LA DIVISA
O
EL PAGO QUE TIENEN LOS ENVIDIOSOS.
Estamos ante la segunda obra ambientada en la terreta amada de Carlos Arniches, y la novena obra que hace en solitario. Pertenece la obra a su Etapa Rural. Siguiendo su descripción “es un pueblo del Reino de Valencia”. En el escenario se ven barracas y casucas viejas, alfalfa, una acequia con un puentecillo rústico y gran caserón viejo donde pone HOSTAL DEL TÍO SIGRÓ. “En el fondo, a lo lejos, la espléndida huerta valenciana de abundante vegetación, hermoseada por palmeras, naranjales y olivares. Es la mañana de un día radiante de primavera.”
Se estrena la obra el 15 de abril de 1902, a los diez días del estreno de La muerte de Agripina: un estrés. La música corre a cargo de su amigo alicantino Tomás López Torregrossa (1868 – 1913)
Los personajes principales de esta Zarzuela son cuatro: Tío Sigró y su hija Remedios; Marianet, enamorado de Remedios y Pascualico, un hombre cojo, jorobado, feo y despreciado por todos que también quiere el amor de Remedios.
Arniches coloca a unos secundarios estupendos como el señor Delfín, natural de Valdepeñas (Ciudad Real) y que no sabe valenciano pero que lo intenta como veremos. Es vendedor de juguetes, pelotas y bromas. Además tendremos a la rival de Remedios, Roseta y a su madre Xima. Y para completar el cuadro cómico, aparecerá Manolico y sus padres para alegrar la fiesta.
Estamos en la celebración de día grande de las fiestas del pueblo, y la costumbre es que los mozos se arriesguen a quitar “la divisa” al toro enmaromado en la fiesta de la tarde (Enmaromado: con maroma, en Euskadi sería sokamuturra, vamos un toro atado con una cuerda. La gracia está cuando sueltan «demasiada» cuerda y va pillando mozos y mozas.) El mozo con la divisa conseguida se la entregará a la moza más guapa.
El primer cuadro nos presenta a Remedios haciendo un desplante a Marianet que se marcha ofendido y rabioso. La culpa la tiene Pascualico que ha “malmetido” contando a Remedios que Marianet se pavoneaba de lo “loquita que estaba por él”.
HISTORIAS DE ARNICHES NÚMERO 44
(Cuadro I, Escena VII)
Deliciosa conversación de un castellano intentando hablar valenciano.
TÍO SIGRÓ.- ¿Y vosté siempre a tingut el mesmo ofisio?
SEÑOR DELFÍN.- No, señor, quiá; el primer oficio que yo he tingut en… ¿cómo le llaman ustedes al mundo?
TÍO SIGRÓ.- Mon.
SEÑOR DELFÍN.- Bueno, pues lo primero que he sigut en el mon, ha sido torero… ¡Huy, si hubiera seguido!
PASCUALICO.- ¿Y por qué lo dejó usté?
SEÑOR DELFÍN.- Por una novia, cuyo padre se oponía a nuestros amores; hablamos de escondit, ella salía a una finestra, como dicen ustedes, y yo me subía a una tapia, y pasábamos la nit. Pero se enteró el padre, me acechó; y una noche que yo iba… ¿cómo se dice en valenciano acercarse?
TÍO SIGRÓ.- Acostarse
SEÑOR DELFÍN.- Y una noche que yo iba a “acostarme” a ella, vino el padre, y como yo estaba montao en la tapia, me coge de aquí (El tobillo.) y… ¿cómo se dice la pierna?
PASCUALICO.- La cama
SEÑOR DELFÍN.- Y me tiró de la cama; me estropeó este juego y quedé mal para los toros.
En la Escena X, Remedios tiene un monólogo en el que se da cuenta de que ha sido Pascualico el que le ha malmetido contra Marianet y decide ponerle a prueba. Se dice para sí misma “¡da pena el bicho pequeñico y no se pisa, y luego crese y ahoga!
Cuando están solos le va tentando para que revele sus verdaderas intenciones para con ella, le incita, le provoca, le dice que no tenga vergüenza “que el cariño es como las rosas; el sitio en el que nasen lo hermosean”. Al final cae en la trampa y se declara a Remedios. Ella le pide que se lo demuestre cogiendo para ella la divisa del toro enmaromado esa misma tarde. El, se mira su cojera, su chepa, y se ve acobardado. Pero finalmente, contando con la ayuda del señor Delfín, piensa que lo puede lograr y acepta.
De fondo se escucha a los mozos cantando quién logrará la divisa, si Marianet para Roseta o el jorobeta para Remedios.
POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 75. (18)
(Cuadro I, Escena XI)
CORO.- ¡Ja! ¡ja! Se ha vuelto loco
el pobre jorobeta.
¡Este año la divisa
será para Roseta!
¡Vaya arranque
de Pascualico!
Se hace ilusiones
el pobre chico!
PASCUALICO.- ¡Digo que no y que no!
¡Para Roseta, no;
porque para Remedios
voy a cogerla yo!
