proceso de expulsión de los moriscos valencianos, Simón de Rojas se ofreció a su vez para continuar la tarea en los arrabales de Madrid, vecinos al convento de la Trinidad donde el religioso tenía casa y fundación de la Congregación del Ave María. Consumada la limpieza, Rojas le dio a la calle aquel nombre, para «celebrar su triunfo y como purificación del lugar».4 (62).

 

Pepe cae desvanecido sobre un taburete. Maturana decide que se debe “fingir” la detención de Marculeta durante la visita, para ello Pepe se pondrá un pijama a rayas y se alborotará el pelo.

 

Pepe le asegura a Maturana que él le salvará, hará una actuación estelar que ni Zacconi.

 

Hemos investigado a Ermete Zacconi (1857- 1948); fue un actor de teatro y de cine italiano y hemos localizado su foto.

 

 

ERMETE ZACCONI. www.wikipedia.org

 

Entran doña Visita y los tres hijos llorando a ver a Pepe. Se besan de forma dramática. Visita pregunta por la causa de la detención y Pepe le da evasivas, que no le pregunte, que le puede el llanto… Finalmente le cuestiona por los folletos políticos… y Pepe se viene arriba:

 

DISCURSOS DE ARNICHES NÚMERO 19.

 

(Acto II, Escena II.)

 

MARCULETA.- No sé, no sé…; es que hay días que le da a uno por los folletos, sin saber por qué… ¡Impulsos trágicos, de origen desconocido y telúrico! Además…, yo no podía consentir que la inquietud latente en las multitudes de todos los pueblos del planeta, condensación de injusticias  milenarias, no tuviese un eco resonante en las esferas, en los nuevos mundos, en los mundos gráficos, positivos y categóricos del derecho universal… Mira esa estampa… (Me he metido en la prensa gráfica.) Esa estampa de miseria en el proletariado del planeta… ¡Quién permanece insensible a su doloroso plasticismo misérrimo!… ¿Que sufro yo?… ¡Y qué importa!… Sobre las almas que se holocaustan en sacrificio perenne al bien de las multitudes se fundan los derechos universales y humanos, que manumitirán a los pueblos en lo devenir.

 

VISITA.- ¿En lo de venir quién?

 

MARCULETA.- ¡Ah, no! ¡No me preguntes nada! El sacrificio me exalta, la pasión me eleva… Cumplí mi deber y heme aquí holocaustado al sacrificio universal. ¡Nada más!

 

VISITA.- ¡Ay, Pepe, qué bien hablas!

 

Marculeta consigue que Visita que ha sido Porras el que le ha informado de todo. Además, le cuenta que Porras ha telegrafiado al Ministro de Justicia…

 

Marculeta entra en pánico. Visita le ofrece cloroformo para dejar dormido a Benigno, quitarle la llave y hacer un cambiazo: él se viste de mujer y se va con los niños dejándola a ella en la celda, pero Benigno se despierta y lo vuelve a encerrar. Visita promete volver con un plan distinto.

Cuando se va Visita, todos, aterrados deciden coger sus maletas y marcharse antes de que el ministro tome medidas en el asunto. Le indica a Maturana que si su mujer vuelve que le diga que le está esperando en Palancar de Abajo.

 

Ya están todos dispuestos cuando llega Benigno todo alterado. Hay dos Policías del pueblo custodiando la entrada y salida de la cárcel, y dos señores de La Dirección de Penales que preguntan por el Director de la cárcel. Maturana, entonces ordena la vuelta a las celdas de cada uno y se dispone a recibir a los dos enviados de la Dirección de Penales.

 

El de mayor rango se llama Sarmiento y Arniches lo describe como “un señor de cara fiera, pelo blanco, barba abundante, blanca, y bigote blanco. Habla en tono severo.”

 

              Trae una orden del señor ministro para destituir a Maturana. Todo se basa en una denuncia de un tal Porras en la que asegura que se da mucha libertad a los presos, que beben y cantan dentro de la cárcel.

