CARLOS ARNICHES Y LAS COSTUMBRES

 

El Arniches “costumbrista” se ve claramente desde el año 1889. La obra Panorama Nacional es un estudio de las costumbres del pasado y de la actualidad. Su perspicacia queda de manifiesto en la obra Los secuestradores, en la que analiza el comportamiento humano según nos afecte a nosotros o no las decisiones tomadas.

Los Mostenses, obra que está llena de observaciones de las costumbres religiosas y de las trampas que se hacen con las mismas.

Ya desde 1893, comienza a denunciar el autoritarismo paterno para decidir el marido de las hijas, tal y como se ve en la obra El reclamo.

La familia y a quién aceptamos en ella, es de lo que trata la obra de Los Puritanos.

La vida desordenada y sus consecuencias se analizan en la obra El pie izquierdo.

En esta misma obra, se aprovecha la figura del coronel para ridiculizar sus antiguas conductas ya obsoletas.

Nuevo ataque contra el matrimonio de conveniencia en la obra Las amapolas y lo mismo en Tabardillo, en El otro mundo y en El coche correo. Total 5 obras de estos primeros años en los que señala este problema, el 17% de toda su producción en este periodo.

En El Príncipe Heredero, hay una figura denostada desde el inicio, Aniceto, que será el que solucione el problema vital de todos los protagonistas. Nunca hay que despreciar a nadie por muy insignificante que nos parezca.

Por último, señala la importancia de que un matrimonio viva junto, probablemente lo hace por lo duro que le resultó a él mismo la separación por temporadas de Pilar Moltó, que daba clases en Granada. Esto lo refleja en la obra Las malas lenguas.

 

MENSAJE NÚMERO 11: Tras analizar cinco tipos de costumbres y comparar cómo se vivían en el pasado y cómo se viven el presente de 1889, llega a la conclusión de que las costumbres se mantienen con estilos diferentes. (Panorama nacional.)

MENSAJE NÚMERO 34: Cómo cambiamos de opinión si uno está comprometido en el asunto o si no le implica para nada. Aquí se ve a las personas sinceras y sensatas que no modifican su parecer. (Los secuestradores.)

MENSAJE NÚMERO 41: El hábito no hace al monje, tal y como se ve en las peripecias corridas por estos dos personajes.(Los Mostenses.)

MENSAJE NÚMERO 60: El comportamiento equivocado de don Darío queda patente. Arniches pone de manifiesto lo ridículo de ese autoritarismo trasnochado ya en 1893. (El reclamo.)

MENSAJE NÚMERO 64: La obra elige el nombre de “los puritanos” para que seamos menos exigentes a la hora de mirar quién entra en nuestra familia; lo que importa es que esté enamorado y que tenga ganas de trabajar para sacarse la vida adelante.(Los Puritanos.)

MENSAJE NÚMERO 68: El riesgo del alcohol, de la juerga, de la vida desordenada, puede que te lleven a meter la pata, meter el pie izquierdo, o a que todo te salga mal. (El pie izquierdo.)

MENSAJE NÚMERO 70: La mofa que hace Arniches sobre las “tradiciones obsoletas” representadas por el personaje cómico del coronel. (El pie izquierdo.)

MENSAJE NÚMERO 75: La obra entera es una denuncia del matrimonio de conveniencia. Arniches no puede detestar más esas prácticas que no hacían sino arruinar el amor de muchos jóvenes y envilecer después las relaciones con sus padres. (Las amapolas.)

MENSAJE NÚMERO 76: Arniches, en la voz de Miguela se vuelve a oponer al matrimonio concertado por los padres. Para reafirmarlo pone en boca del tío Cacharro un parlamento ridículo. (Tabardillo.)

MENSAJE NÚMERO 86: Nuevamente Arniches ridiculiza las situaciones creadas por los matrimonios convenidos. (El otro mundo.)

MENSAJE NÚMERO 92: La figura repudiada de Aniceto desde el inicio de la obra, resulta vital para la salvación de todos. Arniches resalta con este hecho la importancia de no despreciar a nadie ni por su condición ni por sus ideas políticas. (El Príncipe Heredero.)

MENSAJE NÚMERO 93: Arniches denuncia la práctica habitual de los padres autoritarios sobre el futuro matrimonial de sus hijas, pero al mismo tiempo demuestra la hipocresía de algunos que toleran para los demás lo que no soportan para sus hijas. (El coche correo.)

MENSAJE NÚMERO 98: En un matrimonio lo más importante es que no se viva separado. (Las malas lenguas.)