LA FIERA DORMIDA
O
EL PODER DE LA RECONCILIACIÓN
Lola Membrives en la portada de la obra.
Se estrena esta obra el 17 de Marzo de 1938 en el Teatro Cómico de Buenos Aires. Pertenece a su Etapa Moralizante, Etapa Feminista y de Etapa de Crítica Social. Es su obra en solitario número 80.
En el primer acto vemos una modesta habitación de una familia humilde cuyo ventanal da a los tejados de las casas fronteras. Al fondo se ve una torre de una iglesia. Es un cuarto entre comedor y gabinete. Mesa de comedor, sillas deterioradas, dos cuadros viejos de cromo…, todo indica pobreza y descuido. Son las últimas horas de la noche. Va a amanecer. Se ve por el ventanal abierto un trozo de cielo con algunas estrellas y el pálido fulgor del día naciente. Vemos a Amparo, dormida de bruces sobre la mesa con dos cubiertos en mantel blanco. Dos panes están sin partir y una fuente con viandas sin empezar. El vino sin servir. Se ve que no han cenado. Ilumina la habitación una sola bombilla de luz mortecina. La ventana está abierta. Empiezan a entrar por ella las primeras claridades del día. Suenan las cinco en el reloj lejano de la torre de una iglesia. A poco se escucha el toque de alba. Va clareando más. Repite las cinco el reloj de la pared de la casa, un viejo reloj de timbre agudo.
Amparo se despierta y comprueba con desconsuelo que Manolo no ha venido; se lo pidió y el se lo juró, era su 20 aniversario de boda. Va clareando el día. Se asoma su padre, el señor Neme, quien se asombra de verla ya despierta. Se acerca y comprueba que no ha cenado, que le ha estado esperando…
Le regaña porque debía ya estar curada de “esas romantiquerías”.
Se apena de que llore, ella una mujer buena; las mujeres malas se “maquillean” y les ganan la partida.
Amparo se levanta y se va a buscarle. Sospecha de una mujer. Quiere saber dónde ha pasado la noche y con quién.
El señor Neme se come lo que queda de la cena y se vuelve a la cama.
Se despierta la hija de Amparo, Consuelito. Se lava y se prepara el desayuno protestando por lo descuidado que está todo.
Se asoma Felipe, novio de Consuelo, por la ventana.
Se levanta Quique, el hijo menor. Su ropa tiene tantos agujeros que no le dejan ir así al taller, que va a que le enseñen, no a enseñar él…. (Chiste ya empleado en Los chicos de la escuela- 1903)
Ven por la ventana a Telesfora colgando ropa. Una moza jamona subida en una silla. Está de espaldas y se le ven las piernas torneadas y exuberantes. Descripción de Arniches.
Ligan los dos con la buena moza.
Consuelito sale y cierra la ventana enfadada con los dos, y se monta una buena discusión donde todos se dicen las verdades a la cara. El abuelo se siente culpable por saber que Manolo tiene una amante y no decírselo a su hija; Consuelo, porque sabiéndolo, acude a la casa de esa señora…porque la protege con sus amores con Felipe…; Quique también va a por tabaco…
La excusa que dan es que en esta casa no se puede vivir, casi no se come, no se viste y está todo hecho un asco…
Mensaje número 1014: Carlos Arniches presenta a la Madre como el alma del hogar. Si la madre está bien, el hogar funciona, está limpio, la comida a su hora, la ropa planchada… Si la madre se rompe, ya no hay hogar, no hay familia, no queda nada más que dolor y tristeza.
Amparo se siente engañada por todos: traición, disimulo, silencio…Agarra a Quique con fuerza…, Consuelo explota y le recrimina que sólo tiene horas para su marido, que todo lo demás no le importa nada…, ella contesta que vive en un mundo de tinieblas y que solo desea que todos se vayan para caer por el precipicio y acabar con la vida en este mundo sin saber si alguien la ha querido alguna vez…
Y en este trágico momento llega el que faltaba, Manolo. Pregunta por la causa de esas caras tan largas y los manda a cada uno a su cuarto. Se queda a solas con Amparo. Ésta le pide explicaciones de su retraso de toda la noche y le cuenta que el Maestro del taller había despedido a uno, Evaristo el Zurro, que a la salida del trabajo Evaristo les estaba esperando y que mandó al hospital al Maestro…, le descerrajó dos tiros.
