SAN JUAN DE LUZ

 

O

 

LA FRIVOLIDAD SE PAGA

 

www.bibliotecadigital.jcyl.es

 

 

ARNICHES Y LOS VASCOS EPISODIO NÚMERO 4

 

Cuarto contacto de Arniches con los vascos. En esta ocasión la producción correrá a cargo de Carlos Arniches y José Jackson Veyán, con música de los maestros Valverde y Tomás López Torregrossa. La obra pertenece a su Etapa Moralizante y se estrena el 9 de julio de 1902.

 

Utilizará el paso por estas ciudades de una familia madrileña de vacaciones para disfrutar de una serie de enredos divertidos y aleccionadores.

 

FAMILIA TIPO DE ARNICHES EPISODIO NÚMERO 11

 

Pues bien, ahora en la obra San Juan de Luz, han pasado 12 años, esta familia vuelve a sufrir una nueva peripecia. Salen de Madrid y se van de vacaciones no a Bermeo sino a San Sebastián. Ahí están la mar de bien nuestros cuatro protagonistas, don Agapito, doña Timotea, su hija Irene y su novio Faustino, hasta que don Agapito (viejo mujeriego), decide armar el lío.

 San Juan de Luz. www.kayak.es

 

La obra comienza con don Agapito en San Juan de Luz acompañado de dos señoritas con las que desea algo más que pasar el rato. Por lo visto, había dado una excusa “profesional” para abandonar San Sebastián y viajar a San Juan de Luz. Las dos muchachas, Mimí y Pepita, son dos cantantes que quieren el dinero de Agapito para irse a París a triunfar. Deciden mandar un anónimo a San Sebastián delatando las verdaderas intenciones del viejo. Ellas pensaban extorsionarle con eso. Lo que ocurre es que Faustino se presenta en el mismo hotel, y ahí se complica la trama.

 

              El primer cuadro nos presenta una lujosa habitación del Hotel Fráncfort de San Juan de Luz, con dos camas en las que duermen plácidamente las dos cupletistas, Mimí y Pepita.

Playa de San Juan de Luz. www.queverhacer.com

 

Son las diez de la mañana y suena el despertador. Alborotadas por lo tarde de la hora se preparan para ir a la playa, su máxima obsesión. Bueno, también quieren quitarse de encima a don Agapito, el viejo pesado del que sólo buscan el dinero. Ellas han mandado un anónimo a su familia que esperan que le haga volver a Donosti y las deje con el viaje a París pagado.

 

De repente, llaman a la puerta. Un azorado don Agapito quiere contarles una truculenta historia.

 

HISTORIAS DE ARNICHES NÚMERO 46

 

(Cuadro I, Escena II.)

 

DON AGAPITO.- Pues nada, que anoche al retirarme a dormir, mareado todavía por los vapores del champagne de nuestra cena de última hora entro en mi cuarto, y a oscuras, y sin encender la luz, me siento en un sillón y de repente doy un salto y un grito espantoso; ¡me había sentado encima del tenedor de libros de mi casa de comercio!

 

LAS DOS.- ¡Jesús!

 

DON AGAPITO.- Que debía haber llegado a San Juan de Luz en el tren de las siete y que se había quedado dormido, esperándome. Enciendo la luz… “¡Faustino!”, dije al verle. “¡Don Agapito!- exclama:-¡Es usted un miserable!”. “¡Faustino, que estás hablando con tu principal!”, le replico. “¡Usted no es principal!- me contesta- ¡Usted es un sótano por lo bajo y lo hediondo!”. “¿Pero a qué viene esto?”,- le pregunto-. “Pues a que ayer por la mañana, recibimos en San Sebastián donde nos dejó usted a su mujer, a su hija y a mi vilmente engañados, el siguiente anónimo: “Madame Timotea: su esposo no está en París. Si voulez sorprenderle, corra San Juan de Luz, Hotel Fráncfort, chambre número 17, donde está en brazos dos chanteuses tres jolies. Vaya sin perder jour. Arránquele brazos; rómpale tete. Se lo avisa R.R.” ¡Erre, erre!… Pero, ¿quién será este maldito Erre, erre?

 

PEPITA.- ¿No conoce usted a ninguno que se llame así?

 

DON AGAPITO.- ¡Como no haya sido Romero Robledo!

 

Lo peor es que Faustino ha confiscado todo el dinero de Agapito y ahora están planeando la vuelta a Donosti de inmediato. Esto es una contrariedad para las dos cupletistas que deciden pasar al ataque.

