Es importante recordar la historia para aprender de ella. El 30 de abril haremos un esfuerzo para que esa memoria no desaparezca, para que Carlos Arniches y sus recuerdos, y los pasos que dio por esta finca, no se diluyan para siempre, su sombra puede seguir protegiéndonos, su finca podría albergar un aula de cultura, un lugar de esparcimiento y de encuentro con el pasado, con ese pasado glorioso de la literatura que fue, y de la arquitectura que aún podemos apreciar.