Amparo quiere creerle. Quiere morirse en ese momento escuchando que le quiere, que no hay nadie más…
Manolo se levanta ofendido porque ella no le cree…, entonces Amparo… ¡le pide perdón…!
Cuando Amparo va a limpiarse las lágrimas, Manolo, que la mira serio, pone gesto de despreciarse a sí mismo y se da una bofetada. Sale Nemesio y le da otras dos. Amparo, al salir pregunta por las palmadas que ha oído…
Sube Ramírez, el aprendiz del taller preguntando por Manolo, que lleva 3 días sin aparecer por el taller. Amparo no lo ha oído porque está colgando una toalla en la ventana de la cocina.
Se disponen a preparar el desayuno ante la angustia de no tener nada. El padre debe bajar a la tienda y pedir que le fíen media libra de chocolate y dos panecillos…, ella debe planchar la camisa y coserle los botones, Quique tiene que calentar la leche…
Amparo no atina y se ha dado ya más de veinte pinchazos…, cuando va a planchar la camisa la quema con la plancha…, la leche ha hervido, se ha quemado y está saliéndose… Neme sube sin haber conseguido nada.
Manolo se va a desayunar al bar, dice que no le esperen a la hora de comer, y deja a Amparo sumida en la mayor de las tristezas.
-¡Qué casa! ¡Qué desastre! –se le oye decir a Manolo bajando las escaleras.
(Acto I, Escena XII.)
AMPARO.- ¿Qué dirá cualquier mujer que le vea? ¡Que soy una desastrá, una sucia!… Yo, que quisiera… ¡Maldita sea!… ¿Por qué no se morirá una?… (Se desespera y llora.)
Mensaje número 1015: La culpa recae sobre la mujer de la casa en todo momento. Arniches denuncia esta injusticia de la sociedad de su tiempo. Ellas perpetúan esa costumbre. Para ellas la imagen que da el marido en la calle es la imagen de la casa, es su imagen, habla de ellas mismas como buenas “amas de casa”.
Sube la señá Bruna, que es una mujer medio bruja, vieja, sentenciosa. Sube con un lío de ropa en la mano y una bolsa grande. Se asoma cautelosamente. (Descripción de Arniches.) Amparo ha seguido las indicaciones que le ha dado; ha puesto el ala de murciélago en la puerta y ha rezado la oración que le indicó…, pero no ha funcionado con su marido. Ahora le pide que le eche las cartas.
Quiere saber si Manolo le quiere, si tiene otra mujer y dónde vive. Despotrican de los hombres.
CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 477.
(Acto I, Escena XIII.)
SEÑÁ BRUNA.-Al cielo subiría yo a toos los hombres, pero pa dejarlos caer dende arriba; porque escucha cordera: ¿tú sabes lo que hay en el mundo peor que un hombre?
AMPARO.-No, señora…
SEÑÁ BRUNA.- ¡Dos!
Como se ha nublado, Amparo quiere encender otra luz, pero la señora Bruna sentencia:
-¡Deja!… ¡El sol es mal amigo de la verdá! ¡Hija mía! En la sombra ves mejor las cosas; naa te deslumbra… El sol, hasta a las mujeres las engaña; las acaricia dos días y las hace creer que son morenas. (Ríe.)
Mensaje número 1016: Nuevamente Arniches nos habla de una de las costumbres de la época: los baños de sol. Se estaban cambiando las costumbres, se estaba pasando de protegerse del sol a llevar bañadores más escotados y a potenciar los beneficios de la luz solar. Los cánones de belleza también iban cambiando: se pasa de la palidez extrema a buscar el moreno de la piel.
La señá Bruna echa las cartas y va acertando en todas las previsiones: el caballo de bastos es Manolo que la quiere, el dos de espadas es alguien que se atraviesa, la sota de oros es una mujer rubia tan guapa como el as de oros y, el seis de bastos indica que es rica, lista y atractiva; los dos doses y el cinco de espadas indican que hasta los de su familia la visitan, el rey de espadas dice que él la quiere… Amparo en un arranque de furia, grita, tira las cartas, tira la mesa, no quiere saber más, no cree en eso…
Así y todo, le pregunta: “¿qué podría yo hacer pa que no me robaran su cariño?”. Bruna le contesta que deberá seguir todas sus indicaciones sin achicarse.