Y finaliza el Cuadro I
El segundo cuadro nos ofrece una clase de toreo que Pascualico le pide al señor Delfín por 25 pts. (100€)
CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 77
(Cuadro II, Escena I)
SEÑOR DELFÍN.- Ve usté venir al toro, pues coge usté la manta así, y hace usté esto (Alegrando.) con el objeto de que el toro se alegre de verlo a usté.
PASCUALICO.- ¡Vaya una alegría!
SEÑOR DELFÍN.- Usté lo deja llegar en esta posición, y en cuanto llegue no hace usté más que esto. (Toreando.) Una verónica, otra; un farol gallego, de frente por detrás, navarra, y enseguida lo recoge usté con la manta.
PASCUALICO.- Después de too eso al que van a recoger con una manta va ser a mí.
SEÑOR DELFÍN.- Enseguida, ¡zis! recorte ceñido… (Haciendo lo que dice.) ¡Zas!, otro más ceñido, le deja usté pasar la cabeza, alarga usté la mano derecha al morrillo, arranca usté la divisa y se va usté por la cola. A ver, ahí va la manta, hágalo usté ahora.
PASCUALICO.- Venga. (Coge la manta.) Son muchos ziquizaques y muchas cosas, no sé si me acordaré. Veremos. Mire ustet: primero sale el toro (Aparte.), ¡que ojalá no salga! (Alto.), y hago así (Alegra.), y ustet dise que se alegrará de verme bueno. Yo creo que no se va a alegrar, pero en fin, supongamos que se alegra. Bueno, llega y ¡zis! ¡zas!…, recorte…, madalena…
SEÑOR DELFÍN.- ¡Verónica!
PASCUALICO.- Es igual, verónica, navarra, quinqué…, digo farol…, de frente…, marcha, otro ¡zis!… ¡Tris, tras, sas!, ¡plin!… ¡plon!… (Empieza a hacer recortes y a dar vueltas y saltos con un barullo infernal.)
SEÑOR DELFÍN.- ¡Eh, eh!… ¡Chis!… ¡Quieto…, basta, eh!… ¡Basta!
PASCUALICO.- (Sin hacerle caso.) ¡Zis!…, ¡zas!… ¡cataplón, tris y tras!… (Acción de coger divisa.) y no me acuerdo lo que me ha dicho ustet que haga con la cola.
SEÑOR DELFÍN.- ¡Calentarla! ¡Nos ha matao! ¿Pero se ha vuelto usté loco?
PASCUALICO.- ¿Me ha faltao algo?
SEÑOR DELFÍN.- Unas castañuelas. Porque, vamos a ver: usté que se propone, ¿quitar la divisa o bailar un zapateado?
EL VALENCIANO DE ARNICHES
Al verles entrenar, los mozos imitan el mugido del toro y el señor Delfín y Pascualico salen corriendo aterrados. Todos ríen.
MOZO 1º.- (Riéndose.) ¡Ché, ché! ¡Mireulos como corren!
MOZO 2º.- (Riéndose también.) ¡Mia que tie grasia! ¡Pascualico aprendiendo a torear! Ya voren como nos riimos esta tarde.
MARIANET.- ¿Nos vus desia yo que había una mala persona que quitaba la voluntat de Remedios? Pos era ese chepa del dimonio. Ahora que, ¡ja jay! ¡Valensiano soy, y me las pagarás!
….
MARIANET.- ¡Ya s’oyen la dolsaina y el tabalet! ¡Anem!
TODOS.- ¡Anem!
Y termina el segundo cuadro al grito de ¡vámonos! ¡anem!
Empieza el cuadro III con unas gradas y todo engalanado para ver el Toro enmaromado. Arniches nos presenta a los personajes populares como el Horchatero, Dulzainero, Tamborilero, Vendedor de naranjas, limas, dátiles, chufas, altramuces… Y por supuesto un trío de secundarios para hacer la gracia: Manolico y sus padres.
El alcalde junto a los concejales y al policía municipal hacen su entrada un poco después.
Se oyen gritos de algo que está pasando en calles adyacentes, pero que no vemos como espectadores. Parece que el toro le ha cogido a Marianet y ahora es el turno para Pascualico.
El toro también le coge y le desnuda. Marianet se rehace y se vuelve al toro consiguiendo la divisa para Roseta. Cuando va a entregársela… duda… y al final, mirando a Remedios, entrega la divisa a Roseta pero el abrazo es para Remedios.
Pascualico está rabioso, y los mozos quieren echarle del pueblo.
(Cuadro III, Escena IV)
MARIANET.- Déjalo. ¡Bastante castigao está! ¡Y no por la cara ruin, por el alma mala! Este es el pago que tienen los envidiosos.
La obra termina con un número lleno de comicidad porque al señor Delfín le meten cohetes en su cesta de juguetes y globos. Todo explota y él sale corriendo asustado. El Tío Sigró y Marianet correrán a medias con los gastos. Remedios canta una copla al amor eterno y cae el telón
MENSAJES DE ARNICHES
MENSAJE NÚMERO 190: La envidia es el alma mala de las personas y tiene su pago en esta misma vida.