 

Se va a realizar una inspección para verificar tales extremos. Comienza con Marculeta.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 389.

 

(Acto II, Escena V.)

 

 SARMIENTO.- ¿Qué edad tienes?

 

MARCULETA.- Arañando los cuarenta.

 

SARMIENTO.- ¿Arañando los cuarenta?… Pues no te deben quedar uñas porque tienes cara de carcamal.

 

MARCULETA.- ¡Igualmente!

 

SARMIENTO.- ¿Qué?

 

MARCULETA.- Que igualmente me han dicho otras veces, sí, señor.

 

SARMIENTO.- ¿Cómo te llamas?

 

MARCULETA.- Como ayer, pa servir a usted

 

Lo declara como peligroso por querer ocultar información y sigue con la inspección. Encuentran el champán y los bocadillos. El ayudante de Sarmiento, Martínez se va comiendo las viandas que encuentra y las apunta en el informe. Sarmiento está que brama contra el libertinaje y Marculeta le responde con un inflamado discurso que reproducimos:

 

DISCURSOS DE ARNICHES NÚMERO 20.

 

(Acto II, Escena V.)

 

MARCULETA.- Ninguna responsabilidad puede alcanzar por ello al señor director de esta penitenciaría. Lea usted a Lombroso, a Mecachef, a Bonacursis, a todos los criminólogos modernos, y todos convienen en que al preso debe dársele celda limpia, aseada, risueña…; rodeársele de todo cuanto pueda recordarle el bien que gozó en libertad: champán, bocadillos, fiambres, habanos, guitarras… Y entonces serán sus pensamientos risueños, limpios, generosos; y ya no tendrá más ansia que reconquistar el perdido bien de su llorada libertad para gozar, en una regeneración fecunda y provechosa, los múltiples bienes de seis a siete…

 

SARMIENTO.- (Con ira.) ¡Ocho!

 

MARCULETA.- De seis a siete…

 

SARMIENTO.- ¡Ocho días de celda de castigo, por charlatán!

 

MARCULETA.- ¡Recuerno!

 

SARMIENTO.- Y ni Lombroso y Matacurchis, ni Bacanichef, ni los demás camelos que ha tenido usted la avillantez de largarme, le van a librar de pasar ocho días a pan y agua.

 

.

 

Ezechia Marco Lombroso: Cesare Lombroso (1835- 1909)

www.wikipedia.org

Tras este espectacular discurso hemos investigado a Lombroso, ya que los otros dos nombres son inventados. Llevaba muerto 20 años cuando se estrena la obra, eso quiere decir que Carlos Arniches se mantenía al día de las nuevas investigaciones en todos los campos.

 

Fue un médico y criminólogo italiano, comenzó sus estudios de medicina con 17 años y los terminó con 23, fue profesor a los 31 en el año 1866, justo en el que nace Carlos Arniches. Desarrolló las teorías que ya puso de manifiesto en el sainete rápido de La pareja científica, como que ciertos rasgos físicos podían indicar una tendencia al delito: asimetrías craneales, de mandíbula, orejas, arcos superciliares… Además vio que otros factores como alcoholismo, densidad de población  en el lugar de residencia, alimentación, grado de civilización, posición económica etc. podrían inclinar más hacia delinquir.(63).

 

Sarmiento continúa con su investigación y determina:

 

(Acto II, Escena V.)

 

SARMIENTO.- A la noche, el director expedientado; cada recluso saldrá para un penal distinto y esta cárcel será una cárcel modelo, yo se lo aseguro a usted… Severidad, energía, disciplina, rigor… ¡No hay más! (Se frota las manos de gusto.)

 

              Ya ha salido el título de la obra por boca de este inspector, así que dudamos mucho de que se cumpla, pero no adelantemos acontecimientos que puede que nos llevemos alguna sorpresa.

 

Cuando salen todos de sus celdas y ven a semejante carcamal le comparan con un oso blanco, pero en plan de guasa se preguntan si no había acabado con ellos un personaje muy conocido en Madrid llamado Cecilio Rodríguez.