-Tú aún pues presumir…
-¿Cree usté?
-Eres alta, fuerte… Si te cuidaras, serías elegante, tan fina, de tanto señorío como la que más.
-Sí, señora.
-Pues no dejes que el amor te arrumbe… Ríe a la vida… ¡Arréglate!… Quítate esas cejas gordas…, alárgate los ojos…, sombréatelos…, date rímel…, tú, que los tienes negros como la mora…, y en la cara date colorete, carmín, polvos morenos… ¡Too lo que se estila!
-Pero ¿too eso?
-Píntate los labios, que te achiquen la boca.
-Pero ¿too eso?…
-Tu hija tiene su cajita de cosas…; yo la he vendido muchas… Ella siempre va arreglá como un maniquí… Cógeselas…
Mensaje número 1017: “No dejes que el amor te arrumbe… Ríe la vida… ¡Arréglate!” La fórmula que ha funcionado toda la vida. No debes sólo amar y lamerte tus heridas, debes quererte a ti misma y cuidarte, arreglarte y así gustarás más.
Se ponen a la tarea, comienzan depilando las cejas, pintando los labios, poniendo colorete… y llaman a la puerta. Es Román el carbonero que viene por los 60 duros que le debe (300 pts. que son 900 € al cambio.)
Bruna se va y Román entra. Cuando la ve, no la reconoce de lo pintada que está. Incluso pregunta si es éste el quinto piso… Se sienta, comienza a hablarle de la deuda, de los 6 niños que tiene que alimentar, de la enfermedad de su señora…, pero no puede seguir de la risa que le da la cara de Amparo.
CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 478.
(Acto I, Escena XIV.)
ROMÁN.-Por Dios, señora Amparo, que yo de lo que me río, comercialmente hablando, es de la…, vamos…, de esa cara que lleva usté hoy, que no es la de toos los días, seña Amparo, ¡qué demontre!
AMPARO.- ¡Esta es la cara que Dios me ha dao!
ROMÁN.- ¡Quiá!
AMPARO.-Sí, señor…
ROMÁN.-Pues se conoce que esta noche, cuando se ha dormido usté, se la han cambiao. Porque, vamos…, ¡ja, ja, ja!, esa boca, y esos ojos, y esos colores…, ¡ja, ja!.. ¿Usté s’ha mirao?
Amparo echa de su casa a Román, que se va muerto de risa, sabe que ha perdido su dinero pero se ha pasado un rato divertido y que aún le dará más caña con los amigos en la taberna.
Entran Neme y Quique y revientan de risa ante la cara de Amparo.
-¡Basta he dicho!… –les grita Amparo-, ¡No, no me sirve nada!… ¡No tengo remedio!… Fuera todo…, ¡todo!… –trata de despintarse nerviosamente con una toalla y se llena la cara de chafarrinones negros y colorados que le dan un semblante grotesco unido a su dolor-, ¡Todo al suelo!… ¡Lejos de mí!… ¡Que hasta lo que pa las otras es hermosura y alegría pa mí es fealdá y burla!… –tira los afeites y el espejito-, ¡Sí, fealdá y burla!.. –los pisotea-, ¡Sí, fuera, fuera todo!
Cuando entra Consuelo y ve el cuadro, Amparo le explica que tenía la ilusión de ser más guapa para buscar un querer que no tiene, que tiene igual de oscura su alma, y llora. Todos la abrazan y se baja el telón. Fin del primer acto.
El segundo acto en su primer cuadro, nos muestra la misma decoración del primero. Es de día.
Arniches comienza con una broma sobre la economía de mercado. Neme quiere que le fíen, eso es economizar. Lo demás es un cuento.
CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 479.
(Acto II, Cuadro I, Escena I.)
NEME.- Pero lo intolerable es que bajes a la tienda, como me acaba de pasar a mí, que entres a ver si te fían medio kilo de judías y que te digan: “¡Hombre, ha tenido usté desgracia! Ya no nos quedan judías… ¡Esta mañana las hemos bautizao a todas!…” ¡Pa quemarles el establecimiento, hombre! ¡No se pue tolerar eso, no! ¡No se puede!…
Llega Bruna y cuenta Neme cómo abandonó su oficio de pintor por un accidente de trabajo. Es el chiste de uno pintando los techos en un manicomio y unos locos le gritan: “¡agárrese a la brocha, que necesitamos la escalera!”
CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 480.
(Acto II, Cuadro I, Escena II.)
NEME.- Yo fui con cierta escama, porque siempre les he tenido miedo a los locos; pero ¡nada! Me trataron con un cariño que me daban cigarros, me daban conversación… y, ¡claro!, yo les perdí el miedo… Pero un día, cuando más confiado estaba yo en lo alto de una escalera de cuatro metros dándole pintura al techo, se arriman dos señores muy serios y me dicen: “Maestro, agárrese usté a la brocha, que necesitamos la escalera…” Y me la quitaron de golpe, y quince días en la cama del batacazo…, y la pierna resentida, y el brazo dislocao…
Comentan que Manolo se ha marchado hace dos días y no ha vuelto. Consuelo también se ha ido con Felipe y que está viviendo la vida de la noche y de la fiesta. Hablan de Amparo que está que no vive, averiguando, acechando… Quique debe estar con una mujer que lo tiene vestido como un rico (Su traje cuesta 85 pts. que son 255 €.)
Éste confiesa avergonzado que es la misma señora la que le viste, le compra tabaco, le da 12 pts. diarias para sus vicios… (36 €.)
Viene Carmina, hija de Bruna, con la compra. Neme se aprovecha y desayuna un par de huevos. En esto que sube Bruna ayudando a Amparo que llega desmayada. Bruna baja a su casa por caldo.
Amparo afea la conducta de su padre, que acude a la casa de la señora que le ha robado su marido. Reniega de Neme y lo echa de su casa, eso sí, antes de salir y aprovechando que sube Bruna, se bebe el caldo.
Ha conseguido ver el lugar donde Manolo dejaba la llave debajo de un ladrillo, la ha cogido y ha hecho una copia, ahora tiene la llave de la casa de la amante de Manolo. Tiene decidido ir allí a despedirse de él para siempre, tiene previsto mudarse de casa.
Amparo se despide de su casa, de su casa fea y desatendida, sucia y desordenada, sin comida ni comodidades…
-¡Pobre casa mía!… ¡Casa de mi dolor, casa de mi querer!… –se lamenta Amparo-, ¡donde tanto he esperao, donde tanto he sufrido!… ¡Me voy de ti para siempre!…
Mensaje número 1018: Arniches nos está proporcionando una comparación del alma con la casa de cada uno. Amparo tiene el alma negra por el dolor de los celos, el desamor de los hijos, la traición de su padre y el abandono de su marido. Amparo tiene la casa igual que su alma: sucia, descuidada, fría, fea y vacía.
Se lleva un cuadrito del Sagrado Corazón de Jesús para que le acompañe y le perdone. Abre la puerta y mientras la cierra se baja el telón.
El segundo cuadro nos muestra la habitación de Felisa, la amante de Manolo. Gabinete modesto, pero limpio hasta la pulcritud, y coquetón, con esa coquetería un poco trasnochada de la gente humilde que pretende ser elegante. Amparo, en el silencio, rechina la cerradura. La abre una mano trémula. La puerta cede lentamente. Entra silenciosa y tenue, como una sombra. Se quita el antifaz. (Descripción de Arniches.)
Amparo está en un grado de excitación terrible. Nota el corazón en la boca. Descubre el retrato de Manolo y lo quiere estallar…, pero se detiene y lo coloca de nuevo. Llora. Los presiente llegar, oye sus risas, su alegría y se esconde en un cuarto lateral.
Isabelita y Juana suben a ponerse los disfraces al piso de arriba con Lola y Antoñita. Se quedan solos Manolo y Felisa. Amparo escucha cómo hablan de ella, de la falta de amor de Manolo, del desastre de vida de su hijo, de que si su hija quiere meterse aquí…, y aparece Amparo, lívida, espectral, como una furia, temblorosa, con los dedos engarfiados. (Descripción de Arniches.)
(Acto II, Cuadro II, Escena III y IV.)
FELISA.- Te lo vengo diciendo (A Manolo.) y no de ayer… Porque lo que te ha pasao a ti es que ni tu casa ha tenido gobierno ni tú has tenido mujer ni tus hijos madre.
AMPARO.- (Saliendo de la oscuridad.) ¡Ni usté una mano que la estrangule!