 

Ante la llegada de Faustino a la habitación de las chicas, éstas se ocultan en la habitación que hace de gabinete. Cuando don Agapito se marcha y se queda solo Faustino, las chicas le engatusan con sus canciones.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 79

 

(Cuadro I, Escena IV.)

 

MIMÍ.- ¿Se le ha pasado a usted la vergüenza?

 

FAUSTINO.- ¡No tengo!… no tengo que dar a ustedes explicaciones.

 

MIMÍ.- ¡Venga usted acá! (Lo acomodan en el “Chaise Longue”.)

 

PEPITA.- Vamos a ver, pollo… ¿por qué ha estado usted tan severo con don Agapito?

 

MIMÍ.- ¿Y tan cruel con nosotras? (Apoya cada una un brazo en un hombro de Faustino con mucha coquetería.)

 

FAUSTINO.- (Azorado.) Señoras, yo… no es que yo haga… digo, haya… ¡fu… u…u!… (Resoplando.) haya estado cruel… ¡fu… fu… fu!… (Resopla.) Es que, consideren ustedes que don Agapito es un ¡fu…u… u!… (Vuelve a resoplar.) (¡Ay, Irene!) Es un hombre sacado… digo… casado… y como la… ¡fu… u… u!…

 

Siguen engatusándole y le cantan el dúo de La cacerola a media voz. Le convencen para ir a París y desaparecen de escena por la derecha, hacia el gabinete, y llega don Agapito con la maleta hecha. “¡Benditos sea vuestra existencia y los cuerpecitos serranos de chipén y de zalamakatruki!” exclama Faustino y ¡deciden irse a París los cuatro juntos!

 

Arniches inventor de vocablos en euskera: zalamakatruki. No existe esta palabra en el idioma de los vascos. El genial dramaturgo tenía licencia para esto y para mucho más.

Para cubrirse ante la esposa y la novia que están en Donosti, deciden mandarles un telegrama en el que Faustino indica que no ha encontrado a don Agapito en San Juan de Luz, y que ha decidido seguirle la pista hasta París.

 

Ponen el telegrama de acuerdo con el “Intérprete” del hotel, el cual se compromete a “cubrirles” en caso de que se presente doña Timotea en las instalaciones del hotel.

 

(Cuadro I, Escena VII.)

 

FAUSTINO.- Estos son países civilizados y no lo pasa en España, que le hace usted un guiño a una niñera y va Canalejas y lo cuenta en el Congreso.

 

      

José Canalejas Fernández (1854-1912) Político Liberal que ocupó diferentes cargos desde 1888 a 1912. www.biografiayvidas.com

 

Mensaje número 195: Arniches pone un primer punto de atención en la diferencia de libertad de comportamiento que los españoles observaban en su vecina Francia.

 

              Los cuatro se disponen a disfrutar de la playa y a salir hacia París por la tarde. Fin del primer cuadro.

 

El cuadro segundo es una calle de San Juan de Luz. Veremos un Coro de Betuneros acompañados de tres jovenzuelos

 

POEMAS DE ARNICHES NÚMERO 76

 

(Cuadro II, Escena I.)

 

LA JOTA DEL BETÚN.

 

BETUNEROS.-   El gachó se va embarcao.

¡Vaya un gachó de pinrel!

Para sacar más pronto

brillo a una bota

cepillamos siempre

al son de una jota.

Y no hay quien compita

en San Juan de Luz

con la jota, jota,

jota del betún, ¡cataplum!

¡Aa… aa… aa!…

¡Ps! ¡Ps! ¡Ps!

En quitando bien el polvo

y en untando la manteca

to consiste el aliento, ¡aa! ¡aa!

to consiste en la muñeca.

En pasando el trapo seco

verá usted que brillo sale.

El aliento es lo que sirve, ¡aa!, ¡aa!

la saliva es lo que vale.

POLLOS.-           ¡Duro en la puntita!

¡Duro en el tacón!

BETUNEROS.-   ¡Vaya unos zapatos,

pa un vals de salón!

POLLOS.-           Creo que en la punta

no me has dado bien.

BETUNEROS.-   ¡Por tres perras chicas,

que quedrá que den!

POLLOS.-           ¡Que me has dado en el juanete!

BETUNEROS.-   ¡Lástima de coscorrón!

¡Servidor de usté!

¡Ya lo rematé,

ya no falta más

que el parné.

POLLOS.-           Son muy ilustrados,

saben el francés,

¡Adie!

BETUNEROS.-   ¡Adie, mesié, mesié!

¡March!

 

Después de esta brillante jota, se retiran los betuneros y aparecen doña Timotea e Irene. Según Arniches Timotea habla muy deprisa y en el tono de una mujer ordinaria de Madrid. Timotea tendrá un poco de bigote, sin exageración.)