 

Pues bien, investigando sobre este señor hemos visto que fue jardinero municipal y que tuvo la feliz idea de poner verjas en el Retiro para proteger a las plantas. Las puso con espinas y recibió varias denuncias por accidentes y heridas sufridas por los niños que jugaban en sus inmediaciones.

 

Tras ser destituido y repuesto en su puesto tras la guerra civil, hoy podemos ver su busto en el mismo parque del Retiro.

 

Cecilio Rodríguez. Jardinero. (1865- 1953)

 

 

Cuando salen las reclusas con las piernas y brazos al aire, las va manoseando a todas y preguntándose quién puede tolerar semejante falta de decoro. Manda vestirlas con el pijama reglamentario y a los hombres que los pelen al cero.

 

Tula anima a Mimí y a Celia para que conquisten a Sarmiento y a Martínez o no saldrán nunca. Se acercan a él y se suben un poco más la falda, se bajan un poco más el escote… ¡Sarmiento pide agua!

 

En la siguiente escena salen pelados como tres melones Marculeta, Gorostiza y Alvarito. Sarmiento pide una vara a Benigno para pegarles si hay indisciplina.

 

Desde fuera vuelven a oírse llantos, gritos, ayes, lloros, voces desaforadas, siendo la de doña Visita la que más se oye.

 

Doña Visita seguida de los niños. Tiene la ropa rota a jirones, está despeinada, y grita: “¡Ya estoy aquí para nueve años!” (Cae en los brazos de Pepe, transportada de emoción.) Le cuenta a Pepe que ha pegado al alcalde y a nueve concejales para que la acusen de desorden público y desacato a la autoridad, y así asegurarse de entrar en la cárcel y que no se saldara con una simple multa.

 

Benigno entra con la vara, Visita se la roba y comienza a palos con Sarmiento y Martínez que la quieren separar de Pepe.

 

Estando en esta pelea llega Porras exhibiendo un documento por el que destituyen a Benigno como carcelero y le nombran a él para el puesto. Coge la vara, golpea el suelo con furia y manda a todo el mundo a su celda con gran furia y violencia, y finaliza el segundo acto. Baja el telón.

 

Mensaje número 768: Arniches comienza a dar destellos de su crítica política de esta obra. Un hombre que se ha ganado la confianza del ministro de Justicia gracias a la denuncia interpuesta, ahora se hace con un cargo en la cárcel a costa de la destitución de Benigno. Comienza a verse la corrupción.

 

             

 

 

 

Propiedad de la Familia.

 

El tercer acto presenta una distribución propia de una película. Podemos ver al mismo tiempo lo que ocurre en tres estancias de la cárcel, dos celdas a derecha e izquierda y un pasillo central con puerta al foro.

 

En cada celda se ve un camastro y algún taburete. En la celda de la izquierda para el espectador habrá un agujero debidamente tapado. Es de noche.

 

En la primera escena vemos en el calabozo de la izquierda a Tula, Celia, Mimí, Responso, Manotas, Gorostiza y Alvarito.

 

En la de la derecha vemos a doña Visita escribiendo sus memorias.

 

Tula anima a los que están cavando. Alvarito pide el reemplazo, ya no puede más.

 

Doña Visita nos cuenta que está imitando a Silvio Pellico al escribir en prisión.

 

HISTORIAS DE ARNICHES NÚMERO 143.

 

(Acto III, Escena I.)