FELISA.- (En el colmo de la sorpresa y el espanto.) ¡Jesús! ¡Ella!
MANOLO.- (Aterrado y tembloroso.) ¡Tú!…
Amparo amenaza con quitar la vida de Felisa si se mueve un paso más. Pide que escuchen lo que ha venido a decirles y se irá: “¡Te he perdido a ti porque te he querido tanto que no he sabido quererte!… Mis hijos me han abandonao… Mi casa se me ha deshecho en ruina y en miseria… Nada me queda más que mi dolor, y con él voy a hablar a tu corazón…”
Hace una descripción de Felisa como mujer que siempre estará alegre, que no le esperará nunca y que nunca le pedirá nada.
Ella sin embrago: “… soy la mujer que espera siempre, porque no tiene más que una mano que llame a su puerta, y cuando tarda tiene miedo de que esté llamando en otra… ¡Esas mujeres son las que no piden agua a nadie, porque beben en todas las fuentes!… ¡En cambio yo soy una mujer que se muere de sed y que no tiene más que un jarro en que beber el agua limpia que refresca su corazón! ¡Por eso te he hecho sufrir hasta el tormento por cada gota que me querías quitar, por cada gota que se acercaba a robarme la dulzura de mi querer!”
Mensaje número 1019: “¡Te he perdido a ti porque te he querido tanto que no he sabido quererte!…” Arniches da mucha importancia en el amor a la verdadera realización de las dos personas comprometidas. De nada sirve un amor posesivo, asfixiante, que ahoga, que impide el crecimiento como ser humano de la persona amada.
Le pide a Manolo que tome una elección en ese momento, o Felisa o Amparo. Felisa le abre la puerta: “¡Ya lo oyes! Por mi no hay compromiso… Haz lo que quieras… ¡Yo te abro la puerta!…” Manolo vacila. Amparo ya ha oído la verdad. Se dirige a Felisa, forcejea con ella y la pone de rodillas.
(Acto II, Cuadro II, Escena IV.)
AMPARO.-Para hablar con una madre como yo, póngase usté de rodillas… ¡Así!… (Sin soltarla y dominándola.) ¡Para una mujer honrada como yo, para una madre, esto es el dolor!… ¡El dolor y la muerte! (La empuja con desprecio.) ¡Adiós, Manolo!… ¡Te dejo en la mentira de un cariño falso, en la farsa de carnaval, entre caretas y gritos de máscaras!… ¡Es lo que mereces!… ¡Adiós!…
CONSUELO.- (Que entra aterrada.) ¡Madre! ¡Madre!
AMPARO.- ¡No!… ¡Aparta!… ¡Yo no soy tu madre!
Amparo grita que se va sola, pero que se va con el amor de su vida en su corazón y se baja el telón.
El tercer cuadro nos muestra un pequeño jardín de una casa muy modesta de la Ciudad Lineal. Llevaba Arniches 7 años y 31 obras sin una localización en Madrid, desde Los Chamarileros- 1930, obra número 171, hasta ahora.
La casita, humilde y pobre, está situada al fondo, hacia la izquierda, en ochava, con puertas y ventanas practicables. A la derecha, una verjita de hierro con puerta de acceso, que tiene una campanilla de llamada. En el jardín hay unos arbolitos y unos macizos de flores. Una fuentecita rústica en la pared del foro fluye silenciosa. Es otoño. El sol es pálido. Los árboles amarillean con tintes de oro y cobre. Caen de vez en vez de las copas de los árboles, con un planeo lento, hojas secas, que cubren el jardín. Son las primeras horas de la mañana. Manolo aparece entado en una tumbona, con una manta cubriéndole las piernas, con aspecto convaleciente. La señá Bruna hace la visita, y el Chanito, niño de dieciséis años con cara de retrasado mental, tumbado en el suelo, dormita cerca de la fuente, medio oculto bajo un arbusto.
Es el diez de octubre. Manolo lee el almanaque:
(Acto III, Escena I.)
MANOLO.- “Y entonces, solo el amor verdadero encuentra su hora de abnegación y sacrificio…” ¡Y así ha sido! Paece mentira que en una hojita tan pequeña quepa una verdá tan grande…
BRUNA.-Es que esa hojita tan pequeña es el Tiempo, que es el único que en la vida nos va diciendo la verdá, Manolo.