 

Timotea está fuera de sí, se jura y perjura que los encontrará y “¡se hará un cinturón con el pelo que le arranque a Agapito!. Le ofrece 500 francos al intérprete para cogerlos; el intérprete no puede resistir y les delata “¡ellos están aquí!- les dice- ¡en la playa!” Se baja el telón y finaliza el segundo cuadro.

 

El tercer y último cuadro nos muestra la playa de San Juan de Luz, con zona de agua, rocas, playa y una caseta a la izquierda del actor con tres puertas. El primer número musical nos lo ofrecen seis bañistas modernistas “con descote exagerado” “como las caricaturas de las portadas de Blanco y Negro. También hay una garita con un cura francés leyendo el periódico.

 

Después se ve al intérprete junto a Irene y Timotea que planean cómo cogerles dentro del agua. Se esconden y aparecen los cuatro “con trajes de baño que descubran las formas”.

 

Están enseñando a las chicas a nadar. En ese momento se acercan Irene y Timotea gritando “¡Ladrón!”. Las chicas huyen. Se han quedado sin su dinero, su extorsión no ha servido de nada.

 

Mensaje número 196: La extorsión no es la mejor manera de alcanzar nuestros propósitos, tal y como les ha ocurrido a Mimí y a Pepita en esta historia.

 

              Ellos se zambuyen y se alejan de Irene y de Timotea. El intérprete les ofrece una salida decorosa: simular el suicidio de Agapito. Inicialmente se opone, pero al final accede y copia lo que le dictan.

 

CHISTES DE ARNICHES NÚMERO 80

 

(Cuadro III, Escena VI.)

 

EL FRANCÉS DE ARNICHES

 

AGAPITO.- ¡Cuerno!

 

FAUSTINO.- ¡Caracoles!… Mesieure, per Dieu, sálvenos usted!

 

INTÉRPRETE.- ¡O, es difisil, muy difisil!

 

AGAPITO.- Haga usted un esfuerse y le doy a usted quinientas pesetas.

 

HISTORIAS DE ARNICHES NÚMERO 47

 

AGAPITO.- Venga

 

INTÉRPRETE.- (Dictando.) Señor Comisario…

 

AGAPITO.- Comisario…

 

INTÉRPRETE.- No se culpe a nadie de mi muerte.

AGAPITO.- ¿Qué?

 

INTÉRPRETE.- Me suicido…

 

AGAPITO.- ¿Yo?… Tome usted. (Devolviéndole la hoja.) ¿Por dónde se va a Portugalete? (Metiéndose de nuevo en el agua.)

 

INTÉRPRETE.- Se trata de un suicidio de simulación. Usted se pega un tiro al aire, el señor gritá, su mujer perdoná, y entonces, abrasos, alegría, reconsiliasión, esetera, esetera…

….

INTÉRPRETE.- Escriba. Mi esposa es un ángel…

 

AGAPITO.- ¡Yo no pongo eso! ¿Por dónde se va a Portugalete?

 

Al final lo escribe, el intérprete les deja un revólver y se va. Ellos dos se meten en una caseta y suena un disparo. Sale Faustino gritando, pidiendo socorro: “¡Madames! ¡Mesieures! ¡Guardies!… ¡Bañeres! ¡Un gaché que se ha pegao un tiré!”

 

Les da la carta llorando. Timotea que la lee y que dice que ella le hubiera perdonado todo.

 

Entonces sale don Agapito y pregunta: “¿De veras Timotea?”

Timotea le contesta que le perdona hasta que lleguen a casa… que en cuanto lleguen… ¡ya verá!.

 

Todos se alegran y deciden marcharse esa misma noche a Madrid.

 

MENSAJES DE ARNICHES

 

MENSAJE NÚMERO 195: Arniches pone un primer punto de atención en la diferencia de libertad de comportamiento que los españoles observaban en su vecina Francia.

 

MENSAJE NÚMERO 196: La extorsión no es la mejor manera de alcanzar nuestros propósitos, tal y como les ha ocurrido a Mimí y a Pepita en esta historia.

 

MENSAJE NÚMERO 197: La frivolidad en el matrimonio y en el noviazgo no es lo más adecuado para el mantenimiento de la pareja, así que no te la juegues.

 

MENSAJE NÚMERO 198: La actitud cambiante de Faustino, nos enseña que nadie es quién para exigir nada a los demás, no vaya a ser que no sea capaz él mismo de cumplir, como le ocurre a Faustino: primero rebaja el nivel moral de Agapito por caer ante las dos mujeres, y después cae el mismo y en la misma trampa.