 

VISITA.- (En la otra celda, leyendo lo que ha escrito.) “¡Emerge de mi calabozo un hálito tal de melancolía…!” Bueno, aquí tengo una hache y no sé si ponerla en emerge o en hálito, porque en melancolía no me ha sido posible…, no hay hueco. Estoy escribiendo mis memorias a semejanza de Silvio Pellico. Creo yo que imitando a Pellico tendré un tinte de figura histórica muy interesante. Tal vez semejo a María Antonieta en la Conserjería. Había pensado escribirlas en francés, que es más elegante, pero tropecé con una dificultad: que no sé francés. Aquí tengo el primer capítulo: (Leyendo.) “Mi infancia. No recuerdo dónde nació mi padre; no tengo la menor idea de dónde nació mi madre, y no puedo precisar a punto fijo dónde vi la luz primera.” ¡La verdad es que unas memorias en que no me acuerdo de casi nada, era mejor haberlas escrito en francés, aún sin saberlo!…

(Escribe en silencio, golpeándose la frente como para excitar la memoria.)

 

Silvio Pellico (1789- 1854)

www.wikipedia.org.

Silvio Pellico (1789-1854) fue un patriota y poeta italiano. Es ingresado en prisión en Santa Margarita y después en Venecia en 1821. Compone varios “cánticos” y dos “tragedias” para el teatro. Se le juzga por rebelión política y se le condena a muerte, que después le conmutan con cadena perpetua en Brno. Indultado en 1830 escribe su obra más importante: “Mis prisiones”, que es a la que se refiere Visita. (64). Llega Porras con el ruido de las llaves y una linterna. Todos paran en sus trabajos. Él declama:

 

(Acto III, Escena II.)

 

PORRAS.- ¡Ah, sí!… ¡Todo el odio negro, colérico, que me achicharra la entrañas es está revancheando a tutiplén!  Abre las ventanas para que el amanecer deje pasar su luz. Marculeta está a pan y agua. Tula a habichuelas…

 

Lo que no sabe es que Martínez está colado por Mimí, y le está dando favores dentro de la cárcel.

 

Cuando se va Porras aparece sigilosamente Marculeta, se acerca a la celda de la izquierda y da la contraseña: “¡Venganza y evasión!” Abraza a Tula. Mientras escuchamos a Visita el nuevo capítulo que ha comenzado: “De la fidelidad perruna de mi enamorado esposo”. Vamos, que sigue sin enterarse de nada. Pepe atraviesa el pasillo para ir a ver a Visita.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 390.

 

(Acto III, Escena IV.)

 

VISITA.- Pepe de mi alma, dime cómo has podido venir hasta mis brazos convulsos.

 

MARCULETA.- Arrostrando peligros caóticos, arrastrándome por las encrucijadas carcelarias, tronchando cerrojos, arrancando puertas…

 

VISITA.- ¡Jesús!

 

MARCULETA.- Puerta que se me ponía por delante, puerta que pulverizaba.

 

VISITA.- ¿Pero cómo? ¡si a ti la naturaleza no te ha hecho hercúleo!

 

MARCULETA.- La naturaleza no me ha hecho hercúleo, pero el amor me ha hecho heroico, y por llegar a tu lado hasta los hierros más gruesos y los muros más espesos se abren a mi paso…

 

VISITA.- ¡Oh, vida mía! ¿Cómo te pagaré este amor?

 

MARCULETA.- En voz baja; págamelo en voz baja, por lo que más quieras.

Hablan de fugarse. Le previene que Porras es hermano de Frasquito Mendoza, un alto cargo en Penales, y por eso abusando de su influencia le dirá que él está preso con su amante, que también es una presa. Visita se ríe incrédula. Y le dice que además es una presa que no es una presa. Más risas.

 

En el capítulo 149 de este mismo volumen explicamos la vida de Frasquito en el Universo Arniches, resulta apasionante.

 

Mientras tanto, los de la celda de al lado ya han terminado el agujero, y cuando se disponen a meterse para huir, ¡aparece Sarmiento!

 

Alvarito lo había calculado mal. Marculeta les dirige la huida hacia el despacho del director. Él se queda con Visita y Tula se queda con Sarmiento. Comienza a seducirle. Sarmiento cede, se empieza a reír… y llega Martínez que trae un mensaje de Olegario Mínguez, secretario del Director de Penales: se suspende el expediente.

 

Tula con Sarmiento y Martínez con Mimí se van abrazaditos por el foro.