Mensaje número 1020: “El Tiempo es el único que en la vida nos va diciendo la verdad”. Esta frase le acompañará el resto de su vida, y cuando le toque hacer su autorretrato, será la idea final del mismo, el cierre brillante de una vida.
Manolo comenta con Bruna lo cerca que se ha sentido de la muerte. Una enfermedad larga e incurable, se pensaba, hizo que se quedara sin los y las que decían ser sus amigos, solo Amparo vino a su rescate. Le trajo a la casita de su madrina Dolores y desde entonces le ha cuidado día y noche. Pero desde que está mejor nota fría y distante a Amparo. Hoy ha mandado reunión familiar completa. Llega D. Metodio, el médico para dar el alta a Manolo.
ARNICHES Y LOS MÉDICOS
El diagnóstico del doctor fue: septicemia estreptocócica con complicaciones, cardiacas, renales, acceso supurado en la columna vertebral e incluso un proceso diftérico.
CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 481.
(Acto III, Escena II.)
DON METODIO.-Ahora que la suerte ha sido que de estas enfermedades incurables los únicos que suelen curar son los sinvergüenzas.
MANOLO.- ¡Hombre, gracias!
DON METODIO.- ¡No hay de qué!… Como no tienen ustedes formalidad ni para morirse…
ARNICHES Y LOS DISCAPACITADOS
Arniches está conociendo a los disminuidos psíquicos que en tres años años hará protagonista de una de sus obras más tiernas: El hombrecillo- 1941. Chanito ha sido la única compañía de Amparo durante la enfermedad de Manolo, y como ha asustado a don Metodio, le dice:
(Acto III, Escena II.)
AMPARO.- ¡Pues no le tenga usté miedo, que no hace más que bien! Este ha sido mi único compañero durante la enfermedad de Manolo… Aquí los dos solitos día y noche. ¿Verdá, Chanito?
CHANITO.-Sí, siñora…
…
AMPARO.-Cuando vine aquí, un día lo encontré a mi lao… Creo que vive en una cueva de ahí cerca…, con los suyos.
CHANITO.-Sí, siñora…
AMPARO.-Es como los perrillos vagabundos, que no tienen a quien seguir y se van detrás del primero que no los maltrata.
CHANITO.-Sí, siñora…
DON METODIO.- ¿Y tú eres solo?
CHANITO.-Teo padre…
DON METODIO.- ¿Y nada más?
CHANITO.-Y una hermana, y el novio de mi hermana, que no pue trabajá, ni mi padre, que tampoco pue ya trabajá…
DON METODIO.-¿Pues qué edad tiene tu padre?
CHANITO.- Cincuenta años…
DON METODIO.- ¿Cómo lo sabes?
CHANITO.-Pues como ice mi padre que el novio de mi hermana e medio idiota y tiene veinticinco años, pues mi padre que es idiota del todo, tiene cincuenta…
Mensaje número 1021: Arniches nos descubre la situación de abandono y marginación de los discapacitados. Viven “entre los suyos”, perdidos “en una cueva”. Los describe no exentos de chispa e inteligencia. La bondad y el amor sin límite es una característica de ellos. Chanito entra por primera vez en la escena de Arniches en un papel de ayuda a Amparo. Más tarde lo hará como protagonista en la obra de 1941, “El hombrecillo”.
Amparo apremia al doctor a dar el alta a Manolo. Quiere arreglar su vida definitivamente.
Bruna se pregunta si la fiera que era antes de casarse Amparo, se va a despertar ahora…
Llega Neme que se ha estado ganando la vida de cobrador de sillas en un paseo, pero le echaron. Ahora está tan atrasado con la dieta que ayer se merendó el desayuno del sábado… Bruna va a la taberna para conseguirle un bocadillo y avisar a los nietos y a Felipe para que vengan. Él se encuentra con Chanito y entre bromas le roba el desayuno. Abandona la escena para pedirle un cigarro a Manolo. Cuando llega Bruna con el bocadillo de Neme, se lo da a Chanito, que ella tiene que llamar por teléfono a Quique. Chanito se zampa el bocata de Neme sin dudarlo.
Don Metodio da el alta a Manolo para empezar a trabajar, y se despide emocionado por el esfuerzo de Amparo. Llegan los hijos traídos por Bruna. Comienza por Felipe y le obliga a firmar un documento en el que se compromete a casarse con Consuelo, a trabajar y a formar una familia. Lo domina durante toda la escena de forma espectacular. Después sale Consuelo que se va con un furioso Felipe.
A Quique, su hijo, le quita toda la tontería y le planta un buzo de albañil para que se ponga a trabajar de inmediato. Se abrazan y se besan. Quique se pregunta: “¿Por qué será tan fácil hacerse un sinvergüenza?”, y Amparo lo contesta: “¡Porque en la vida lo más ruin es lo que menos cuesta!”
Mensaje número 1022: “¿Por qué será tan fácil hacerse un sinvergüenza?, ¡Porque en la vida lo más ruin es lo que menos cuesta!” Esta pregunta se la lleva haciendo 50 años D. Carlos Arniches. Todo en la vida te facilita el camino a la ilegalidad, sólo el ejemplo de los más fuertes, el trabajo, la humildad y la fe en el ser humano, podrán llevarte lejos de esa maldad latente en la sociedad.
A su padre, Neme, le obliga a ponerse a vender periódicos y revistas en una esquina a sus 60 años. Por supuesto que los 60 años, la edad del descanso no le parece la más adecuada, ni la de los 20, la edad de la juventud, le pareció correcta para trabajar, ni la de los 40, la de los 50… Se va con un enfado tremendo.
A Manolo, le anuncia que ella ha cumplido con su deber de esposa, que le ha cuidado en la enfermedad y que ahora le dejaba ya que nunca tendría su cariño.
Cuando todo parece perdido, la obra cobra un vuelo vibrante con la oración de Manolo.
(Acto III, Escena XII y XIII.)
MANOLO.- Pero ¡es que ahora he visto cómo has luchado para salvarme de la muerte!
AMPARO.- ¡Yo no! Dios es quien te ha salvado. Dios, que es el que hace las cosas… ¡Nosotros, los que las echamos a perder!…
MANOLO.- Pero lo que tú has hecho…
AMPARO.- Lo que yo he hecho ha sido una obligación de caridad… Querida o despreciada, era tu mujer, y tenía que cumplir los deberes que Dios me mandó cuando me uní a ti, y los he cumplido. No se me puede pedir más… ¡Recuerda cómo te encontré aquella noche en Carnaval!… Te habías ido de mi lado a vivir con otra mujer, que era a la que querías.
MANOLO.- ¡No!
AMPARO.- Sí; era a la que querías.
MANOLO.- Amparo, ¡escúchame ahora a mí!… Todo eso que dices está muy bien, porque está muy bien y porque lo dices tú… Pero ¿qué es un amor que tanto cacareas si no llega hasta el heroísmo de perdonar a un loco como yo la ceguera de su extravío? Tú me querías; yo no te lo agradecí, te lo confieso. Me cegó otra pasión, otra pasión que luego vi que era un capricho liviano, y entonces aquella llama se apagó, y Dios puso delante de mis ojos la hoguera encendida de tu querer… Y ahora que Dios me perdona, porque ha querido que me salve para ti, ¿me vas a abandonar?… ¡No, Amparo; no pienses locuras!… Mira este sol tibio, este día glorioso, estas hojas que caen, este dulce empezar del otoño… del otoño del año… Pues bien: yo quiero que en el día de hoy sean tus besos las hojas que caigan sobre mi frente; sea la luz de tus ojos el tibio sol que me de calor; sea tu amor como este día glorioso, y que empiece el dulce otoño de nuestra vida con el perdón de tu alma buena.
POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 292 (113)
Que yo te juro que desde hoy
al día de mi muerte viviré diciéndote:
Dios te salve, reina de mi querer,
madre de misericordia,
vida dulce, esperanza mía,
no dejes a un insensato
sin que la santa caridad de tu nombre,
de tu nombre que es Amparo,
y que por ser Amparo
tiene que ser amparo y perdón…
AMPARO.- ¡Ay Manolo! ¡Siempre he oído decir que qué malo es ser bueno!
QUIQUE.- ¡No madre! ¡Qué bueno es ser buena!
CONSUELO.- Sí, madre; perdónele usté y perdónenos a todos…
AMPARO.- ¡Pero sí, tenéis razón!… ¡Venid a mis brazos!… (Los abraza.) ¡Sí, venid a mis brazos!