 

Marculeta y Visita los ven marchar. Pepe dice para sí: “Bueno, he hecho una jugadita. Se me beben el champagne, se me comen las conservas, se me llevan las mujeres…”

 

Llega Porras y Marculeta se esconde. Comienza a interesarse por las memorias de Visita y aprovecha para contarle lo calavera que es su marido y que debía castigarlo. Visita llama a Pepe, lo sienta y lo abraza dándole besos. Hay que tener en cuenta que esta escena en 1929 podía ser declarada de ¡sexo explícito!

 

(Acto III, Escena VIII.)

 

VISITA.- ¡Abrázame, Pepe… y no sueltes la presa hasta que nos comamos a besos! (Besándole con entusiasmo.) ¡Toma, traidor! (Beso.) ¡Toma, canalla! (Beso.) ¡Toma, miserable! (Beso.) (A Porras.) ¿Ve usted cómo lo castigo?

 

Porras, derrotado, se va.

 

Llega Maturana y explica que ha realizado un viaje relámpago a Madrid para explicarle la situación al Ministro, y que éste le ha perdonado. Le van a cambiar de penitenciaria, pero no va  a haber represalias para ninguno de los falsos presos.

 

Todos felices, cada uno con su pareja, y Visita que es esperada por el ayuntamiento en pleno para honrar su actitud heroica ante el encarcelamiento de su marido.

 

Benigno aparece con el documento que le restituye en su puesto y que mete en la cárcel a Porras por usurpación del mismo.

 

Cuando ven cómo encarcelan a Porras, Visita le suelta la frase que resume la obra:

 

(Acto III, Escena XI.)

 

VISITA.- La envidia y la traición se quedan donde merecen: en una mazmorra.

 

Telón y fin de la obra.

 

MENSAJES DE ARNICHES

 

MENSAJE NÚMERO 766: Arniches nos descubre lo despreciable de este tipo de personas. Como se ha gastado una fortuna cortejando a una mujer, ahora obra como si fuera de su propiedad. Se empieza por cosificar a la mujer para acabar pegándola y maltratándola.

 

MENSAJE NÚMERO 767: Aprovecha Arniches este personaje para retratar a la alta sociedad sin valores. Alvarito es incapaz de mantener su palabra, pero además tiene un concepto de sí mismo que no está infringiendo ningún precepto si el oyente cumple con lo que él no ha podido cumplir. Es una crítica social a la falta de honor de esta gente.

 

MENSAJE NÚMERO 768: Arniches comienza a dar destellos de su crítica política de esta obra. Un hombre que se ha ganado la confianza del ministro de Justicia gracias a la denuncia interpuesta, ahora se hace con un cargo en la cárcel a costa de la destitución de Benigno. Comienza a verse la corrupción.

 

MENSAJE NÚMERO 769: Reconocemos un cambio en la actitud de Carlos Arniches frente a los calaveras maduritos, a los viejos verdes como es el caso de Pepe Marculeta. Aquí es ligeramente castigado con un corte de pelo al cero, es cierto, pero Arniches lo rodea de una mujer incapaz de ver la realidad, con un amor ciego por él, que al final se convierte en su salvadora. Casi podemos decir que el ligón infiel se va de rositas.

 

MENSAJE NÚMERO 770: El castigo lo recibe el “chivato”, el “envidioso”, que no traidor, como le llama Visita. Porras no traiciona, sólo filtra la información para lograr su venganza. Nos está mandando el mensaje de que la envidia recibe su castigo en el mismo acto en el que se muestra.

 

MENSAJE NÚMERO 771: La corrupción política sube de nivel en el final de la obra. Si al principio vemos cómo Porras se sirve de contactos e influencias para lograr un puesto de trabajo, vemos después a Sarmiento y Martínez sucumbir ante los encantos de Tula y Mimí; además, al final, la solución del problema llegará por medio de otra acción del ministro perdonando a quienes habían infringido la ley y dejándolos sin castigo.