…
AMPARO.- Ven aquí (por Felipe), que tú también te harás bueno. Porque ser bueno es el mejor negocio de la vida.
El final de toda la familia abrazada es contemplado por Chanito que se va. Amparo se da cuenta, lo llama y lo abraza y dice:
-¡Sí, la vida egoísta! ¡Cada uno repartiéndose lo suyo! ¡Yo, dos de amor… -le besa-, y uno de perdón…, dos de perdón y uno de amor! –besa al marido y a los hijos, se baja el telón y acaba la obra.
MENSAJES DE ARNICHES
Podemos concluir que en esta obra se desarrollan siete temas:
- El amor en el matrimonio.
- La deslealtad en el matrimonio.
- La importancia de la madre en el hogar.
- La importancia del amor de la madre.
- La denuncia del maltrato de la mujer.
- El respeto y el amor hacia los discapacitados.
- El poder de la reconciliación como motor de la unión de una familia.
MENSAJE NÚMERO 1014: Carlos Arniches presenta a la Madre como el alma del hogar. Si la madre está bien, el hogar funciona, está limpio, la comida a su hora, la ropa planchada… Si la madre se rompe, ya no hay hogar, no hay familia, no queda nada más que dolor y tristeza.
MENSAJE NÚMERO 1015: La culpa recae sobre la mujer de la casa en todo momento. Arniches denuncia esta injusticia de la sociedad de su tiempo. Ellas perpetúan esa costumbre. Para ellas la imagen que da el marido en la calle es la imagen de la casa, es su imagen, habla de ellas mismas como buenas “amas de casa”.
MENSAJE NÚMERO 1016: Nuevamente Arniches nos habla de una de las costumbres de la época: los baños de sol. Se estaban cambiando las costumbres, se estaba pasando de protegerse del sol a llevar bañadores más escotados y a potenciar los beneficios de la luz solar. Los cánones de belleza también iban cambiando: se pasa de la palidez extrema a buscar el moreno de la piel.
MENSAJE NÚMERO 1017: “No dejes que el amor te arrumbe… Ríe la vida… ¡Arréglate!” La fórmula que ha funcionado toda la vida. No debes sólo amar y lamerte tus heridas, debes quererte a ti misma y cuidarte, arreglarte y así gustarás más.
MENSAJE NÚMERO 1018: Arniches nos está proporcionando una comparación del alma con la casa de cada uno. Amparo tiene el alma negra por el dolor de los celos, el desamor de los hijos, la traición de su padre y el abandono de su marido. Amparo tiene la casa igual que su alma: sucia, descuidada, fría, fea y vacía.
MENSAJE NÚMERO 1019: “¡Te he perdido a ti porque te he querido tanto que no he sabido quererte!…” Arniches da mucha importancia en el amor a la verdadera realización de las dos personas comprometidas. De nada sirve un amor posesivo, asfixiante, que ahoga, que impide el crecimiento como ser humano de la persona amada.
MENSAJE NÚMERO 1020: “El Tiempo es el único que en la vida nos va diciendo la verdad”. Esta frase le acompañará el resto de su vida, y cuando le toque hacer su autorretrato, será la idea final del mismo, el cierre brillante de una vida.
MENSAJE NÚMERO 1021 Arniches nos descubre la situación de abandono y marginación de los discapacitados. Viven “entre los suyos”, perdidos “en una cueva”. Los describe no exentos de chispa e inteligencia. La bondad y el amor sin límite es una característica de ellos. Chanito entra por primera vez en la escena de Arniches en un papel de ayuda a Amparo. Más tarde lo hará como protagonista en la obra de 1941, “El hombrecillo”.
MENSAJE NÚMERO 1022: “¿Por qué será tan fácil hacerse un sinvergüenza?, ¡Porque en la vida lo más ruin es lo que menos cuesta!” Esta pregunta se la lleva haciendo 50 años D. Carlos Arniches. Todo en la vida te facilita el camino a la ilegalidad, sólo el ejemplo de los más fuertes, el trabajo, la humildad y la fe en el ser humano, podrán llevarte lejos de esa maldad latente en la sociedad.
MENSAJE NÚMERO 1023: Finalmente, Carlos Arniches, vuelve a ponernos delante el poder del perdón para lograr la reconciliación. Lo pone como motor para la unión de la familia. El perdón que lleva a la reconciliación es una de sus banderas de identidad.